«Me veo a mí mismo fundamentalmente como un explorador que ha pasado su vida en un largo viaje de descubrimiento». Viajero incombustible y ávido de nuevos lugares y de asombrosos recuerdos, Paul Strand, a través de sus fotografías, nos invita a volar.
Paul Strand fue uno de los máximos exponentes de la denominada ‘Fotografía directa’, un movimiento que rechazaba la noción de que la fotografía debía imitar a las bellas artes. Aunque comenzó siendo pictoralista, Strand desarrolló una estética que se aproximaba a la (aparente) objetividad de este medio, en lugar de rechazarla.
El neoyorquino se sumó a diferentes movimientos a los largo de su vida. Strand fue vanguardista, abstracto y comprometido; pero también un viajero infatigable en el sentido literal. Trabajó en USA, Europa y África. Su obra se puede ver hasta el 24 de enero en el KBr, el nuevo espacio cultural de referencia en Barcelona.
A lo largo de su larga trayectoria, Paul Strand (1890-1976) desempeñó un papel fundamental en la dignificación de la fotografía como una disciplina equiparable a otras expresiones artísticas y como un medio a través del cual ver el mundo y comprender nuestro lugar en él.
Artista meticuloso, al aire libre procedía como un artista de estudio, tomándose su tiempo para capturar la imagen. Realizaba numerosos preparativos hasta conseguir la luz deseada e incluso buscaba el atuendo adecuado para sus retratados.
Paradójicamente, sus primeras fotografías resultan más modernas que las que realiza entre 1950 y 1960, cuando se centra en la vida de pueblos y comunidades como las de Nueva Inglaterra, Estados Unidos,Ghana, Luzzara, Italia, etc., estableciendo una estrecha relación entre el territorio y sus habitantes, con un punto de vista que se puede considerar documental.
Sin embargo, el propio Strand estaba convencido de la novedad de estas imágenes más tardías en sintonía con la evolución del movimiento moderno pues, “quiso mostrar el modo en el que el tiempo y la historia habían conformado el momento presente de cada lugar que fotografiaba”.
“No importa qué lente ni qué sensibilidad de película uses o cómo la reveles, ni siquiera cómo las imprimas, no puedes decir más de lo que puedes ver.” – Paul Strand –
LA EXPOSICIÓN
Desde el año 2008, Fundación MAPFRE ha reunido una colección de fotografías que a día de hoy cuenta con cerca de 1300 obras. La apertura del nuevo Centro de Fotografía KBr Fundación MAPFRE, Barcelona, nos ofrece ahora la oportunidad de mostrar la obra de todos estos artistas de forma regular, a través de muestras colectivas o monográficas como esta primera de Paul Strand que hoy se presenta.
La exposición está formada por 110 fotografías de las 131 que conserva la Fundación, en la que es la colección más completa del autor custodiada en una institución europea.
El recorrido se divide en cuatro secciones que se conforman a partir de la manera de trabajar del artista, así como de su modo de comprender el mundo.
GEOMETRÍAS: RECONFIGURANDO LA MIRADA
Uno de los elementos con los que Strand aprendió a trabajar en los inicios de su carrera tras un período pictorialista, fue con el movimiento de los peatones desplazándose por la calle. A instancias de Stieglitz y siguiendo a Alvin Langdon Coburn (1882-1966), comenzó a fotografiar desde los viaductos, puentes y edificios altos de la ciudad.
Estas imágenes y su movimiento introdujeron un rasgo documental y de cotidianeidad en su obra que se convertirá en uno de los elementos característicos de la fotografía urbana del siglo XX.
“Mira a las cosas que te rodean, al mundo inmediato que te circunda. Si estás vivo significará algo para ti y si te importa la fotografía y sabes usarla buscarás crear imágenes llenas de sentido. Si dejas que la visión de otros se interponga entre el mundo y tu forma de mirarlo, lograrás esa cosa vulgar y sin valor, una foto pictorialista” – Paul Strand –