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Noticias del ARA San Juan: un error con la válvula E19, la clave del naufragio según un informe de expertos

Lo concluyeron tres submarinistas que convocó el Gobierno. Así ingresó agua y provocó un incendio en las baterías. La nave implosionó entre los “400 y 700 metros” de profundidad, pero no descartan una explosión previa.

Sospechan que una válvula de la ventilación de las baterías hizo estallar al submarino San Juan.

La comisión de expertos del Ministerio de Defensa considera como “la hipótesis más probable” de la causa del naufragio del Submarino San Juan fue un error de operación de la válvula de ventilación llamada E19 que provocó un cortocircuito en las baterías y la generación de hidrógeno que inutilizó a la tripulación y más tarde produjo una implosión.

El borrador del informe final de la comisión, según fuentes judiciales a las que accedió Clarín, sostiene que esa válvula Eco-19 pudo también haber «estado mal cerrada» mientras la tripulación estaba intentando hacer snorkel con un mar bravísimo, es decir tomar aire. Este diario adelantó en exclusiva el 3 de julio pasado que esa era una de las hipótesis más estudiadas por los expertos.

Los sensores del snorkel –una enorme válvula que sale de la torreta- permiten que con cada ola que choca se corta el ingreso del aire, lo que quita oxígeno a la atmósfera interior donde respiraban los 44 tripulantesque enfrentaban una dura tormenta el 15 de noviembre del año pasado.

Con los motores diésel a fondo, en medio de la tormenta, el snorkel cerrándose cada 30 segundos, la situación debe haber sido insoportable y, tal vez, en ese contexto, relajaron la norma de seguridad y abrieron momentáneamente la Eco-19 para que circule más el aire. Entonces, empezó a entrar el agua por donde no debería pasar nunca, se derramó sobre los bornes de las baterías de proa y generó el cortocircuito fatal.

Los miembros de esa comisión de expertos en submarinos de Defensa son los contraalmirantes (RE) Adolfo Trama y Alejandro Kenny y el capitán de navío (RE), Jorge Bergallo. Este último es padre de una de las víctimas y segundo comandante del San Juan, Jorge Ignacio Bergallo. Los especialistas, que hicieron una serie de pruebas y consultaron a expertos del exterior, ya declararon como testigos ante la jueza federal de Caleta Olivia, Marta Yáñez, que investiga si hubo alguna responsabilidad penal en el naufragio.

El ministro de Defensa, Oscar Aguad, espera la versión final del informe en los próximos días para entregarla a la comisión investigadora bicameral del Congreso.

Según las fuentes, el borrador señala que si bien se manejan diferentes hipótesis sobre las causas del naufragio, «algunas más probables que otras, la realidad es que a la fecha no se sabe qué fue lo que le sucedió al submarino» y  «sólo se manejan hipótesis probables”.

Una de esas hipótesis apuntaría al «error de operación» de la válvula E19 (válvula de ventilación interna) que pudo haber provocado el ingreso de agua de mar al balcón de barra de baterías de proa durante la maniobra de snorkel, lo que habría generado un cortocircuito y la consecuente generación de hidrógeno. De otra manera no se explicaría el último y único reporte de avería que informo el San Juan en la madrugada del 15/11”. Se refiere al informe del comandante del San Juan, capitán Pedro Fernández, que comunicó a su base que una vez que finalizada la carga de aire –en superficie con el snorkel- volvería a inmersión, “a plano profundo”, como dicen los submarinistas, para navegar con las baterías y evitar así las consecuencias del temporal. Plano profundo es navegar a unos 40 metros de la superficie.

La comisión realizó cálculos tendientes a determinar la probabilidad de ocurrencia de “una ignición espontánea» producto del escape de ese hidrógeno. Pero sí bien podría haber afectado a la tripulación «no pudo haber provocado la rotura del casco resistente del submarino”, subrayaron las fuentes que leyeron el informe.

Es decir, esa ignición (incendio) neutralizó a la tripulación en el plano profundo pero no hizo estallar la nave, que sí implosionó cuando cayó sin control hasta llegar cerca de los 600 metros. Esa es, aproximadamente, la profundidad de colapso de diseño del constructor alemán. Según un analista norteamericano, la implosión fue a 418 metros y su energía equivalió a 5.216 kilos de TNT.

Así la anomalía acústica verificada para el 15 de noviembre por la Organización del Tratado Internacional de Prohibición Completa de Ensayos Nucleares (CTBTO, en inglés) podría haber correspondido a la implosión del San Juan.

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