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Mario Pergolini: «No quisimos exponerlo al Indio»

Mañana se estrena el documental sobre el Indio Solari. El ex líder de Los Redondos habla allí, entre otras cosas, de su enfermedad y de por qué le dijo que no a la invitación para cantar con los Stones. Se verá gratis en la web.

Pergolini no entiende cómo nació la relación sincera que tiene con el Indio. «Cuando me enojo por algo, lo llamos Carlos», dice (Gerardo Dell’Oro).
“Sólo por vorterix.com. No hay estreno. Es lo más parecido a un consumo de Nexflit”.

¿No hay función para que pongamos clarincitos?

No, no, jajá. Esto es para instalar marca. Suponemos que la película la van a ver un millón de personas.

Pensaba en lo del pogo más grande del mundo. ¿El pogo es un invento argentino?

¿De dónde vendrá la palabra pogo (agarra la compu). ¡Nuestro próximo documental debería ser la historia del pogo! Veamos, sí: se le atribuye a Sid Vicious, al punk. Mirá –lee- se llama pogo o Mosh, en inglés y tiene sus inicios en el punk. Su invención se atribuye a Sid Vicious, bajista de Sex Pistols, durante un concierto de la banda, antes de formar parte de la misma. Al parecer, en dicho concierto -sigue leyendo- no había escenario, la banda tocaba al mismo nivel que el público y como no podía ver nada él empezaba a saltar y empujaba bruscamente dando golpes… Igual, los argentinos siempre creímos que el pogo es nuestro por Jijiji -tema emblema de Los Redondos-, denominado el pogo más grande del mundo.

Fijate si figura en el Guinness.

¡Hacé un poco de laburo vos! Los Stones, en la última gira, tuvieron un invitado en cada lugar. El Indio lo cuenta en el documental. Lo invitaron para que cantara con ellos, lo mismo que a Juanes, en Colombia. El Indio no quiso, no aceptó porque se sentía muy estático comparado con la energía de Mick Jagger. Así que no fue.

¿No hubo Plan B?

Se ve que no.

                                                            …

Por alguna razón que desconoce hasta el mismo Pergolini, el Indio Solari aceptó un larguísimo mano a mano con él, que se grabó antes de su último show en Tandil, el 12 de marzo ante 200 mil personas. Eso se convirtió en la columna vertebral de Tsunami. Un océano de gente, documental que será algo así como una secuela de Piedra que Late, trabajo que registró el show del ex Redondo en diciembre de 2011, en la misma ciudad.

¿Sentís que pudiste atravesar el personaje o te topaste todo el tiempo con el mito?

La mitad del documental es la entrevista que en realidad duró, bruto, hora cuarenta. Después se hizo una edición a cargo de los directores Julio Leiva y Maxi Díaz. El tipo aceptó que lo central sea una charla con él, y lo aceptó con toda su fobia con las cámaras, lo que hizo que pudiéramos aprovechar semejante generosidad.

¿Hay que ser muy lameculo para llegar a él?

La verdad que yo no lo soy y le contradigo muchas cosas en la entrevista. Cuando me enojo por algo, porque se va de tema o algo, lo llamo Carlos, jajajá… A mí no me sirve ser obsecuente. El documental -que se estrena mañana- tiene preguntas importantes… Pero sí, yo también me pregunto por qué me da una entrevista a mí. No tengo amistad con él y nunca le pregunté por qué tenemos este vínculo de sinceridad el uno con el otro.

¿Qué suponés?

Soy el tipo al que el rock nacional más le ha confiado su material para que lo escuche. Me sigue pasando que me llegan los discos antes de ser editados para consultarme cuál debería ser el corte de difusión… No puedo entender por qué esta relación sincera. Jamás le dije: Indio, soy redondo desde la cuna (…) La entrevista se hizo un día antes del recital en el hotel donde él estaba hospedado. Tandil se encontraba literalmente tomado. El me había confesado en una nota medio improvisada, unos meses antes, en la radio, que estaba enfermo y no había hablado mucho más.

Me acuerdo, sí, se especulaba con distintas enfermedades: si era sida, si era cáncer…

¡Claro! Yo le dije: Indio, vamos a tener que hablar de la enfermedad y él me respondió que no había ningún problema y me dijo que íbamos a poder hablar de un montón de cosas. Hubo momentos que fueron dramáticamente emotivos. Cuando terminamos la nota le dije a Julio (Leiva, el director). “Te arruiné el documental. Fue muy fuerte”.

¿En el corte final decidieron cuidarlo o exponerlo?

No quisimos exponerlo, no sumaba. Mostrarlo emocionado al Indio lo avergonzaba un poco y le respetamos eso. Hubo momento fuertes, hubo minutos de largos silencios. En un momento veo que el cámara estaba llorando…

¿Lo más jugoso quedó afuera?

Yo no diría eso. Afuera quedan momentos muy emotivos, donde él se pone muy triste por lo que está contando. O cuando lamenta lo de su enfermedad. Fue como cuando te sincerás en una charla frente a un psicólogo. Se emociona cuando habla de los Redondos y hace una confesión: “Nunca me quise ver grande. No sirvo para ser grande”.

Grande de edad.

De edad, sí. “No me corresponde esta edad”, dice. Cuenta que le parece una mierda ser grande y también que le pusieron fecha de vencimiento.

