En los últimos días se viralizó por las redes sociales la historia de los siete granaderos que custodian el cuerpo de José de San Martín desde que fue repatriado de Francia en 1880. No solo apareció el texto en Facebook y Twitter, sino que desde la Casa Rosada publicaron un video con el relato y Mauricio Macri lo mencionó en un almuerzo con el ejército. Desde su cuenta oficial, explicaron su versión de por qué todos los días los Granaderos custodian el mausoleo de San Martín. Pero es curioso que la historia se hizo conocida hace no más de tres o cuatro años. Es un cuento muy lindo. Pero quizás sea tan solo un cuento ¿Mito o realidad?
A pesar de ser reconocido como el libertador de América, San Martín no pudo instalarse en la Argentina luego de su independencia por su enfrentamiento con Bernardino Rivadavia, entonces ministro de Gobierno de la provincia de Buenos Aires. El padre de la patria se exilió en Europa en 1824, donde vivió hasta su muerte, el 17 de agosto de 1850. Recién en 1880 se logró repatriar el cuerpo y fue recibido por miles de argentinos que acompañaron el féretro hasta la Catedral, donde todos los días un grupo de granaderos se acerca para cuidarlo.
La historia cuenta que los últimos siete Granaderos de su ejército decidieron vestirse con sus viejos uniformes y, por iniciativa propia, fueron a caballo a recibir a su jefe, escoltaron el féretro hasta la Catedral y se quedaron de guardia toda la noche. Pero, ¿de dónde salió esta historia? ¿Cómo puede ser que ningún historiador sepa de este relato? ¿Por qué ningún medio se hizo eco de este suceso en aquellos años?
Imaginemos siete personas de aproximadamente 80 años como mínimo, vestidos con uniformes raídos por el tiempo, en mal estado, caminando junto al ataúd por las calles de Buenos Aires a la vista de miles de argentinos. Sin lugar a duda esta situación hubiera llamado la atención de los presentes. Revisando el archivo de distintos diarios, no encontramos ninguna publicación que menciona la presencia de posibles granaderos que habían luchado junto a San Martín.
A pesar de que la esperanza de vida era mucho más baja que la actual, no se puede descartar la posibilidad de que hubiese sobrevivientes de aquel regimiento que había armado el segundo triunvirato en 1812, que fueron parte de la campaña libertadora que logró la independencia de la Argentina, Chile y Perú. Pero hay indicios que indican que si seguían con vida, los siete no estuvieron presentes en mayo de 1880.
Otro de los asuntos que alimenta la idea de que la historia no es verídica es el uso de los uniformes. En 1880, el regimiento no existía, ya que había sido disuelto por el presidente Bernardino Rivadavia en 1826. En esos años, cuando los granaderos volvían de la campaña, devolvían el uniforme con las armas, porque le pertenecían al Estado.
Aunque ese día sí se vieron uniformes, no fueron usados por los verdaderos granaderos que lucharon junto a San Martín durante la campaña libertadora. Según publicó LA NACION en su edición del 28 de mayo de 1880, la orden general para el desembarco de los restos de San Martín incluía la presencia de distintos rangos militares y entre todas las tropas, había un reconocimiento a los Granaderos.
«Los ocho palafreneros que guiarán el carro fúnebre serán del Regimiento 1° de Caballería de línea , quienes serán también promovidos a Sargentos 2° y vestirán para este acto el uniforme de los Granaderos a caballo», dice el texto.
Dicho y hecho. Tras la procesión fúnebre, los sargentos de Caballería que habían vestido como granaderos lograron su ascenso. «Ayer a las 5 y ½ de la tarde han terminado recién su tarea los palafreneros a quienes le ha cabido la honra de vestir el traje de los Granaderos a caballo. Regresaron a sus cuarteles por la calle San Martín, llenos de marcial arrogancia, mirados con simpatía por los transeúntes», escribió LA NACION en su edición del 30 de mayo, el día después de la procesión fúnebre.
Hasta el mismísimo ejército argentino se refirió a la historia como una «fábula» y la comparó con el Sargento Cabral, que en su agonía dijo moría contento por batir al enemigo. «Son historias con tradición oral, nunca vamos a saber si son ciertas porque no hay ningún documento que las testifique», dijeron desde el Ejército.
El general San Martín y sus granaderos conforman una pieza trascendental de la historia argentina. Fueron vitales en la lucha por la independencia de la Argentina, así como la de Chile y Perú. Nadie duda de su valor a la hora de luchar por la patria. Solo se duda de esta historia, que uno puede elegir pcreer como una historia veraz, o tan solo un lindo cuento.