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La Constitución Nacional de 1853 – Protagonistas:

Sin dudas el personaje principal es el Gral. Justo José de Urquiza. Por aquel entonces el gobernador de la Provincia de Buenos Aires, Juan Manuel de Rosas, tenía la suma del poder público y ejercía las relaciones exteriores de las provincias de la Confederación Argentina. Cada año Rosas presentaba la renuncia al cargo, a sabiendas de que esta sería rechazada. El 1° de mayo de 1851 se produce el Pronunciamiento de Urquiza, que consistió en la aceptación de la renuncia de Rosas por parte de la Provincia de Entre Ríos, que reasumía su capacidad de conducir su comercio y relaciones exteriores con otras naciones hasta tanto no se formalizara la constitución de una República.

Asimismo, se suprimió el uso del eslogan «¡Viva la Confederación Argentina! ¡Mueran los Salvajes Unitarios!», que fue reemplazado por «¡Viva la Confederación Argentina! ¡Mueran los enemigos de la organización nacional!».

El siguiente paso fundamental hacia la organización nacional se dio en Caseros el 3 de febrero de 1852, con la victoria de Urquiza sobre Rosas en el campo de batalla y la partida de este último al exilio en Inglaterra.

Los pactos pre existentes:

Previo a Caseros diferentes Caudillos de otras tantas provincias habían celebrado acuerdos para mantener la paz interior, la defensa común y también manifestando la intención de organizar la Nación en algunos casos, con algunas características particulares en cada uno de ellos, son los siguientes: el Tratado del Pilar del 23 de febrero de 1820, entre Manuel de Sarratea (electo como gobernador provisorio de la Provincia de Buenos Aires) y dos de los gobernadores de la Liga Federal: Estanislao López (Provincia de Santa Fe) y Francisco Ramírez (Provincia de Entre Ríos); el Tratado de Benegas firmado el 24 de noviembre de 1820, entre las provincias de Buenos Aires y de Santa Fe representadas por sus gobernadores Martin Rodriguez y Estanislao López, con la mediación del cordobés Bustos ; el Tratado del Cuadrilátero firmado el 25 de enero de 1822 entre representantes de las provincias argentinas de Buenos Aires, Santa Fe, Entre Ríos y Corrientes (Francisco Fernández de la Cruz por Buenos Aires; Juan Francisco Seguí por Santa Fe; Casiano Calderón por Entre Ríos; Juan Nepomuceno Goitía por Corrientes. ); el Pacto Federal suscrito en la ciudad de Santa Fe el 4 de enero de 1831 por las provincias de Buenos Aires, Entre Ríos y Santa Fe, y al que luego fueron adhiriendo otras provincias como Corrientes por ley del 19 de agosto de 1831, Córdoba el 20 de agosto de 1831,Santiago del Estero por ley del 20 de agosto de 1831 (Ibarra anunció su intención de adherir el 5 de junio de 1831), Mendoza por ley del 1 de septiembre de 1831 (anunció su intención de adherir el 9 de agosto de 1831), La Rioja el 12 de octubre de 1831, San Luis el 13 de abril de 1832, San Juan el 3 de mayo de 1832 se consideraba adherida, Salta el 4 de julio de 1832, Tucumán por ley del 8 de julio de 1832 (el gobernador anunció la intención de adherir el 5 de abril de 1832), y Catamarca el 3 de septiembre de 1832. Durante el año 1852 se firmaron otros dos acuerdos; El de San Nicolás fue firmado el 31 de mayo de 1852 por las catorce provincias argentinas y ratificado por trece de ellas, ya que la provincia de Buenos Aires lo rechazó. El Acuerdo nombró a Justo José de Urquiza como director provisorio de la Confederación Argentina, estableció la vigencia del Pacto Federal de 1831 y dispuso la reunión de un Congreso General Constituyente en la ciudad de Santa Fe. Fueron los firmantes, Justo José de Urquiza (Provincia de Entre Ríos) y también por la Provincia de Catamarca, Vicente López y Planes, (provincia de Buenos Aires), Benjamín Virasoro (Provincia de Corrientes), Domingo Crespo (Provincia de Santa Fe), Pedro Pascual Segura (Provincia de Mendoza), Nazario Benavidez (Provincia de San Juan), Pablo Lucero (Provincia de San Luis), Manuel Taboada (Provincia de Santiago del Estero), Celedonio Gutiérrez (Provincia de Tucumán), Manuel Vicente Bustos (Provincia de La Rioja), . Posteriormente, las provincias de Salta, Jujuy y Córdoba firmaron su adhesión. La provincia de Buenos Aires no ratificó dicho acuerdo. El 6 de abril de 1852, se procedió a la firma del Protocolo de Palermo, tras una reunión celebrada entre los gobernadores de Buenos Aires, Corrientes, el representante de Santa Fe y el representante de Entre Ríos. El Protocolo nombró a Justo José de Urquiza para dirigir las Relaciones Exteriores de la República, hasta tanto que, reunido el Congreso Nacional, se estableciera definitivamente a quién correspondería ocupar el cargo. Dos días después, el 8 de abril, Urquiza invitó a los gobernadores de las provincias a una reunión que se desarrollaría el 20 de mayo, en San Nicolás de los Arroyos.

