Épicas, grandiosas, espectaculares… así son las historias que despliegan los siguientes diez títulos con lo mejor de lo mejor desde la prehistoria al siglo XVI
A Jorge Luis Borges le hacía mucha gracia aquella anécdota que solía citar en entrevistas para referirse al realismo literario y a ese vástago suyo que llamamos novela histórica. Cuando Flaubert escribió ‘Salambó’, el obsesivo escritor francés se documentó prolijamente y viajó a Cartago con el fin de observar los escenarios reales para su célebre novela sobre las guerras púnicas. Allí vio cactus y, creyéndolos africanos, los incluyó en su libro ejecutando así un anacronismo histórico pues aquella planta era originaria de México y hubiera sido imposible que creciese en África en tiempos de Aníbal. El autor de ‘El Aleph’ añadía a continuación que, por mucho que nos ocupemos literariamente del pretérito, no podemos dejar de ser contemporáneos de nuestro tiempo y que toda novela histórica dice más de nuestro presente que del pasado del que en teoría trata.
La lista que ofrecemos a continuación en orden de ambientación cronológica, personal e intransferible, despliega por ello un perfecto jardín de senderos que se bifurcan para conocer el presente por medio del pasado.
1. ‘El clan del oso cavernario’ – Jean M. Auel
Primera -y mejor- entrega de la triunfal saga ‘Los hijos de la Tierra’ que ha vendido 45 millones de ejemplares en todo el mundo y que se ocupa de uno de esos cruces de camino decisivos de la historia. Cuando la estadounidense Jean Marie Auel imaginó en 1980 el encuentro en la Edad del Hielo entre una niña Cromagnon -Ayla- huérfana y la familia de Neandertales que la acogen, los conocimientos científicos sobre los posibles contactos entre aquellas dos especies de humanos eran aún muy pobres. Hoy sabemos que ambos grupos se cruzaron de tal modo que nuestro ADN conserva de media un 4% de ADN Neandertal. Bien narrado, imaginativo y excepcionalmente ambientado, ‘El clan del oso cavernario’ es ya todo un clásico popular de la novela histórica.
2. ‘Sinuhé el egipcio’ – Mika Waltari
Inolvidable descubrimiento juvenil que sigue irradiando su encanto en posteriores relecturas, la primera y más exitosa novela histórica del finlandés Mika Waltari expone las aventuras del médico Sinuhé en el Egipto de la dinastía XII. Una época de convulsiones terribles marcada a fuego por la herejía monoteísta de Akhenatón y su esposa Nefertiti sirve el pretexto para los viajes de Sinuhé por los grandes escenarios de la Antigüedad tras haberlo perdido todo por culpa de una sibilina cortesana: Babilonia, el país hitita, la Creta del ya extinto minotauro… Publicada en 1945, muchos han querido novelar posteriormente a su manera aquel reinado pero nadie ha logrado la fascinación y el sentimiento de maravilla que deja la lectura de Waltari.
3. ‘Creación’ – Gore Vidal
Sólo un provocador entusiasta como el estadounidense Gore Vidal podía sortear nuestra obsesiva mirada filogriega para sumergirse en el imponente siglo V a.c. desde el punto de vista persa. El inteligente, culto y ladino embajador Ciro Espitama, embajador del gran imperio asiático en la polis, se ríe de las tercas ilusiones griegas mientras cuenta, a su manera, los hechos de las Guerras Médicas y el nacimiento de algunas de las grandes religiones históricas como el zoroastrismo o el budismo. De lectura en ocasiones ardua, ‘Creación’ recompensa con creces el esfuerzo del autor de otras novelas históricas inolvidables como ‘Juliano el Apóstata’ o ‘Lincoln’.
