[Si quieres recibir las noticias y reportajes de The New York Times en Español en tu correo, suscríbete aquí a El Times]
La noche del 20 de enero, quienes viven en zonas con cielos despejados del hemisferio occidental tuvieron la fortuna de ver el último eclipse lunar de la década. Cuando la Luna comenzó a verse de un tono ligeramente rojizo antes de la medianoche, varias transmisiones en vivo del evento mostraron un pequeño punto iluminado de blanco sobre la superficie de la Luna.
Anthony Cook, observador astronómico del Observatorio Griffith de Los Ángeles, institución que transmitió por internet el eclipse, pensó que se debía a una interferencia con la cámara. Hasta que otros astrónomos y observadores comentaron haber visto la luz en Reddit o Twitter.
La única explicación es que algo se estrelló contra la superficie lunar y el impacto desintegró el objeto.
La Luna es como una biblioteca que muestra los impactos contra su superficie cuales tomos de hace miles de millones de años; a la fecha aún suceden colisiones con cierta frecuencia. Pero es muy poco frecuente que uno de esos eventos de colisión sea captado con una cámara… mucho menos que así sea durante un eclipse lunar total. Puede que esta haya sido la primera vez.
“Nunca he escuchado que alguien haya visto un impacto así durante un eclipse lunar”, dijo Sara Russell, profesora de ciencias planetarias del Museo de Historia Natural de Londres.
Russell dijo que solamente se pueden avistar los destellos de las colisiones desde la Tierra cuando la superficie lunar está ensombrecida, algo que sucede unos días antes y unos después de que hay Luna nueva. Las detecciones no pueden darse cuando hay Luna llena luminosa, aunque eso cambió gracias al eclipse.
Justin Cowart, estudiante del posgrado de Ciencias Geológicas de la Universidad Stony Brook, en Nueva York, logró calcular la ubicación del impacto después de ver el destello. Con ayuda de imágenes tomadas por un astrónomo aficionado, Christian Fröschlin, Cowart determinó que la colisión fue al sur del cráter Byrgius, en la parte occidental.
Es posible que el nuevo cráter sea avistado pronto por el satélite de la NASA Lunar Reconnaissance Orbiter, que estudia la superficie lunar, aunque con el destello mismo ya se puede estimar el tamaño del objeto que hizo colisión con la Luna y la velocidad a la que iba. A partir de las bases de datos de destellos por impacto de la NASA y de la Agencia Espacial Europea, Cowart cree que el tamaño del objeto “está entre el de una bellota y el de una pelota de tenis”.
Los datos de detección del sistema MIDAS (Sistema de detección y análisis de impactos lunares por su sigla en inglés) encontró que la roca espacial era un meteoroide muy pequeño que pesaba unos 9 kilogramos y no tenía un diámetro mayor a 30 centímetros.
El origen del meteoroide aún no queda claro. Según José María Madiedo, astrofísico de la Universidad de Huelva, en España, que es codirector del MIDAS, la mayoría de los objetos que hacen colisión con la Tierra provienen de cometas y no de asteroides, por lo que se puede suponer que sucede lo mismo en caso de colisión con la Luna.
Por tanto, dijo, “la situación más probable es que el impacto haya sido producido por la roca de un cometa”.
Dadas las dimensiones tan pequeñas del objeto, debía moverse a una velocidad inmensa para poder crear el destello de luz que fue visible desde la Tierra. Madiedo dijo que la velocidad del impacto rondaría los 61.000 kilómetros por hora. Esa velocidad es el doble de la que necesitaba el antiguo transbordador espacial de la NASA para escapar de la gravedad terrestre.
Ver un eclipse lunar siempre es maravilloso, pero ver uno en el que también llega a la fiesta un resto hipersónico de un cometa va más allá.