¿Cómo cambia la crisis el consumo de los argentinos? 14 Agosto 2019 El estudio sostiene que la coyuntura marca muchos de los hábitos de consumo de los argentinos. Los describe como cambiantes, adaptativos, ágiles, infieles, resignados, entrenados y transparentes. ¿Cómo cambia la crisis el consumo de los argentinos? Foto: Pixabay Por Guadalupe Rivero grivero@ambito.com.ar Crisis, una y otra vez. Al igual que muchos otros aspectos de la idiosincrasia argentina, fueron las crisis las que marcaron los hábitos de los consumidores locales. Esto los convirtió en cambiantes, adaptativos, ágiles, infieles, resignados, entrenados, transparentes, esquivos, early adopters y demandantes, entre otras cosas. Así son los consumidores argentinos según un estudio recientemente realizado por Kantar. Todos estos patrones que permiten configurar un identikit son consecuencia, entre otras cosas, de la coyuntura económica. Esto hace que muchos hábitos supuestamente temporarios que se adoptan durante las crisis –como por ejemplo la elección de segundas marcas-, después terminen incorporándose, más allá del contexto nacional. Según los especialistas, es muy raro que si esta segunda marca cumple con la expectativa de calidad deseada por el cliente éste vuelva a su elección anterior. “Pasamos por todo”, aseguró Sebastián Corzo, director de la división Insights de Kantar, al explicar la adaptabilidad de los argentinos a la hora de consumir. Gracias a esto puede modificar constantemente sus hábitos de compra en busca de la conveniencia. “Es un consumidor preparado, que se acomoda”, añadió Mariana Fresno Aparicio, CEO de la misma división de la compañía. Del mismo modo se justifica lo que esta “radiografía” describió como “cambiante”, ya que estos compradores o clientes tienen expectativas que fluctúan rápidamente frente a cambios en el contexto. Lo mismo sucede al caracterizarlo como un consumidor “entrenado”. En Kantar sostienen que las sucesivas crisis lo volvieron escéptico y desconfiado, muy atento a la “letra chica”. El “entrenamiento” coyuntural hace que el argentino espere mensajes claros y concisos por parte de las empresas. En la misma línea, el informe describe al consumidor argentino como “resignado”. De allí se desprende que el 96% declaró haber reducido o abandonado alguna categoría en el último año. Por ejemplo, bajó con fuerza el consumo de lácteos y congelados. Como contrapartida, los servicios que no se resignan son aquellos que lo mantienen conectado (Internet, telefonía, salidas). Consumidores conectados El informe hace hincapié en una serie de características de los consumidores argentinos relacionadas a la tecnología. Conectados: el 97% de las personas tiene un smartphone. Pasan 6,8 horas diarias online, desbloqueando el teléfono 190 veces al día. Saturados: luego de tantas horas en las pantallas, un tercio de las personas cree que pasa demasiado tiempo con el teléfono, y que se deberían valorar las interacciones cara a cara. Transparentes: forman parte de la sociedad transparente, que vuelve público lo privado y lo hace visible en redes sociales. Argentina está en el top 20 de países con más usuarios de Facebook, Instagram y Twitter. Esquivos: casi la mitad (44%) tiene instalados Ad Blockers y 4 de cada 10 se ni siquiera les presta atención a las publicidades. Early adopters: incorporan rápidamente nuevas tecnologías: El 90% de los adultos ya hizo compras online en alguna oportunidad; en AMBA, el 30% usó apps de delivery, 2 de cada 3 realizaron alguna transacción financiera con su teléfono, 30% hizo pagos con códigos QR y más del 50% utilizó alguna billetera móvil.

Crisis, una y otra vez. Al igual que muchos otros aspectos de la idiosincrasia argentina, fueron las crisis las que marcaron los hábitos de los consumidores locales. Esto los convirtió en cambiantes, adaptativos, ágiles, infieles, resignados, entrenados, transparentes, esquivos, early adopters y demandantes, entre otras cosas.
Así son los consumidores argentinos según un estudio recientemente realizado por Kantar. Todos estos patrones que permiten configurar un identikit son consecuencia, entre otras cosas, de la coyuntura económica. Esto hace que muchos hábitos supuestamente temporarios que se adoptan durante las crisis –como por ejemplo la elección de segundas marcas-, después terminen incorporándose, más allá del contexto nacional. Según los especialistas, es muy raro que si esta segunda marca cumple con la expectativa de calidad deseada por el cliente éste vuelva a su elección anterior.
Pasamos por todo”, aseguró Sebastián Corzo, director de la división Insights de Kantar, al explicar la adaptabilidad de los argentinos a la hora de consumir. Gracias a esto puede modificar constantemente sus hábitos de compra en busca de la conveniencia. “Es un consumidor preparado, que se acomoda”, añadió Mariana Fresno Aparicio, CEO de la misma división de la compañía. Del mismo modo se justifica lo que esta “radiografía” describió como “cambiante”, ya que estos compradores o clientes tienen expectativas que fluctúan rápidamente frente a cambios en el contexto.Lo mismo sucede al caracterizarlo como un consumidor “entrenado”. En Kantar sostienen que las sucesivas crisis lo volvieron escéptico y desconfiado, muy atento a la “letra chica”. El “entrenamiento” coyuntural hace que el argentino espere mensajes claros y concisos por parte de las empresas.

