El encuentro será la semana siguiente a las elecciones del 22 de octubre y se hará eje en la responsabilidad fiscal de las provincias y en la actividad parlamentaria
En plena campaña electoral, el presidente Mauricio Macri resolvió que convocará a todos los gobernadores del país para después de las elecciones del 22 de octubre próximo con el objetivo de avanzar en una agenda de leyes y acuerdos sobre reformas estructurales para los próximos dos años.
Macri le pidió al ministro del Interior, Rogelio Frigerio , que convoque a todos los gobernadores, incluidos los de la oposición. Hasta hoy el dilema era si dialogaría con todos juntos o con cada gobernador por separado. «La convocatoria será a todos», dijo a LA NACION un alto funcionario. La organización estará a cargo de Frigerio.
La convocatoria será la semana posterior a los comicios. Pero todavía no hay fecha fijada para el encuentro ni para la la foto. Podrá ser en la Casa Rosada o en Olivos. Estarán Macri y el jefe del Gabinete, Marcos Peña.
El objetivo es aprovechar el envión de un posible triunfo claro en las urnas para dialogar desde una posición de fuerza. «Será una reunión de trabajo y repaso de agenda», agregó a LA NACION otra alta fuente de la Casa Rosada. La agenda serán los proyectos de ley de reforma tributaria, de responsabilidad fiscal de las provincias, y el Presupuesto de 2018. «Queremos convocarlos para un acuerdo amplio», dijo un alto funcionario de Macri.
También podría incluirse un diálogo sobre el reclamo de la gobernadora bonaerense,María Eugenia Vidal , ante la Corte Suprema, para rescatar el Fondo de Conurbano Bonaerense para su provincia. «Eso dependerá de la Corte, si falla o no», dijo otro allegado al Presidente. Las señales de la Corte son que el caso podría demorarse más de lo que se cree.
No estarán incluido en ese acuerdo la reforma laboral ni la reforma de la coparticipación federal, que sólo se negociará en 2018 para presentarlo en el Congreso en 2019, año de las elecciones presidenciales.
Las reformas en materia laboral se harán mediante varios proyectos de ley, decretos y otros instrumentos administrativos que no necesitan leyes. No se negociarán con los gobernadores, sino con los sindicatos de la CGT, sector por sector, y con las cámaras empresariales, confiaron a LA NACION cerca del ministro de Trabajo, Jorge Triaca. El objetivo es la baja del costo laboral y de la litigiosidad laboral para incentivar las inversiones en los futuros años.
De este modo, Macri comenzó a definir el formato de la relación con el peronismo para los próximos dos años. «Queremos convocar a todos para encarar la última parte del año después de la campaña que dejó algunas heridas. Con la mayoría de ellos tenemos una buena relación», dijeron en el primer piso de la Casa Rosada.
Aseguraron allí que Frigerio mantiene buen diálogo con varios gobernadores peronistas: Juan Manuel Urtubey, de Salta; Juan Schiaretti, de Córdoba; Sergio Uñac, de San Juan; Sergio Casas, de La Rioja; Gustavo Bordet, de Entre Ríos; Domingo Peppo, de Chaco, y Mario Das Neves, de Chubut, entre otros. En cambio, Macri espera que un triunfo de Cambiemos sirva para ablandar la actual relación tensa con Carlos Verna, de La Pampa; Gildo Insfrán, de Formoasa; Alberto Rodríguez Saá, de San Luis, y Alicia Kirchner, de Santa Cruz.
Si se logran esos acuerdos, Macri convocará a sesiones extraordinarias en el Congreso para debatir -y sancionar las leyes- en diciembre y de febrero. Los funcionarios y los legisladores ya avisaron que quieren vacaciones en enero, luego del año de campaña.
De aquí a las elecciones, el Gobierno evaluará la situación política en cada provincia según los resultados electorales para diseñar el diálogo con el peronismo.
El escenario más favorable al que aspira Macri es un bloque sólido de unos 30 senadores liderados por Miguel Angel Pichetto y otro de 50 diputados que responderán directamente a los gobernadores, porque ellos los pusieron. En el Gobierno imaginan que si Urtubey gana en Salta, el jefe de ese bloque podría ser el salteño Juan Pablo Kosiner.
Estiman que en ese bloque estarán los diputados actuales de Sergio Massa, de Diego Bossio, y otros peronistas vinculados a Florencio Randazzo. «El peronismo se va a ir uniendo. ¿Dónde van a ir Felipe Solá, Graciela Camaño o Marco Lavagna?», razonan.
También el Gobierno intentará tejer alianzas con los bloques de diputados de partidos provinciales que gobiernan sus distritos: el Movimiento Popular Neuquino, el Frente Cívico de Santiago del Estero, y el peronismo de Misiones. El objetivo es aprovechar el envión de un triunfo para aprobar las leyes clave de los futuros dos años de la gestión y transmitir una imagen de gobernabilidad para lograr inversiones.