or el atraso en la cosecha, que derivó en fruta que no tiene calidad para la exportación y que en el mercado interno no tiene cabida porque las industrias procesadoras están a plena capacidad, en Tucumán comenzaron a tirarse cientos de toneladas de limones.
La provincia, la más importante en limón, produce 1,5 millones de toneladas de la fruta, y hay estimaciones de que terminará descartándose al menos el 10 por ciento de esa producción, es decir unas 150.000 toneladas de la fruta. En la zona de Las Talitas, por ejemplo, hay fruta desechada en terrenos baldíos. Lo mismo ocurre en otras regiones según el relato de productores.
Entre noviembre y marzo pasado, en la provincia se registraron más de 2000 milímetros, muy por encima de los 1200 a 1500 mm que suelen darse en ese período. Con tantas precipitaciones, todas las tareas ligadas a la cosecha se frenaron. En la provincia el 90% de la recolección se hace entre abril y septiembre.
No solo influyó la cuestión climática, sino un paro de más de 15 días de transportistas en abril pasado. Así, entre la cuestión climática y el paro la cosecha se demoró un mes, aproximadamente, y hoy no solo hay mercadería que se desecha porque no sirve para exportar, sino porque las industrias no la están recibiendo.
«Llevo un 25% de la cosecha cuando para esta época tendría que estar en el 60%», contó a LA NACION Diana Chediak, productora de limón de Burruyacu, Tucumán. «La fruta está pasada de color y también de madurez», explicó. Señaló que hace 12 años no ocurría una crisis como la actual.