En la misma línea, el informe describe al consumidor argentino como “resignado”. De allí se desprende que el 96% declaró haber reducido o abandonado alguna categoría en el último año. Por ejemplo, bajó con fuerza el consumo de lácteos y congelados. Como contrapartida, los servicios que no se resignan son aquellos que lo mantienen conectado (Internet, telefonía, salidas).

Consumidores conectados

El informe hace hincapié en una serie de características de los consumidores argentinos relacionadas a la tecnología.

  • Conectados: el 97% de las personas tiene un smartphone. Pasan 6,8 horas diarias online, desbloqueando el teléfono 190 veces al día.
  • Saturados: luego de tantas horas en las pantallas, un tercio de las personas cree que pasa demasiado tiempo con el teléfono, y que se deberían valorar las interacciones cara a cara.
  • Transparentes: forman parte de la sociedad transparente, que vuelve público lo privado y lo hace visible en redes sociales. Argentina está en el top 20 de países con más usuarios de Facebook, Instagram y Twitter.
  • Esquivos: casi la mitad (44%) tiene instalados Ad Blockers y 4 de cada 10 se ni siquiera les presta atención a las publicidades.
  • Early adopters: incorporan rápidamente nuevas tecnologías: El 90% de los adultos ya hizo compras online en alguna oportunidad; en AMBA, el 30% usó apps de delivery, 2 de cada 3 realizaron alguna transacción financiera con su teléfono, 30% hizo pagos con códigos QR y más del 50% utilizó alguna billetera móvil.

14 Agosto 2019
El estudio sostiene que la coyuntura marca muchos de los hábitos de consumo de los argentinos. Los describe como cambiantes, adaptativos, ágiles, infieles, resignados, entrenados y transparentes.
¿Cómo cambia la crisis el consumo de los argentinos?
Foto: Pixabay

Por Guadalupe Rivero
grivero@ambito.com.ar
Crisis, una y otra vez. Al igual que muchos otros aspectos de la idiosincrasia argentina, fueron las crisis las que marcaron los hábitos de los consumidores locales. Esto los convirtió en cambiantes, adaptativos, ágiles, infieles, resignados, entrenados, transparentes, esquivos, early adopters y demandantes, entre otras cosas.

Así son los consumidores argentinos según un estudio recientemente realizado por Kantar. Todos estos patrones que permiten configurar un identikit son consecuencia, entre otras cosas, de la coyuntura económica. Esto hace que muchos hábitos supuestamente temporarios que se adoptan durante las crisis –como por ejemplo la elección de segundas marcas-, después terminen incorporándose, más allá del contexto nacional. Según los especialistas, es muy raro que si esta segunda marca cumple con la expectativa de calidad deseada por el cliente éste vuelva a su elección anterior.

“Pasamos por todo”, aseguró Sebastián Corzo, director de la división Insights de Kantar, al explicar la adaptabilidad de los argentinos a la hora de consumir. Gracias a esto puede modificar constantemente sus hábitos de compra en busca de la conveniencia. “Es un consumidor preparado, que se acomoda”, añadió Mariana Fresno Aparicio, CEO de la misma división de la compañía. Del mismo modo se justifica lo que esta “radiografía” describió como “cambiante”, ya que estos compradores o clientes tienen expectativas que fluctúan rápidamente frente a cambios en el contexto.

Lo mismo sucede al caracterizarlo como un consumidor “entrenado”. En Kantar sostienen que las sucesivas crisis lo volvieron escéptico y desconfiado, muy atento a la “letra chica”. El “entrenamiento” coyuntural hace que el argentino espere mensajes claros y concisos por parte de las empresas.

En la misma línea, el informe describe al consumidor argentino como “resignado”. De allí se desprende que el 96% declaró haber reducido o abandonado alguna categoría en el último año. Por ejemplo, bajó con fuerza el consumo de lácteos y congelados. Como contrapartida, los servicios que no se resignan son aquellos que lo mantienen conectado (Internet, telefonía, salidas).

Consumidores conectados
El informe hace hincapié en una serie de características de los consumidores argentinos relacionadas a la tecnología.

Conectados: el 97% de las personas tiene un smartphone. Pasan 6,8 horas diarias online, desbloqueando el teléfono 190 veces al día.
Saturados: luego de tantas horas en las pantallas, un tercio de las personas cree que pasa demasiado tiempo con el teléfono, y que se deberían valorar las interacciones cara a cara.
Transparentes: forman parte de la sociedad transparente, que vuelve público lo privado y lo hace visible en redes sociales. Argentina está en el top 20 de países con más usuarios de Facebook, Instagram y Twitter.
Esquivos: casi la mitad (44%) tiene instalados Ad Blockers y 4 de cada 10 se ni siquiera les presta atención a las publicidades.
Early adopters: incorporan rápidamente nuevas tecnologías: El 90% de los adultos ya hizo compras online en alguna oportunidad; en AMBA, el 30% usó apps de delivery, 2 de cada 3 realizaron alguna transacción financiera con su teléfono, 30% hizo pagos con códigos QR y más del 50% utilizó alguna billetera móvil.