Acuerdos de Urquiza con Brasil:

En este punto es necesario agregar que si bien no constituye un pacto de los considerados pre existentes, fue muy importante el acuerdo que Urquiza consiguió con el Brasil pues esto le permitió financiar la campaña militar contra Rosa, a fines de noviembre, cuando el Brasil, el Uruguay y “los estados de Entre Ríos y Corrientes” declararon la guerra a Rosas, el Imperio concedía un crédito de cien mil patacones (Réis) para financiar la guerra, cifra que se reconocía como deuda de la Nación Argentina, dos mil espadas más las municiones y armas que hicieran falta; y además engrosar en unos 3500 hombres su ejército, soldados con mayor preparación y disciplina lo que el facilito la victoria en Caseros, y encaminar la organización nacional.

Antecedentes:

Si bien a partir de la Revolución de Mayo fueron varios los patriotas que dejaron sus ideas para declarar la independencia y en consecuencia organizar la nación, nunca se plasmaron hasta 1853, pero podemos citar como antecedentes los proyectos constitucionales de la Asamblea del año XIII, ante ella se presentaron en principio dos proyectos. El primero fue redactado por la Sociedad Patriótica, elaborado por Bernardo de Monteagudo y el segundo, por una «comisión oficial» nombrada a tal efecto por el Segundo Triunvirato, formaban dicha comisión Don Gervasio de Posadas, Dr. D. Pedro José Agrelo, Dr. D. Nicolás Herrera, Dr. D. Valentín Gómez, Dr. D. Pedro Somellera, Dr. D. Manuel García y D. Hipólito Vieytes, como detalla podemos transcribir el capítulo referido a la integración del territorio “El territorio de la República comprende las provincias de Buenos Aíres, Córdoba, Salta, Potosí, Charcas, Cochabamba, La Paz, la del Cuyo y Banda Oriental y la del Paraguay, si adoptase la presente Constitución”. Estos dos proyectos presentados a la Asamblea tenían en común la división de poderes, la forma de estado unitario y la forma de gobierno republicana. Además hubo otros dos proyectos constitucionales, ambos anónimos. El primero de ellos era similar al de la «comisión oficial» y el último adoptaba como forma de estado el federalismo. A pesar de que la Asamblea fue convocada con el fin primordial de sancionar una constitución, no trató ninguno de los proyectos constitucionales, si adoptó algunas medidas de carácter constituyente impulsadas en su mayoría por Monteagudo como la adopción de símbolos nacionales, la abolición de la mita y la servidumbre indígena, la libertad de vientres y la supresión de los títulos de nobleza y los instrumentos de tortura. La Constitución Argentina de 1819 fue el proyecto que aprobó ese mismo año por el Congreso de Tucumán, trasladado a Buenos Aires dos años antes. Por su naturaleza unitaria, provocó el rechazo de las provincias, y los caudillos federales se enfrentaron al Directorio de José Rondeau, venciéndolo finalmente. Con todo, parte del articulado se refundió en el siguiente proyecto, la Constitución argentina de 1826, y a través de ella en la Constitución argentina de 1853. Otro antecedente d aunque más de carácter regional y sin pretensión de llegar a ser una constitución es el Estatuto de la Republica de Entre Ríos de 1820. En 1826 Bernardino Rivadavia impulsa una Constitución de carácter unitario con el fin de resolver la cuestión de las guerras civiles pero lejos de lograrlo solo consiguió avivarlas tal como lo había predecido Manuel Dorrego en el congreso respectivo. Desencadenando la creación de la Liga Provincial en mayo de 1827, entre once de las catorce provincias entonces existentes, que dispuso rechazar la constitución sancionada. Para la sanción de aquella constitución fueron consultadas las provincias acerca de la forma de Estado: Salta y La Rioja se pronunciaron por el régimen unitario, al igual que Tucumán (que curiosamente aclaró que quería conservar sus instituciones). Mendoza, San Juan, Santiago del Estero, Tarija, Entre Ríos, Santa Fe y Córdoba se manifestaron por el sistema federal. San Luis, Catamarca, Corrientes y la Banda Oriental por lo que resolviese el Congreso, en tanto que Buenos Aires y Misiones no opinaron. Por Entre Ríos firmaron dicha constitución, los diputados: Evaristo Carriego, Casiano Calderón, Cipriano Urquiza, y Enrique Núñez. En el ámbito regional podemos citar como ideas de organización institucional Otro el Estatuto de la Republica de Entre Ríos de 1820 y el Estatuto Provisorio Constitucional de 1822.

