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Por un milagro entrerriano, el Papa beatificó a Juan Pablo I

El papa Francisco beatificó hoy a Juan Pablo I, por el milagro que se le atribuye sobre una niña de Paraná gravemente enferma, en 2011.

El papa Francisco beatificó este domingo a Juan Pablo I, el pontífice que estuvo en su cargo solo 34 días en 1978, luego de que el Vaticano aprobara un milagro que se le atribuye sobre una niña entrerriana.

Durante la homilía que pronunció este domingo, Francisco resaltó que el nuevo beato vivió «con la alegría del Evangelio, sin concesiones, amando hasta el extremo».

«Él encarnó la pobreza del discípulo, que no implica sólo desprenderse de los bienes materiales, sino sobre todo vencer la tentación de poner el propio yo en el centro y buscar la propia gloria», enfatizó Jorge Bergoglio.

«Por el contrario, siguiendo el ejemplo de Jesús, fue un pastor apacible y humilde», lo destacó en medio de la fuerte tormenta eléctrica que tiñó de gris el cielo romano desde primera hora del domingo.

Juan Pablo I, de nombre Albino Luciani, fue Papa entre el 26 de agosto de 1978 y su inesperada muerte el 28 de septiembre de ese mismo año. Su fallecimiento siempre estuvo rodeado de hipótesis diversas, hasta que recientemente documentos oficiales confirmaron su deceso a causa de un infarto.

El milagro
El milagro que abrió las puertas a la beatificación se trata de la curación de una niña de 11 años el 23 de julio de 2011, que padecía «encefalopatía inflamatoria aguda severa, enfermedad epiléptica refractaria maligna, shock séptico» y que para entonces estaba al final de su vida, precisó el Vaticano.

Se trata de Candela Giarda, quien viajó en ambulancia desde Paraná hasta la Fundación Favaloro, e Buenos Aires. En este desdichado viaje, la acompañaban su mamá, un médico y una enfermera.

El cuadro clínico de la niña entrerriana era muy grave, caracterizado por numerosas crisis epilépticas diarias y un estado séptico causado por una bronconeumonía.

La iniciativa de invocar al papa Luciani la había tomado el sacerdote Juan José Dabusti, de la parroquia Nuestra Señora de la Rábida, ubicada a metros de la clínica y adonde la mamá de Candela, Roxana Sosa, iba a rezar. Dabusti era muy devoto de Juan Pablo I.

«Al verla en ese estado, me animé a dirigirme a Juan Pablo I para pedirle la recuperación de su hija, y junto con ella y algunas enfermeras presentes, le recé», relató el sacerdote en Roma antes de la beatificación.

El retrato del nuevo beato, titulado «El Papa sonriente», fue caracterizado por el Vaticano como «una obra que encarna el poder contagioso y misterioso del amor».

«Con su sonrisa, el papa Luciani logró transmitir la bondad del Señor. Es hermosa una Iglesia con el rostro alegre, sereno y sonriente, que nunca cierra las puertas, que no endurece los corazones, que no se queja ni alberga resentimientos, que no está enfadada ni es impaciente, que no se presenta de modo áspero ni sufre por la nostalgia del pasado», aseveró Francisco durante la homilía de beatificación.

La beatificación de este domingo busca además poner fin a las polémicas en torno a la muerte de Luciani, con versiones sobre un posible envenenamiento por su decisión de poner transparencia a los organismos financieros del Vaticano, que incluso tuvieron repercusión en el mundo del cine en películas como El Padrino 3.

Uno de los libros que más contribuyó a abonar de la teoría de la muerte natural fue «Papa Luciani, crónica de una muerte», de la periodista Stefania Falasca, vicepostuladora de la causa de canonización de Juan Pablo I y designada vicepresidenta de la fundación creada por Jorge Bergoglio en 2020 para «profundizar en la figura, el pensamiento y las enseñanzas» de Luciani.

En declaraciones a Télam, la sobrina de Juan Pablo I, Pia Luciani, recordó que fue «la primera» en enterarse del fallecimiento de su tío, entonces Papa.

«Fui la primera en ser informada porque mi padre, que entonces era presidente de la Cámara de Comercio de Belluno, estaba en Australia. Afortunadamente, antes de ir a Australia había venido a Roma para despedirse de su hermano. Como él no estaba y yo era la hija mayor, me informaron de la muerte de mi tío. Fue un gran shock para todos», planteó.

Luciani se convirtió hoy en el cuarto Papa beatificado por Francisco, tras Pablo VI, en 2014, y Juan XXII y Juan Pablo II, canonizados ese mismo año. Fuente UNO

 

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