GPS del ahorrista: depósitos en UVA y opciones atadas a la inflación, ¿adónde llevar los pesos?

Ganarle o al menos empatarle a la inflación es el desvelo de todos los ahorristas. Con pocas alternativas disponibles para ir tras ese objetivo sin asumir riesgos desmedidos, los plazos fijos precancelables en UVA mas 1% que debutaron esta semana cosecharon muchas consultas para saber cómo funcionan. Las operaciones concretadas, según los bancos consultados, son por ahora son pocas, pero se confía en que las colocaciones irán tomando ritmo a medida que este producto, ajustable pro inflación, se conozca mejor.

El instrumento que obligatoriamente todos los bancos deben incluir en su escaparate desde el 1º de este mes por orden del Banco Central (BCRA) busca persuadir a los ahorristas de quedarse en moneda local tentados por la garantía que la tasa que perciban siempre será positiva en relación a la inflación.

En Banco Nación, en los primeros cuatro días de vigencia (entre el lunes y el jueves) se hicieron 37 certificados de plazo fijo precancelable UVA, por un total de $29.343.995. «Es una opción más de inversión para los clientes y con un riesgo acotado, por su posibilidad de cancelación anticipada», dicen en la entidad.

«Notamos un gran interés por parte del público y la colocación de estos días del nuevo plazo fijo superó nuestras expectativas», comentan, por su parte, desde el Banco Hipotecario.

«Los depósitos a plazo fijo vienen creciendo, sobre todo el último mes. La posibilidad de comprar solo U$S200 por mes, sumada a la poca rentabilidad de las inversiones en moneda extranjera, hace que más clientes se vuelquen al plazo fijo», dice Karen Salomon, Jefa de Producto Inversiones de Banco Galicia.

En enero, el stock de depósitos a plazo en moneda local trepó a algo más de $1400 millones, un 10% más que en diciembre de 2019. La mayor parte, $1370 millones, corresponde a los tradicionales. La expectativa es que, lentamente, los depósitos atados a la inflación sumen adeptos.

Sucede que las tasas de interés que pagan los plazos fijos tradicionales se van acomodando a la baja desde que asumió el nuevo gobierno y, así, aumenta la brecha con la inflación, quedando los rendimientos en terreno negativo. La inflación proyectada, según el Relevamiento de Expectativas de Mercado (REM) de enero, publicado por el Banco Central, es de 41,7% para este año. La tasa de referencia para los depósitos de los ahorristas a 30 días se ubica entre 34% y 35%. La diferencia se traduce en una todo pérdida para el bolsillo.

En ese contexto, los plazos fijos nominados en Unidad de Valor Adquisitivo (UVA), que se actualiza por el Coeficiente de Estabilización de Referencia (CER), linkeado a su vez con el índice de precios al consumidor, aseguran mantener el poder adquisitivo, algo que no es un dato menor. «Es probable que el volumen de plazos fijos en UVA se incremente en los próximos meses, todo va a depender de la coyuntura económica y de las expectativas de inflación», analiza Leonardo Papandrea, a cargo de Productos Pasivos y Marketing del banco ICBC.

¿Siempre conviene este tipo de depósitos antes que el tradicional?. Esa fue una de las consultas que más se escuchó los boxes de ejecutivos de inversiones de los bancos. La respuesta es no. No siempre.

Según la normativa del Banco Central A 6871, el depósito se constituye a un plazo de 90 días pero se puede cancelar anticipadamente a partir de los 30 días, siempre que eso se solicite con 5 días hábiles de anticipación.

Al precancelarlo se pierde la ventaja de tener un rendimiento equiparable a la inflación. Desde el Banco Hipotecario lo explican así: «No tiene penalidad la cancelación anticipada pero por la normativa del BCRA, en ese caso no se toma como referencia la cotización de la UVA y se hace un devengamiento simple de intereses con la tasa que dicta el BCRA. Si un cliente hace un plazo fijo UVA+1% de interés a 90 días, y pide cancelar al día 30, no se tomará como referencia el valor de la UVA y el interés del 1%, sino que se considerará la tasa anual nominal publicada por el Banco Central el día de constitución del plazo fijo como si fuera un plazo fijo en pesos tradicional a 30 días». Al cierre de esta edición, esa tasa era de 33,60% anual.

