El consumo constante de la denominada comida chatarra industrializada y ultraprocesada genera consecuencias en la salud a nivel integral, como enfermedades crónicas, afecciones renales y hepáticas, entre otras. En el marco del Día Mundial de la Alimentación, que se celebra este domingo, la provincia a través del Ministerio de Salud promueve la toma de conciencia sobre la elección de una nutrición sana y segura.
Este año, el lema del Día Mundial de la Alimentación, el cual se celebra este domingo, es: “El clima está cambiando. La alimentación y agricultura también”. En este sentido, desde la cartera sanitaria entrerriana se impulsan acciones de prevención y promoción de hábitos saludables, y la elección de un plan nutricional sano y seguro, para disminuir la incidencia de enfermedades crónicas no transmisibles y la mortalidad.
“La inclusión de alimentos industrializados en las comidas diarias, sumado a la proliferación de locales de comidas rápidas generó que el sobrepeso tenga hoy un índice de mortalidad elevado a nivel mundial. Por primera vez en la historia de la humanidad se considera que la expectativa de vida de niños y generaciones jóvenes sería menor que la de sus antecesores”, indicó la licenciada en Nutrición Evelyn Baraballe, integrante del área de Alimentación Saludable de la coordinación de Enfermedades Crónicas No Transmisibles de la provincia.
Frente a este panorama, las distintas organizaciones mundiales y nacionales han decidido introducir el concepto de Soberanía Alimentaria, relacionado con la seguridad en la producción de alimentos. “En nuestro país quien más ha desarrollado la temática es la licenciada Myriam Gorban, quien sostiene que la soberanía alimentaria es el derecho de los pueblos a definir políticas propias y estrategias sustentables de producción, distribución y consumo de alimentos con base en la pequeña y mediana industria”, afirmó Baraballe.
En este marco, se fomenta el respeto por las culturas y la diversidad de los modos campesinos, pesqueros e indígenas de producción agropecuaria, comercialización y gestión de espacios rurales, teniendo en cuenta que “la mitad de la población mundial se halla mal alimentada, que cerca de 3.400 millones de personas sufren hambre y desnutrición u obesidad y que tan solo el 6 por ciento de ella consume el 50 por ciento de la producción total”, sostuvo la profesional.
Una de las estrategias que recomiendan desde la cartera sanitaria es la propia producción y elaboración de alimentos, elegir aquellos con menos procesamiento, lo más naturales posibles, e incentivar el consumo de alimentos de producción local, familiar o zona rural aledañas.
El programa Pro-Huerta del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) es un aliado en esta temática, fomentando la autoproducción, brindando a la población y organizaciones todo lo que necesitan para poner en marcha huertas orgánicas en sus propios hogares y comunidades. De esta manera, distribuye semillas a los diferentes municipios, centros de salud, escuelas y población en general.
Además, en las distintas escuelas de la provincia trabajan en huertas, para que los niños reconozcan el origen de los alimentos, el cuidado de la tierra, el agua, y los vegetales.
Los eventos por el Día Mundial de la Alimentación, organizados en más de 150 países a nivel global, tienen como principales objetivos terminar con el hambre y la pobreza, asegurarse de que la gente coma alimentos nutritivos, y ayudar a los países a gestionar mejor sus recursos naturales.