En dólares caen desde hace tres años y en cantidades están por debajo de 2011, según DNI; el rol de los bienes de consumo y los rubros en alza
¿Hay una invasión de textiles?, ¿avanzan las manzanas chilenas?, ¿Se viene un furor del puerta a puerta y un aluvión indiscriminado?. Las preguntas se acumulan y en Twitter suelen convertirse en trending topics. Sin embargo, los datos demuestran que la realidad no sería tal.
En los primeros ocho meses de este año las importaciones bajaron un 7,6% en comparación con el mismo período del año anterior. «El débil nivel de la actividad económica, la devaluación en el tipo de cambio oficial, y también (especialmente) el descenso de precios internacionales en no pocos bienes importados son las principales razones de ese descenso», explica Marcelo Elizondo, titular de la Consultora DNI. Y avanza en un ejercicio que desmitifica el supuesto boom importador: Si se prevé un comportamiento similar para todo el año, las importaciones llegarían en 2016 a unos US$ 55.782 millones. Es decir, la cifra más baja (en importaciones) desde 2009. «Estaríamos así ante importaciones que serían, en casi US$ 20.000 millones, menores que en el récord de 2013», agrega.
Contra lo que se suele creer la matriz productiva argentina demanda la mayoría de los bienes que arriban. Es decir, no sólo se trata de electrónicos, ropa y juguetes que aterrizan desde el exterior. Vale revisar el comportamiento del último año que suele ser similar en términos de proporciones durante los últimos ejercicios. Las importaciones estuvieron compuestas en alrededor de un tercio (30%) por bienes intermedios, que son insumos para la producción. Y a ello se lo completa con un 20% en bienes de capital (equipamiento), un 21% de piezas y partes (para armado o reposición), un 12% por combustibles y lubricantes (2/3 se usan para la producción), y un 6% por vehículos (más de la mitad se utiliza, directa o indirectamente, para fabricar), según desglosa Elizondo.
Dime para qué vienes
Sólo el 11% fueron importaciones de bienes de consumo. En resumen, un 80% de lo que la Argentina trae del exterior se vincula con su capacidad productiva. Eso genera un efecto rebote cuando la economía crece y un retroceso cuando decae como ocurre en lo que va de este año.
La historia de los últimos 20 ejercicios permite dar también otro marco. «La comparación entre las importaciones -medidas en dólares pagados al exterior por las compras de bienes- con el Producto Bruto Interno (PBI), arroja un resultado que muestra que en la presidencia de Néstor Kirchner se observó el mayor ratio importaciones/PBI en 20 años», agrega Elizondo. Superando incluso a la década del ?90.
Es cierto que medir las importaciones sólo por dólares pagados al exterior puede llevar a confusiones porque en el caso de ejercicios (como el de este año) en el que los precios descienden, una caída puede estar explicada exclusivamente por precios.
En siete meses las importaciones medidas en dólares pagados descienden 7,7% y los precios bajaron un 13,3% y descontada esa caída se observa un aumento de importaciones en cantidades de 6,5%. Las importaciones medidas en valores pagados tuvieron fuertes alzas hasta 2011, y después comenzaron con movimientos de alzas y bajas en las que en promedio prevalecieron las bajas desde 2012. Pero esto también ocurrió si se miden las cantidades (excluido el efecto de baja de precios). Las importaciones crecían fuertemente hasta 2011 y luego la tendencia cambió.
«No puede hablarse de «apertura indiscriminada» porque las importaciones caen medidas en dólares pagados (valores) y si se las mide en cantidades aunque crezcan contra el año anterior (lo cual es lógico ante las restricciones a las importaciones que se observaban hasta el año pasado) están aún más bajas que en 2011″,agrega Elizondo.
No obstante, dentro de la microbalanza sectorial hay algunos rubros que crecen. Los bienes de consumo, que en cantidades efectivamente suben en lo que va del año un 20% en cantidades y son un ejemplo de ello. Sin embargo, en la torta total su incidencia es del 10% con lo cual no varía el resultado global.
Las prendas de vestir de punto que este año se proyectan en US$ 120 millones (importaban US$ 95 millones en 2015 pero antes por US$ 148 millones en 2012) y el algodón que importará este año por US$ 128 millones versus los US$ 117 millones de 2015 muestra la misma tendencia.
Donde sí se rompen records es en la partida de calzado, polainas y artículos análogos que llegaría este año a US$ 490 millones. Otro rubro en alza es el del cinc y sus manufacturas (US$ 69 millones), según las estimaciones de DNI. Por último juegan las manzanas que incrementaron su aterrizaje local y que en este caso es válido compararlas con las peras que caen.