Alberdi, las bases de la constitución de 1853:

Pero es Juan Bautista Alberdi Araoz quien desarrolla en su libro” Bases y Puntos de Paridas para la Organización Nacional”, la idea de una constitución liberal con semejanza a la estadounidense, Alberdi nació en la ciudad de Tucumán el 29 de agosto de 1810, hijo de don Salvador de Alberdi Egaña y de doña Josefa Rosa de Aráoz y Balderrama. De don Salvador Alberdi sabemos por su propio hijo que era oriundo de Vizcaya, tierra vasca de ancestrales fueros y libertades, lo que influyó definitivamente para que este vascuence radicado en El Plata promoviera la lectura de Rousseau y fuera uno de los principales adherentes a la causa de Mayo, por el lado de su madre Los Aráoz son oriundos de Oñate, pueblo radicado en Guipuzcoa, provincia de Euskal Herria o País Vasco. En realidad el antepasado que llegó primero firmaba Lizarralde y Aráoz, y las distintas mutaciones y recortes que sufrirá este apellido se debe a la usanza de la época. El capitán Asencio de Lizarralde y Aráoz llegó a estas tierras en la primera mitad del siglo XVII estableciéndose primero en La Rioja. contrajo matrimonio con doña Damiana Bazán de Pedraza quien era tataranieta del conquistador Juan Gregorio Bazán. Siempre existió en la tradición oral de los Aráoz, la versión referida a que el fundador del clan don Asencio de Lizarralde y Aráoz era sobrino bisnieto de San Ignacio de Loyola. El mismo Juan Bautista Alberdi llegará a consultar a su primo hermano don Miguel Moisés Aráoz obispo de Berissa sobre el mencionado parentesco. Tanto los Alberdi como los Araoz eran familias muy ligadas a la Iglesia y se ocuparon generación tras generación de la educación de sus hijos, así Juan Bautista fue escritor, abogado, diplomático, político, periodista, economista, filósofo, jurista y músico; estudió en el Colegio de Ciencias Morales, gracias a una beca otorgada por la provincia de Buenos Aires. Abandonó prematuramente sus estudios en 1824 debido a que no se adaptó a las exigencias de la enseñanza. En esos años desarrolló su gusto por la música, se empleó como ayudante de comercio en la casa de Juan B. Maldes, retomando prontamente los estudios, cursando en el departamento de jurisprudencia en la Universidad de Buenos Aires, los prosiguió luego en la Universidad de Córdoba, aunque no los completó en esa época, los continuó en Montevideo en 1840 y obtuvo su título de doctor en jurisprudencia durante su estadía en Chile. A fines de 1835 Alberdi se unió al llamado Salón Literario, fundado por Marcos Sastre y frecuentado por Juan María Gutiérrez, José Mármol y Miguel Cané (padre), entre otros jóvenes, con los que se vinculó a la Generación del 37. Estos intelectuales adhirieron a las ideas de la democracia liberal y se asumieron como continuadores de la obra de la Revolución de Mayo, propiciando una organización mixta del país como respuesta al enfrentamiento entre federales y unitarios. En 1837, siendo aún estudiante, publicó lo que pensaba, en lo que sería su tesis doctoral, “El Fragmento Preliminar al Estudio del Derecho”, en el que hizo un diagnóstico de la situación nacional y sus posibles soluciones. Ese mismo año editó un periódico, “La moda”, del cual se publicaron en total veintitrés números. Estaba dedicado a divulgar la evolución de la moda en Europa: vestimenta femenina y masculina, música, poesía, literatura y costumbres. Alberdi escribía bajo el apodo de “Figarillo”. Habiéndose negado a jurar el régimen instalado por Juan Manuel de Rosas sufrió la persecución, se disolvió el Salón Literario, sus integrantes conformaron una logia llamada “La Joven Argentina”, luego Alberdi parte al exilio en Montevideo donde publica los