Hay solamente dos métodos aprobados para los hombres: vasectomía y preservativo. Pese a la escasa oferta, la primera está comenzando a aumentar y las consultas a los especialistas es mayor año a año
Históricamente, la elección de los métodos anticonceptivos ha sido exclusiva responsabilidad de las personas con capacidad gestante. El desarrollo científico acompañó la premisa y actualmente contamos con diferentes métodos para evitar el embarazo no planificado. Sin embargo, las personas que más cantidad de hijos pueden concebir son los hombres. Durante un año, una mujer puede concebir y parir un solo hijo mientras que los hombres pueden embarazar a una cantidad bastante ilimitada de mujeres en un mismo periodo.
¿Esta diferencia la vemos reflejada en métodos anticonceptivos? Lejos de eso. Actualmente contamos con aproximadamente unos 12 métodos diferentes para mujeres contra sólo 2 métodos aprobados para los hombres: vasectomía y preservativo.
Pese a la poca oferta, la demanda masculina está comenzando a aumentar. Expertos refieren que la tendencia respecto de las consultas en los últimos tiempos es hasta tres veces mayor año a año. Es que ocuparse de la anticoncepción, por parte de los hombres, no es un acto heroico ni romántico, es simplemente una conducta responsable y necesaria.
¿En qué consiste la intervención?
La vasectomía consiste en la ligadura de los conductos deferentes a nivel escrotal con el fin de impedir el pasaje de espermatozoides provenientes del epidídimo. Es un método quirúrgico efectivo, seguro y permanente de anticoncepción. Es igualmente eficaz que la ligadura de trompas pero más sencilla, más rápida y más segura, siendo por tanto uno de los métodos anticonceptivos más eficientes. Es un procedimiento quirúrgico sencillo y ambulatorio, requiere de anestesia local y en términos generales no presenta demasiado dolor.
En el 2006 se sancionó la Ley Nacional 26.130 de contracepción quirúrgica que establece que todas las personas capaces y mayores de dieciocho años pueden acceder a la ligadura de trompas y a la vasectomía de manera gratuita. Es decir que solo necesitás ser mayor de dieciocho años y dar tu consentimiento. No es requisito haber tenido hijos, ni pedirle permiso a alguien, ni el juicio de valor que pueda hacer el profesional tratante. Es tu derecho. Es fundamental que se te brinde toda la información necesaria respecto del procedimiento y sus consecuencias.
¿Es reversible?
Mi sugerencia es que si estás buscando un método reversible, no vayas a lo quirúrgico. La forma de obtener un embarazo, luego de una vasectomía, es a través de un procedimiento de reversión, es decir, uniendo de nuevo los extremos de los conductos deferentes que se bloquearon en la vasectomía. El éxito de la reversión oscila entre el 63% y el 98%, e incluso en manos de un microcirujano experimentado su éxito está lejos de estar garantizado. Pero, a la vez, estudios muestran que es bajo el índice de personas que se arrepienten luego de realizada la intervención, aún aquellos que se esterilizaron sin haber tenido hijos previamente. Otro recurso, es a través de la reproducción asistida.
Dos cosas importantes a tener en cuenta: luego de la cirugía es necesario hacer un espermograma de control para chequear que no haya espermatozoides en el semen, y durante ese tiempo, utilizar otro método anticonceptivo. Además es súper importante tener en cuenta que no protege de enfermedades de transmisión sexual.
¿Cómo impacta la vasectomía en la vida sexual?
En general, se puede volver a tener sexo entre unos días y una semana después de la intervención. Los testículos continuarán produciendo la hormona masculina (testosterona) tal como lo hacían antes del procedimiento. El deseo sexual, la sensación y la capacidad para tener una erección no se ven afectados. La única diferencia es que no habrá espermatozoides en su semen. La erección tiene la misma firmeza y duración, se eyacula la misma cantidad de líquido que antes de la intervención, y no altera las relaciones sexuales ni su placer.
De hecho, contar con un método seguro tiene un impacto positivo en el deseo y en el disfrute ya que relaja y permite entregarse a las relaciones sexuales sin miedo a un embarazo no planificado. Además corre a la mujer de las tareas de cuidado, planificación y de los efectos de la anticoncepción que muchas veces atenta contra su deseo. El cuidado comienza a ser una responsabilidad individual y el disfrute de todos.
*Cecilia Ce es psicóloga, sexóloga y autora de los libros Sexo ATR y Carnaval toda la vida (editorial Planeta). En Instagram: @lic.ceciliace