Francisco alimentó hoy la idea de dejar el cargo antes de su muerte, como su antecesor. “Llega un momento en el que el Señor te dice ‘ve a otra parte’”.
Por Juan Luis González
Los que lo conocen de la época en que todavía era Jorge Bergoglio aseguran que, para cuando hizo el famoso viaje del 2013, ya lo tenía decidido: un retiro tranquilo, en una parroquia de Flores. La sorpresiva elección posterior, que lo coronó como el primer Papa argentino, parece que no cambió mucho su determinación. Si Benedicto XVI lo hizo, porqué no él. Ahora el enigmático Francisco puso otro ladrillo sobre la catedral de rumores que construye desde hace tiempo: “Todos los pastores debemos despedirnos”, dijo en la homilía de hoy. NOTICIAS lo había anticipado.
Desde la capilla de Santa Marta, la residencia dentro del Vaticano en la cual vive, el Papa dejó varias definiciones que podrían pronosticar su futuro. “El verdadero pastor sabe despedirse bien de su Iglesia, porque sabe que no es el centro de la historia, sino un hombre libre, que ha servido sin componendas y sin apropiarse de la grey”, aseguró el argentino. Las palabras no son casualidad: es el pasaje que eligió de la Biblia para la homilía de la fecha, una extracción del quinto libro del Nuevo Testamento, Hechos de los Apóstoles. Ese texto narra la despedida de San Pablo de la iglesia de Éfeso, que él mismo había fundado. “Se podría llamar ‘despedida de un obispo’”, aseguró el Papa sobre el capítulo que leyó.
“Todos los pastores debemos despedirnos. Llega el momento en que el Señor nos dice: ve a otra parte, ve allá, ven aquí, ven a mí. Y uno de los pasos que debe hacer un pastor también es prepararse para despedirse bien, no despedirse a medias. El pastor que no aprende a despedirse lo hace porque tiene algún lazo no bueno con su grey, un lazo que no está purificado por la Cruz de Jesús. Una de las cosas que dará tanta paz al pastor cuando se despide es acordarse de que jamás fue un pastor de componendas, que no se echó para atrás. Para esto se necesita valor”, dijo Francisco.
Para cerrar también fue categórico: “Con este ejemplo tan bello (el de San Pablo), recemos por los pastores, por los párrocos, por los obispos, por el Papa, para que sus vidas sean vidas sin compromisos, una vida en camino, y una vida en donde ellos no se crean que están en el centro de la historia y así aprendan a despedirse”.