Liverpool le ganó a Flamengo y gritó campeón con un golazo de punta a punta

Fue 1-0 con una definición exquisita de Firmino en el primer tiempo extra. Así los ingleses se tomaron revancha de la final de la Copa Intercontinental 1981 que había quedado en manos de los brasileños.

Con la precisión en velocidad que es marca registrada del equipo inglés. Con una definición brasileña, cargada de engaño y clase en un momento caliente en el que el corazón suele ganarle a la cabeza. Por jerarquía, entonces. Por tener mejores cartas en el mazo y a la larga contar con las mejores condiciones para ganar la partida. Por eso y pese al gran partido que hizo el Flamengo que supo hacer su juego, se animó a pelearle de igual a igual a un gigante europeo, el que festeja es el Liverpool. El campeón del mundo es el gran equipo de Jurgen Klopp.

En la previa de la final, el DT de las gafas cool, había dado un diagnóstico acertado: los europeos y los sudamericanos ven con distintos ojos la final, ésa que tradicionalmente se conoció como Copa Intercontinental y que cambió el formato a Mundial de Clubes.