Fue para un canal de televisión uruguayo. El rosarino contó que quisiera aprender a jugar al golf, que a Thiago no le gusta jugar a la pelota y que hace pis sentado.
Lionel Messi comparte con Luis Suárez mucho más que la delantera del Barcelona. También son vecinos y llevan una relación afectiva que excede el campo de juego. Eso se vio en una entrevista con clima distendido publicada por Canal 10 de Montevideo en la que ambos contaron detalles de su intimidad mientras jugaban al truco.
El encuentro ocurrió en Barcelona donde, entre mates, Messi y Suárez participaron de un partido de truco en parejas con sus interlocutores del programa “Por la camiseta”. Entre mano y mano, salieron preguntas sobre la vida de los jugadores.En este contexto, Messi reveló que Thiago, su hijo mayor, no es fanático del fútbol. “Va a la escuelita (del club Barcelona) porque va Benja (Benjamín, hijo de Suárez) y otros compañeritos del Colegio. Pero no le gusta mucho. No es como Benja, que está todo el día con la pelota». A diferencia de su padre, Thiago es derecho.
Messi también contó que suele jugar al básquet (“me defiendo, tenemos un aro en el vestuario”) y que le gustaría aprender a jugar al golf. También señaló que no le gusta “hacer trampa a nada” y coincidió con Suárez en la comida preferida de ambos: el asado.
Uno de los momentos que más risas generaron en la entrevista fue uno en el cual Lionel Messi debía responder sobre gustos y costumbres de su compañero. “¿Postre?”, interrogó el conductor. «Cualquier cosa con dulce de leche», respondió Leo, acertadamente. ¿Película? El argentino no supo que era Titanic. «¿Posición para hacer pichí?». Messi miró a Suárez y ambos sonrieron: “¿Qué? ¿Vos meás sentado?… Yo también». Todos estallaron de la risa.
«Es más cómodo, te levantás a la mañana, todo dormido… La mandás así para abajo, jajajaja», argumentó el rosarino. «Tampoco tengo que saber los detalles de él», agregó.
También hubo risas cuando el conductor descubrió las medias que llevaba el argentino: con lunares de colores. No faltaron tampoco las gastadas. Como la que Suárez le hizo a la Pulga porque, según cuenta, lo tiene de hijo en el ping pong: «Jugamos tres partidos y le gané y desde ese momento no ha vuelto a invitarme a jugar».