estatutos de la logia bajo el nombre de “Dogma Socialista”, trabajó como abogado y periodista siempre enfrentado a Rosas, escribe también dos obras de teatro, había dejado en Buenos Aires a su amante y a su hijo recién nacido, al cual nunca reconoció de nombre Manuel y lo mencionó años más tarde en su testamento, llamándolo “mi pariente”. Cuando Rosas sitia Montevideo escapa a Paris, estando allí estudió El espíritu de las leyes, de Montesquieu, obra que sirvió de modelo para la Constitución de Estados Unidos y para otras constituciones de las jóvenes naciones americanas, conoció también al general José de San Martín. Regresa a América y se instala en Valparaíso. En Chile se dedicó a estudiar la Constitución de los Estados Unidos, con la idea de copiar lo que se pudiera para la de Argentina, cuando llegara el caso de sancionarla. Quería estar preparado para cuando se volviera a discutir la constitución a la cual se oponía el régimen rosista. Pero utilizó una mala traducción, de modo que interpretó erróneamente varios pasajes, también publicó artículos costumbristas bajo el nombre “Figarillo”, enterado de la caída de Rosas se pone de inmediato a escribir un ensayo que le llevo apenas dos semanas de trabajo “Bases y puntos de partida para la organización política de la República Argentina” y que publica en mayo de 1852 en Chile. Meses después lo reeditaría con ampliaciones, incluyendo un proyecto de Constitución, basado en la Constitución Argentina de 1826 y en la de los Estados Unidos. En 1853 publicó un tratado complementario llamado “Elementos de derecho público provincial argentino”. En esa época se cruzó con Domingo Faustino Sarmiento en una polémica ideológica —limitada dentro del liberalismo— plasmada en las” Ciento y una del sanjuanino” y las “Cartas quillotanas del tucumano”, luego de asumir Urquiza como presidente constitucional de La Confederación se desempeña como embajador en Londres donde conoce personalmente a Juan Manuel de Rosas a quien insta a escribir sus memorias y así dejar su versión de su actuación pública. Mas tarde es Diputado Nacional por Tucumán hasta que enfrentado a Avellaneda por la cuestión de la Capital Nacional pierde su banca, distinguido como Doctor Honoris Causa por la Universidad de Buenos Aires, combatido por Mitre desde las páginas del Diario La Nación por los cuestionamiento que le había hecho por la Guerra del Paraguay, casi al final de sus días Rocca manda imprimir todas sus obras y le pide al Congreso su designación como embajador en Francia, la designación nunca se produjo y Alberdi disgustado parte a esa nación por su cuenta donde ha de fallecer en 1884, a los 74 años de edad.

El Congreso constituyente

Una vez formalizada la inauguración del Congreso los diputados, entre diciembre y la primera quincena de abril, en sesiones públicas y secretas, se abocaron a: redactar un reglamento que regiría los debates, analizar la situación que conmocionaba a la provincia de Buenos Aires en donde se había instalado una guerra entre la ciudad y la campaña por discrepancias ideológicas, a revisar leyes remitidas por el Director Nacional y, mientras tanto, la Comisión de negocios constitucionales redactaba el proyecto de constitución. Se reunió en el Cabildo de Santa Fe de la Vera Cruz, y el 1 de mayo de 1853, sancionó la Constitución argentina de 1853 que constituyó la Confederación Argentina. Fue juramentada el 9 de julio de ese mismo año por las trece provincias firmantes (Catamarca, Córdoba, Corrientes, Entre Ríos, Jujuy, La Rioja, Mendoza, Salta, San Luis, San Juan, Santa Fe, Santiago del Estero y Tucumán). Buenos Aires se separó de la confederación aunque sin declarar su independencia.

