oca disfruta. La victoria sobre Banfield, aunque deslucida, le permitió subirse a la cima de las posiciones de la Superliga, que comparte con San Lorenzo, y planificar una semana muy especial con buenas vibras, amigado con la senda del triunfo.
Podrá jugar mal, como anoche, o por debajo de sus condiciones y dejarse sorprender, como contra Almagro por la Copa Argentina. O incluso a toda orquesta, como ante Liga, en Quito. Pero el foco es uno y está bien definido: su rival de siempre. Y en Núñez ocurre exactamente lo mismo, pero a la inversa. Es por eso que los vaivenes de la agenda de la Superliga terminan siendo utilizados por ambos como banco de pruebas, con el objetivo de buscar la mejor opción para cada puesto, de cara al gran compromiso.
En ese sentido, de los once que salieron al Florencio Sola se descuenta la presencia de Esteban Andrada (otra vez fundamental para mantener el cero en su arco) y de Daniele De Rossi (experiencia, entrega y pase de primera) en el Monumental. Quizás la experiencia de Julio Buffarini le gane la pulseada a la juventud de Marcelo Weigandt, y el buen pie de Emanuel Reynoso compita mano a mano con la entrega y el sacrificio de Nicolás Capaldo. Pero los otros 7, en cambio, corren de atrás. Incluso Frank Fabra, antes de su grave lesión inamovible, en incluso de gran partido ante Patronato, pero que todavía no convence al entrenador. Paolo Goltz y Junior Alonso, en tanto, supieron demostrar que pueden ser una alternativa muy válida cuando algún integrante de la zaga titular, Lisandro López-izquierdoz, se ausenta por lesión o suspensión. En el medio campo, Almendra (bajísimo, terminó expulsado) y Obando perdieron terreno con las llegadas de Salvio, Marcone y Alexis Mac Allister. Y arriba, Hurtado y Soldano recién están adaptándose al Mundo Boca, mientras Ramón Ábila paga con goles la confianza depositada en él desde la partida de Benedetto, y Carlos Tevez se relame con la chance de volver a pisar suelo millonario de entrada, ante el desgarro de Zárate.