¿El Parkinson tiene fecha de vencimiento?

Depende cómo se cuida. Pero sí tiene fecha de vencimiento para hacer su actividad. Lo jubila. Los síntomas de la enfermedad son tembleques o endurecimientos en el cuerpo, un estado de enorme contractura con lo cual no podría ni cantar.

¿Por qué el Indio mueve tanta gente y Skay no?

Yo me hago la misma pregunta. Y se la hago. Cuando Skay toca en Vorterix no nos alcanzan los tickets para vender. Hizo cinco Vorterix y podríamos haber hecho 37. Pero el Indio da sus razones en la película. Explica por qué cree que la convocatoria es suya.

La oficina de Pergolini es escandalosamente cómoda. En la parte correspondiente al living hay juguetes de Star Wars y una biblioteca con algunos ejemplares que parecen ni haber sido hojeados. “Tengo libros, ¿viste?”. Lo dice bajándose el precio con la hiena conocida de su voz. Al rato citará a Kenneth Goldsmith, el ensayista y autor deEscritura no creativa. Para la entrevista tiene una predisposición absoluta. Del lado del escritorio se puede fumar. En el piso de abajo de su productora hay una pileta y una de esas mesas largas donde podemos imaginar el almuerzo de empleados que ahora mismo trabajan apoltronados entre sillones y mesas ratonas. “Que hagan lo que se les canta el culo. Lo único que me importa es que el trabajo salga”. Dice Mario, líder de jean y zapatillas.

                                                                 …

¿Te explica el Indio la posta de por qué se separaron los Redondos?

Da su punto de vista con una respuesta corta. Usa una palabra concreta que no te la voy a decir, porque es como contar el final de House of Cards.

Uno recuerda la conferencia de prensa de Olavarría (1997), pero no hay otros registros audiovisuales del Indio hablando.

Es muy loco. Ver los gestos, verle la cara a un artista tan masivo, tan grande, con millones de remeras. Nadie mantuvo el secreto de su persona tanto tiempo. Te puedo asegurar que el Indio del escenario es otro tipo completamente distinto. Este es un tipo sumamente agradable, gracioso, cálido…

¿Le gusta el personaje que fabricó?

Dice que el Parkinson venía avisándole de antes, pero él confundía eso con sus fobias.

¿Notaste signos de la enfermedad?

No, pero él dice que todo empezó cuando quiso abrocharse un botón de la camisa y no lo podía embocar. Se dio cuenta que empezaba a perder el control de sus propios movimientos.

¿Querrá morir de viejo o preferirá una muerte más trágica?

Le pregunté.

¿Y?

Me contesta. También le pregunto si por la enfermedad va a reunir a los Redondos. ¡Imposible!

30-09-16 Epu Mario Pergolini y Julio Leiva foto Gerardo Dell’Oro buenos aires mario pergolini Julio Leiva conductor de radio periodista guionista productores nota entrevista reportaje

Tecnología y medios

Te vi en lo de Fantino y me sorpendió mucho tu postura de CEO de una empresa de comunicaciones.

Bueno, yo me dedico hace mucho tiempo a tecnología y medios.

Acostumbrás hablar de la radio como si fueras Héctor Larrea, pero tu vida pasa por otro lado.

Cuando conducía en televisión me editaba, me grababa, me preocupaba en conseguir tecnología, trabajé en el pre-Internet… Yo no soy ni locutor ni periodista. He armado una empresa de producción de televisión como Cuatro Cabezas, donde hicimos el diferencial con la tecnología. Las tecnologías nos dan herramientas para comprender audiencias y comportamientos. Hay que entender quién es tu audiencia y qué querés hacer con tu contendido. Gran parte del contenido hoy es un commodity. La música es un commodity. La música que tengo yo la tiene todo el mundo. No hay nadie menor de 25 años escuchando radio, porque la música ya la tienen y la ansiedad se puede satisfacer muy rápidamente…

Sin embargo vos dijiste que en Twitter no duraste ni 72 horas.

No tengo ni Whatsap. Tener las herramientas no te vuelve tecnologizado. Facebook es nada más que una herramienta que usa todo el mundo. Pero no sabés cómo se programa, por qué están las publicidades que están… Hoy la gente que se sienta a mirar la tele son señoras mayores de 55. Es ridículo escuchar radios FM que le hablan a pibes que ya no están escuchando.

¿Y cómo se logra que Metro tenga una misma programación hace años? ¿Eso no habla de un éxito?

Metro perdió audiencia a lo pavote.

La tecnología no se lleva bien con la fuerza de trabajo.

La tecnología no se está llevando bien con la fuerza de trabajo. En el periodismo la cuestión se ha reconvertido. Se sigue respetando al que tiene una forma interesante de escribir o es una firma. Pero no hay nadie por debajo de 30 años que mire los puntocom de noticias.

¿Sos de derecha?

¿Eh? ¿Sigue existiendo eso? ¿Qué es derecha y qué es izquierda?

La tecnología es de derecha.

¡No! Un montón de jóvenes tienen posibilidades de levantarse más veces que antes. Los jóvenes no son fieles, se llevan por sus impulsos y la tecnología es muy aglutinadora.

¿Votaste a Macri?

En otro momento no hubiera tenido problema en responder, pero no es país para decirlo. Después lees los comentarios de la nota y decís: ¡cuántos pelotudos!

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