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Qué dicen los mapuches sobre la desaparición de Santiago Maldonado

A horas de las movilizaciones convocadas para hoy en Capital, Chubut y Río Negro por la desaparición hace una semana de Santiago Maldonado tras un operativo de Gendarmería que evacuó un corte intermitente en la ruta 40 de la comunidad mapuche en Vuelta del Río, la Justicia Federal de Esquel afirmó que no hay elementos probatorios que certifiquen que el artesano hubiera sido capturado por esa fuerza como aseguraron ayer a LA NACION tres miembros de esa comunidad mapuche.

Mediante un comunicado, el juez federal Guido Otranto quien investiga un pedido de hábeas corpus presentado por sus familiares informó que se realizaron inspecciones muy acotadas en el predio por buzos de la prefectura y un can entrenado en la búsqueda de personas, que tampoco arrojaron novedades. Las pericias fueron muy limitadas ya que no se permitió el ingreso de dos drones ni de un zodiack para relevar minuciosamente el área y el curso del río Chubut, que por la profusa vegetación de sauces criollos, es de difícil navegabilidad, como pudo comprobar LA NACION.

Maldonado, de 28 años, oriundo de 25 de mayo, residía en El Bolsón desde hacía tres meses y realizaba tatuajes en la feria artesanal. Fue visto por última vez, según testigos mapuches, dentro de esa comunidad, cuyo reclamo de tierras el joven acompañaba de manera solidaria.

Los tres miembros encapuchados de comunidad mapuche, que desde 2015 ocupan tierras perteneciente a Compañía Tierras de Sud, de la empresa Benetton, junto a otras familias dispersas por el predio, aseguraron ayer a LA NACION que vieron cómo efectivos de esa fuerza lo golpeaban en un desnivel del terreno, a metros de río Chubut, y que tras formar un cerco humano lo cargaron en una de las camionetas.

Los mapuches mantienen tomadas tierras privadas
Los mapuches mantienen tomadas tierras privadas.

«Tras los disparos con balas 9 mm y antitumulto de la Gendarmería nos dispersamos corriendo y cruzamos el río. Ya del otro lado, escuché los gritos de Santiago y vi cómo los gendarmes lo rodeaban y pegaban», dijo uno de los miembros mapuches, que rehusó identificarse, como el resto en la comunidad, «para no ser perseguidos».

Sin embargo, hoy concluyeron con resultado negativo los peritajes en busca del ADN de Maldonado en las cuatro patrullas secuestradas de esa fuerza y en un camión Eurocargo que también participó del operativo. Los vehículos ya fueron restituidos a la fuerza.

«No vamos a ir al juzgado a declarar bajo juramento lo que ya dijimos: A Santiago se lo llevó la Gendarmería. Y no vamos a ir porque hace años que venimos sufriendo una brutal persecución ilegal por parte de las autoridades que nos arman causas para meternos presos», dijo otro de los encapuchados.

Cuestionaron que en el operativo les secuestraran los elementos de labranza de la tierra, como una motosierra, hachas, palas y cuchillos, entre otras herramientas con las que cultivan papa, arvejas, habas, y trigo. También poseen una huerta y plantaciones de árboles frutales.

Los mapuches sólo se muestran encapuchados.

Sobre su negativa a permitir el ingreso de drones para profundizar la búsqueda, dijeron: «Nosotros ya rastrillamos toda el área y él no está acá. No queremos que hagan tareas de inteligencia».

El campamento mapuche al que accedió LA NACION consta de un puesto de madera que funciona como guardia las 24 horas del día. Por turnos, los miembros custodian que nadie traspase «sus dominios». No están armados. Sólo poseen allí un caballo, elementos de logística y alimentos para cubrir las guardias. Un fogón, mate, torta fritas, bolsas de alimentos y de verduras que les acercan quienes se solidarizan con su causa son los pocos enseres con los que resisten las bajas temperaturas de día y noche.

Cordiales y bien predispuestos al diálogo con la prensa, reivindicaron su pertenencia a esas tierras productivas ancestrales de las cuales, dijeron, fueron despojados por el winka hace 130 años y luego por la corporación capitalista de los Benetton.

«Benetton está haciendo cateos mineros en las tierras que nos arrebató, quieren poner una hidroeléctrica y está contaminando todo el suelo con plantaciones forestales de pinos. No lo vamos a permitir. De acá nos sacarán muertos», dijeron. Respecto a la desaparición de Maldonado, aseguraron que no permitirán nuevos rastrillajes.

A medida que caía la noche, otros miembros encapuchados se unían al diálogo con estos enviados. Viven del otro lado del río Chubut, área que rehusaron pudiera ser visitada por La Nacion para conversar con el resto de la comunidad.

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