Rubén está de festejo. Es su cumpleaños número 76 y está preparando la comida para reunirse con su esposa, sus tres hijos y sus siete nietos. Pero este jubilado ferroviario tiene mucho más para celebrar. Acaba de ser declarado por la Justicia heredero universal de su padre, el quíntuple campeón de la fórmula 1 Juan Manuel Fangio. Según el inventario de bienes y derechos, la fortuna ascendería a más de 50 millones de dólares.
«Estoy muy contento. La firma del juez fue una cosa muy especial, algo muy esperado», cuenta a Clarín en una entrevista telefónica. Para llegar a este desenlace, tuvo que atravesar un proceso judicial de 13 años. «Fue un camino muy largo y difícil, una lucha intensa. Arranqué en 2005, yo no pensaba que iba a pasar tanto tiempo y que iba a haber tantos inconvenientes. Pero todo llega», sostiene.
Rubén nació en Balcarce en 1942 y está radicado en Cañuelas desde sus 9 años. Conocía al piloto, que incluso era su padrino, pero hace una década se enteró que en realidad era su padre. La noticia se la dio su madre, Catalina Basili. La mujer murió en 2012 a los 103 años y ante un escribano había firmado un acta donde admitía que su hijo Rubén era fruto de una relación con Fangio, con quien mantuvo un romance a principios de los años 40.
Juan Manuel Fangio (AP).
«No he tenido vivencias, lamentablemente», dice Rubén sobre la relación con su padre. «Pero son cosas de la vida, son cosas del destino. Lo que puedo decir es que me siento orgulloso de ser el hijo del más grande corredor de todos los tiempos. Creo que ha dejado algo en las pistas, y un sentimiento en las personas que no se va a borrar nunca», sostiene. «El año pasado estuve en Europa y me di cuenta del cariño y el respeto que tiene la gente hacia él. Te pone la piel de gallina escucharlos», asegura.
Rubén trabajó en el ferrocarril Roca, en Cañuelas, durante 34 años. Pasó por muchos puestos -practicante, boletero y auxiliar- hasta que llegó al área administrativa. «El ferrocarril me llega muy adentro», se entusiasma el ahora jubilado. Asume que no estuvo tan ligado al automovilismo, aunque se apura a acotar: «Igual, todo aquel que maneja un coche se siente un poco Fangio, ¿no te parece?»
Al pensar en la batalla judicial, saca cuentas y sostiene que «todos los años hubo una noticia». En 2015, exhumaron el cuerpo de Fangio del cementerio municipal de Balcarce. En 2016, confirmaron que los estudios de ADN habían dado positivo. «Estuve llorando como dos horas, por todo lo que había pasado», recuerda sobre ese momento. En 2017 le entregaron su nuevo DNI, cuando dejó de ser “Rubén Juan Vazquez” y pasó a llamarse “Rubén Juan Fangio”.
Ruben fue reconocido como hijo y heredero de Juan Manuel Fangio. (Germán García Adrasti)
Ahora, en 2018, ganó la mayor de las batallas: logró el control del patrimonio y legado que dejó su padre. Se concretó a fines de la semana pasada, cuando el Juzgado Civil N° 19 del Poder Judicial de la Nación dictó la declaratoria de herederos. Rubén agradece al «apoyo que me ha dado la gente durante tantos años de lucha». Dice que el pueblo lo ayudó, le dio fuerza, y que nunca se sintió solo.
“Estamos con la satisfacción de finalizar una batalla que para Rubén parecía inalcanzable», dijo en un comunicado Miguel Ángel Pierri, su abogado desde el primer momento. “La fortuna de Fangio aún es incalculable y podría ascender a los 50 millones de dólares o más, porque además de las propiedades, hay negocios que aún están en marcha y que hoy con la declaratoria de herederos en mano se encuentran en un riguroso análisis a los cuales apunta el estudio”, agregó.
Consultado por Clarín, Esteban Bagnato, otro abogado del mismo estudio, explicó que «luego de la primera auditoría llegamos a un informe que nos arrojó ese número (50 millones de dólares). Estamos en camino de una nueva. El universo patrimonial de Fangio es digno de una investigación muy profunda. Todo ello en los últimos años de vida de Juan Manuel fue diluido o pasado a sociedades que hoy en día se siguen explotando. A partir de esta declaración de heredero universal en forma irrevocable, vamos a cambiar el escenario».
Existen 23 rubros en los que se explota la marca Fangio, con sociedades y desarrollos de negocios en Argentina y el exterior. Se comercializaron y vendieron líneas de ropa masculina, vinos de exportación, ediciones limitadas de relojes, autos de colección a escala, combustible premium “Fangio XXI” de la empresa petrolera YPF, edición limitada de Ferraris, vehículos Mercedes-Benz, llaveros, estatuas, trofeos, réplicas de automóviles con los cuales corrió Juan Manuel Fangio y de colección, entre otros productos.
Juan Manuel Fangio.
Bagnato explicó que la explotación de la marca Fangio es llevada por hijos de una sobrina del piloto, quienes tenían «una especie de poder» y crearon el Grupo Los Templarios. Respecto a «la lista inmensa de propiedades» que el corredor tenía, están a nombre de muchas personas, como sus sobrinos y hermanos. El abogado habla de «sospechosas sociedades u otorgamiento de licencias» y deja en claro que, a partir de este fallo, «toda la herencia se divide entre los dos hijos» de Fangio, que son Rubén y Oscar.
En cuanto al patrimonio, existe un inventario incompleto y por ello se está realizando una nueva auditoría de las propiedades (casas, departamentos, campos, lotes, situados en varios puntos de la provincia de Buenos Aires, Capital y otras zonas del país). También han detectado una lista interminable de bienes propios y de sociedades que el quíntuple campeón poseía.
Finalmente, Bagnato expresó que “queda terminantemente prohibido el uso y/o explotación de la línea Fangio sin el consentimiento legal y escrito del señor Rubén Fangio». Por eso, piden «a aquellos que están explotando el nombre Fangio a contactar al Estudio Pierri para arribar a un acuerdo pacífico, pero que en caso de continuar con la explotación de la marca sin la autorización pertinente se comenzarán a intimar a los mismos e iniciar las acciones legales que así correspondan”.