Si bien se tomaron en cuenta en parte los proyectos de Constitución anteriores, las principales líneas directrices del proyecto finalmente aprobado tuvieron su sostén jurídico en las ideas de Alberdi., expresadas en sus libros Bases y Puntos de Partida para la Organización Política de la República Argentina y Proyecto constitucional, si bien además se tuvieron en cuenta las ideas contenidas en El Federalista de Hamilton, Madison y Jay; y el Dogma Socialista, de Esteban Echeverría, la centralidad de la constitución de 1853 es el pensamiento de Alberdi por lo cual se lo considera el autor intelectual de la misma.

Diputados constituyentes:

Santa Fe eligió a Manuel Leiva y a Juan Francisco Seguí, por Entre Ríos fueron nombrados Juan María Gutiérrez y José Ruperto Pérez, Córdoba eligió a Santiago Derqui y Juan del Campillo, por Santiago del Estero concurrieron José Benjamín Lavaysse, y José Benjamín Gorostiaga, Mendoza eligió a dos jurisconsultos proscriptos, Martín Zapata y Agustín Delgado, Corrientes estuvo representada por Luciano Torrent y por Pedro Díaz Colodrero, San Juan eligió a Ruperto Godoy y a Antonino Aberastain, éste aceptó de buen grado la misión, pero hallándose en Chile y al lado de Sarmiento, renunció y en su lugar fue enviado Salvador María del Carril, Tucumán designó a fray José Manuel Pérez y Salustiano Zavalía, San Luis se hizo representar por Delfín B. Huergo y Juan Llerena; el último en reemplazo de Adeodato Gondra, que renunció después de una serie de actitudes confusas, Salta estuvo representada por Facundo Zuviría y Eusebio Blanco; Blanco fue designado en lugar del general Rudecindo Alvarado, compañero de San Martín en Chile y Perú, que no pudo aceptar por razones de salud. Catamarca nombró por insinuación de Urquiza a Pedro Ferré y al presbítero Pedro Zenteno, Jujuy envió a José Quintana, y La Rioja a Regis Martínez.

La comisión encargada de la redacción del proyecto la componían Leiva, el porteño Juan María Gutiérrez (diputado por Entre Ríos), el abogado santiagueño José Benjamín Gorostiaga, y los correntinos Pedro Díaz Colodrero y Pedro Ferré (este último diputado por Catamarca). Aunque los principales redactores de la ley suprema fueron el santiagueño José Benjamín Gorostiaga, adaptador de la constitución de los Estados Unidos, y el porteño Juan María Gutiérrez, cuyas aptitudes literarias hicieron que se lograse un texto claro y preciso.

Los constituyentes por Entre Ríos:

Juan María Gutiérrez:

Nacido Buenos Aires el 6 de mayo de 1809, fallece en la misma el 26 de febrero de 1878. Fue estadista, jurisconsulto, agrimensor, historiador, crítico y poeta argentino. Fiel representante del liberalismo constructor argentino de su época es considerado uno de los más grandes promotores de la cultura del país durante la mayor parte del siglo XIX. Fue autor de obras de diversa índole: cuadros de costumbres, novelas, biografías, críticas literarias y trabajos científicos. Tuvo una importante actividad política como miembro por Entre Ríos de la Convención Constituyente de 1853 y como Ministro de Relaciones Exteriores de la Confederación Argentina entre 1854 y 1856 además de haber sido uno de los fundadores de la Asociación de Mayo. Fue un promotor de la actividad científica y técnica en la Argentina. Ocupó el cargo de rector de la Universidad de Buenos Aires desde 1861 hasta su jubilación en 1874 y gracias a su gestión numerosos y destacados profesores europeos enseñaron en ella. Es uno de los principales impulsores del estudio de las ciencias naturales en la Argentina, también fue legislador y Constituyente provincial en Buenos Aires.

