El ataque comenzó en abril de 2018 y continuó durante casi un año en un centro dedicado a la construcción y operación de naves espaciales.
La red informática del mítico Jet Propulsion Laboratory (JPL) que la NASA tiene en Pasadena, California, fue víctima de un importante y particular ciberataque. Según el informe oficial, el hacker logró sustraer unos 500 megabytes de datos con una minicomputadora de 35 dólares.
Para realizar el robo de información, el osado hacker utilizó una Raspberry Pi. Se trata de una placa de microchips con puertos que se conecta a una televisión y es compatible con teclado y mouse, entre otras posibilidades.
Esta minicomputadora es utilizada principalmente para que los niños comiencen a dar sus primeros pasos en el mundo de la programación, como así también para que la investigación científica y tecnológica desarrollara software.
Existen varias versiones que se diferencian por características, como la memoria RAM, los puertos de entrada y salida y la capacidad de procesamiento.
El último modelo, denominado Raspberry Pi 4, que fue lanzada el lunes, ofrece un procesador central Broadcom de 4 núcleos Cortex A72 a 1,5 GHz (3 veces más poder que el modelo anterior), y de gráficos más sofisticado con soporte para la decodificación de vídeo 4K a 60 fps (sin compatibilidad con HDR), 1 GB de RAM (y una versión con 2 o 4 GB, de 45 o 55 dólares). Además, cuenta con una lectora para tarjetas microSD.
Pero el cambio sustancial que se evidencia al compararla con modelos anteriores son los puertos que permiten diversos tipos de conexiones. Esta Raspberry Pi 4 cuenta con una entrada Ethernet Gigabit para transferir datos a mayor velocidad, conexión Wi-Fi 802.11ac, dos USB 3.0, otros dos USB 2.0, Bluetooth 5.0 y soporte para dos monitores gracias a su doble salida microHDMI. El conector de electricidad, incluso, abandona el microUSB para pasar a USB-C, lo que le permite entregar más energía al hardware.