4. ‘Yo, Claudio’ – Robert Graves
«Yo, Tiberio Claudio Druso Nerón Germánico Esto-y lo-otro-y-lo-de-más-allá (porque no pienso molestarlos todavía con todos mis títulos), que otrora, no hace mucho, fui conocido de mis parientes, amigos y colaboradores como ‘Claudio el Idiota’, o ‘Ese Claudio’, o ‘Claudio el Tartamudo’ o ‘Cla-Cla-Claudio’, o, cuando mucho, como ‘El pobre tío Claudio’, voy a escribir ahora esta extraña historia de mi vida«. Así arrancaban las memorias ficticias del emperador romano más improbable y sorprendentemente exitoso «descubiertas» por el escritor británico Robert Graves. ‘Yo, Claudio’ bien podría describirse como el más brillante arquetipo de la novela histórica: personajes fascinantes, exacta recreación favorecida por una documentación abundante, drama, humor, conocimiento… Hubo una segunda parte -‘Claudio el Dios y su esposa Mesalina’ y una buena adaptación televisiva de la BBC que, con todo, no supera al original,
5. ‘Memorias de Adriano’ – Marguerite Yourcenar
Probablemente la más alta cima literaria de esta lista, las ‘Memorias de Adriano’ de Marguertie Yourcenar recogen las confesiones epistolares que el emperador habría legado a su nieto adoptado y sucesor Marco Aurelio en torno al poder, la guerra, la comida, el arte, los placeres, la amistad, el amor, la pérdida o la inminencia de la muerte. Un libro imperecedero que se bebe como agua fresca y deja un recuerdo imborrable de aquel tiempo en el que, como escribió Flaubert, «cuando los dioses ya no existían y Cristo no había aparecido aún, hubo un momento único, desde Cicerón a Marco Aurelio, en que solo estuvo el hombre»
6. ‘El puente de Alcántara’ – Frank Baer
El cacereño puente romano que cruza el Tajo en Alcántara da el título a este novelón que da una vuelta de tuerca a ese ensueño histórico dislocado por la violencia llamado ‘la España de las Tres Culturas’ encarnada aquí en sus tres protagonistas: un poeta musulmán, un médico judío y un escudero cristiano en torno al año 1064. El periodista y escritor alemán Frank Baer evoca así en esta gran novela histórica la época en que lo que hoy llamamos España se transformaba desde un escenario plural y más o menos tolerante hacía la intransigencia y la homogeneidad que caracterizarían su posterior evolución.
7. ‘El nombre de la rosa’ – Umberto Eco
Cuentan que Umberto Eco colocó estratégicamente -y se negó a eliminarlas tras el requerimiento de su editor- las cien páginas más difíciles de su obra cumbre al inicio de su libro a modo de criba: el esforzado lector que hubiera sido capaz de atravesar aquellas farragosas sinuosidades estaría listo para proseguir con el resto pero el que, incapaz de hacerlo, trampeara saltándoselas… en fin, no entendería tampoco lo siguiente. La aparente trama detectivesca que a finales de 1327 se despliega ante fray Guillermo de Baskerville y su pupilo Adso de Melk en una recóndita abadía. Crímenes diabólicos, estrafalarias discusiones teológicas, herejías y toneladas de referencias históricas, literarias o filosóficas brotan de esta extraordinaria novela cuya célebre adaptación cinematográfica protagonizada por Sean Connery no es menor pero sí, ¡ay! mucho más simple
8. ‘El hereje’ – Miguel Delibes
Es atrevido proclamar que ‘El hereje’ es la mejor novela de Miguel Delibes pero por ahí anda la cosa. Fue la última del escritor español y en ella ejecutaba un doble salto mortal para adentrarse por primera vez en el género de la novela histórica (pese a negarse a describirla de tal guisa) con los avatares del comerciante Cipriano Salcedo en la Valladolid de la época de Carlos V, cuando las corrientes protestantes comenzaban a introducirse en España perseguidas con celo por la Santa Inquisición. Su apropio autor caracterizó este libro como «un alegato a la libertad y, sobre todo, a la libertad de pensamiento, que es la primera y más eminente de todas las libertades. Una denuncia contra la intolerancia entre hermanos, tan de actualidad, en estos momentos en que el racismo, la xenofobia y los nacionalismos radicales son habitual portada informativa».
9. ‘Q’ – Luther Blisset
Luther Blisset fue el nombre colectivo asumido por el colectivo de autores que posteriormente pasarían a llamarse Wu Ming para firmar esta novela histórica sorprendente y memorable sobre los tiempos de la Reforma Radical, cuando la caja de los truenos abierta por Martin Lutero sirvió para que una caterva de pequeños grupos milenaristas, comunistas e incendiarios protagonizaron una sangrienta y apasionante serie de conflictos y rebeliones. La guerra de los campesinos de Thomas Müntzer o la efímera toma del poder por los anabaptistas en la ‘Nueva Jerusalén’ de Münster son algunos de los polos de efervescencia por los que transita un misterioso protagonista que atiende a nombres diversos perseguido incansablemente por ‘Q’, el espía del Papa. Una historia grandiosa que es también una alegoría poderosa de las luchas antiglobalización en la que participaron sus autores.
10. ‘En la corte del lobo’ – Hilary Mantel
Con ‘En la corte del lobo’ Hilary Mantel ganó su primer premio Booker; con la secuela ‘Una reina en el estrado’, obtuvo -por primera vez en la historia- el segundo; y con ‘El trueno en el reino’, la tercera y última parte que se publicará al fin en España en septiembre, acaba de ser nominada al tercero. Veremos si lo gana pero, en fin, el extraordinario fresco de la Inglaterra de los Tudor, la de Enrique VIII, Ana Bolena y, sobre todo, el fabuloso Thomas Cromwell, protagonista total de la serie, es lo mejor que le ha pasado a la narrativa histórica en mucho tiempo. Literatura de primera.