José Ruperto Pérez:

Nace en Buenos Aires en 1817 y fallece en Paraná en 1862 fue periodista y político del que se conoce muy poco; a principios del segundo gobierno de Juan Manuel de Rosas figura como uno de los redactores de la Gaceta Mercantil, el periódico oficial del gobierno de la provincia de Buenos Aires. En algún momento se instaló en Paraná, capital de la provincia de Entre Ríos y desarrolla una interesante labor en el periódico El Sentimiento Entre-Riano, que se editó entre noviembre y diciembre de 1840; parece haber publicado también en El Correo, un periódico que fue editado pocos meses después en la misma imprenta. El 2 de junio de 1842 comenzó a editarse El Federal Entre-Riano, cuyo redactor principal era Pérez, acompañado de Severo González y Marcos Sastre, en el que también publicaban artículos Nicanor Molinas, Juan Francisco Seguí (hijo) y Manuel Leiva. Ese periódico fue el encargado de anunciar el Pronunciamiento de Urquiza; dejó de publicarse pocos días después, reemplazado por El Iris Argentino, diferenciándose del anterior sólo en el nombre; dejó de editarse por decreto oficial a fines de 1852. Luego pasa a ser secretario de Urquiza quien lo hace elegir Diputado Constituyente. Cuando la comisión redactora presentó el proyecto, Facundo Zuviría, Pedro Alejandrino Centeno, Pedro Díaz Colodrero y Ruperto Pérez votaron en contra en la votación en general, aunque fueron derrotados por catorce votos afirmativos. El argumento de Pérez era que no creía llegada la oportunidad de dictarse una Constitución, porque el país debía constituirse antes prácticamente, el mismo pensamiento de Rosas, que ofusco a Urquiza, su presencia en el Congreso se diluye, si siquiera firmó la sanción de la Constitución, y solo reaparece votando por Salvador María del Carril en marzo de 1854 en la elección de Vicepresidente. La trayectoria de Pérez se pierde desde entonces, y sólo se sabe que falleció en Paraná en 1862.

Las discusiones del Congreso:

El congreso Constituyente tuvo sesiones públicas y secretas donde se trataron diversos temas, no solo la cuestión de la Constitución propiamente dicha, por momentos funciono como el cuerpo legislativo de la Confederación, debió intervenir en temas que promovía el Poder Ejecutivo de la Confederación Argentina, el Director Justo José de Urquiza, y los sometía a su consideración. Para analizarlos, el Congreso constituía pequeñas comisiones, generalmente tripartitas, que presentaban luego sus conclusiones al pleno del mismo para la aprobación. Los tratados con Bolivia y Paraguay fueron algunos de esos temas. Así mismo la situación política interna tuvo amplia repercusión, las relaciones con Buenos Aires fueron una constante en el análisis de los constituyentes. Además las posturas de varios de los miembros del congreso no siempre coincidieron con las de Justo José de Urquiza por lo que se sucedieron diversos conflictos quizás el más álgido el que se produjo entre el general y Adeodato de Gondra, terminado este aislado y renunciando a su cargo.

Con todas las vicisitudes del momento el congreso cumplió su principal objetivo y desde 1853 tenemos constitución, “la madre de las leyes” como la definió Alberdi.

Elìas Almada

Correo electrónico: almada-22@hotmail.com

Fuentes:

http://www.argentinahistorica.com.ar/intro_archivo.php?tema=7&titulo=42&subtitulo=&doc=212

https://books.google.es/books?id=lt1AYXGXqikC&printsec=frontcover&hl=es#v=onepage&q&f=false

“vista Complutense de Historia de América”

https://books.google.com.ar/books?id=z4wCAAAAYAAJ&printsec=frontcover&hl=es#v=onepage&q&f=false

https://bcn.gob.ar/uploads/BasesAlberdi.pdf

https://www.lanacion.com.ar/cultura/quienes-fueron-constituyentes-1853-nid2323973/

“Los constituyentes de 1853 – José María Zuviría”

Congreso Constituyente 1852/1853 visto desde cerca: sesiones públicas y secretas

Hacia el 170º Aniversario de la sanción de la Constitución Nacional, la autora rescata los entretelones de las históricas sesiones. Nueva Rioja. Por ANA MARÍA CECCHINI DE DALLO.”

https://www.todo-argentina.net/historia-argentina/organizacion_nacional/santa-fe-1853/diputados-constituyentes.php?idpagina=788

https://fh.mdp.edu.ar/revistas/index.php/pasadoabierto/article/view/2626/5063

https://www.memoria.fahce.unlp.edu.ar/art_revistas/pr.11131/pr.11131.pdf

 

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