Si bien la actividad física es fundamental para llevar una vida saludable, los días de mucho calor también puede representar un riesgo para nuestro organismo.
“Cuando se produce un golpe de calor el cuerpo pierde agua y sales esenciales para su buen funcionamiento. A medida que el cuadro avanza, el organismo empieza a tener dificultades para regular su temperatura por los mecanismos habituales, como la sudoración, por lo que se produce un aumento considerable de la misma”, explica la Dra. El Haj.
A continuación, la profesional menciona algunos de los síntomas asociados al golpe de calor, a los cuales debemos estar atentos:
- Sed intensa y sequedad en la boca.
- Temperatura mayor a 39º C (medida en la axila).
- Sudoración excesiva.
- Sensación de calor sofocante.
- Piel seca.
- Agotamiento, cansancio o debilidad.
- Mareos, sensación de desmayo o vértigo.
- Calambres musculares.
- Agitación.
- Dolor de estómago, falta de apetito, náuseas o vómitos.
- Dolores de cabeza o sensación de latido u opresión.
Algunas recomendaciones
La Directora Médica Nacional de OSPEDYC comparte algunas recomendaciones que debemos tener en cuenta para realizar actividad física los días con temperaturas elevadas:
- Vestirse con ropa holgada y liviana, en lo posible que sea de algodón y colores claros.
- Beber abundante líquido: se recomienda tomar al menos 2 litros de agua diarios y hacerlo con frecuencia, aunque no se tenga sed. Además, se deben evitar las bebidas con mucha cafeína o azúcar y es importante asegurarnos de que el agua sea segura y esté preservada en botellas limpias y frías.
- Aumentar el consumo de frutas y verduras frescas.
- Evitar la actividad física intensa.
- Evitar hacer ejercicio en los horarios más calurosos del día, especialmente entre las 10:30 y las 15:30 H.
- Cubrirse la cabeza con gorras y utilizar protector solar con factor de protección mayor a 30 FPS.
- Aumentar los cuidados si hay factores de riesgo preexistentes.