Salomon, del Galicia, lo pone en estos términos. «Al momento de constituir un plazo fijo en UVA precancelable, se pacta la tasa que se pagará si se precancela. Con ese dato, los clientes pueden ir comparando ese rendimiento con el incremento que tiene la UVA. Mientras este último sea mayor, conviene mantener el depósito hasta el vencimiento».

Más allá de esta nueva opción, el menú para un ahorrista que quiere encontrarle una salida rentable a los pesos con los que no puede comprar dólares (al menos en el mercado formal y sin pasar por las operatorias de dólar Bolsa) incluye otros instrumentos ajustados por inflación.

Sin ir a títulos de la deuda soberana, que encierran un altísimo grado de incertidumbre y de riesgo, hay obligaciones negociables (ON) de empresas que ajustan por UVA o por tasa Badlar; plazos fijos en UVA a 90 o 180 días con tasas de 2%y 3%(no precancelables); cajas de ahorro que son ajustables por UVA (a estas dos últimas opciones las ofrece el Banco Provincia), y fondos de inversión que tienen parte de su stock en instrumentos ajustables y que pueden transferir el rendimiento en mayor o menor medida a los inversores.

La decisión sobre qué elegir dependerá mucho del tipo de inversor, de sus necesidades a corto y mediano plazo y de las espaldas que tenga para poder enfrentar pérdidas en el intento de obtener mayores ganancias.

Lo más recomendado por los analistas para los no familiarizados con la gestión de inversiones y que, probablemente, siempre destinaron sus ahorros a comprar dólares, es ir a los fondos comunes de inversión (FCI), e incluso hacer un mix con plazos fijos. Los FCI pueden estar gestionados por administradoras de los bancos o por firmas independientes. Todos están regulados y monitoreados por la Comisión Nacional de Valores, (CNV) lo que garantiza transparencia en el modo de operar.

«Si es más o menos ventajoso una opción u otra depende del perfil de cada inversor, su aversión al riesgo, la necesidad o no de obtener una tasa cierta y las necesidades de liquidez, entre otras cuestiones. Se trata de dos alternativas de inversión que pueden ser parte de la cartera de un cliente», explica Gonzalo Gibelli, de Santander Asset Management. Y agrega: «Las diferencias entre invertir en un plazo fijo u optar por un FCI radican básicamente en que en el primero la tasa es cierta, mientras que en un FCI se habla de retorno esperado; la liquidez de un FCI es mayor que la de un plazo fijo y la alternativa de un FCI le permite al inversor una mayor diversificación de activos «.

«Entendemos que la mejor opción son los FCI que ofrecen alternativas para los tres tipos de inversores: para los arriesgados, un fondo T+2 de renta mixta, con bonos y acciones en su cartera; para los moderados, un fondo T+1, y para los más conservadores está el Fondo T+0, que funciona como una caja de ahorro remunerada», dice Marcos Gaona, Gerente Wealth Management en Balanz.

«El inversor conservador en pesos tiene una decisión difícil, porque un money market sin fluctuaciones tiene un rendimiento proyectado por debajo de inflación, ya que a partir de la baja de tasas inducida por el BCRA se espera un rendimiento muy moderado, en torno del 30%. Una alternativa muy utilizada es la de un fondo que invierte en corto plazo con instrumentos como obligaciones negociables y fideicomisos financieros, pero que, ante movimientos bruscos de tasas de interés puede tener rendimientos negativos en el cortísimo plazo», apunta Marcelo Otermin, Presidente de ICBC Investments Argentina.

«La recomendación es mantener una parte del portafolio en fondos money market. Complementaríamos con fondos t+1, que permiten captar mejoras en la estructura de tasas de interés. Los fondos t+1 suelen invertir en letras del tesoro, obligaciones negociables de corto plazo, plazos fijos y cauciones. Si bien tuvieron un impacto muy marcado por el reperfilamiento, el mercado vuelve a verlos con algún grado de interés. Es importante diversificar riesgos entre varios instrumentos», explica Josefina Roteta, Portfolio Manager de HSBC

Para los individuos acostumbrados a invertir en plazos fijos, un fondo T+1, con liquidez en 24 horas y con parte de su cartera en bonos que ajustan por inflación, son recomendables, apunta Gaona, de Balanz. Según su análisis, la principal desventaja de un plazo fijo es la iliquidez. Y menciona otras: el riesgo de que se disparen el dólar y eso se traduzca en una aceleración de precios. En este escenario el inversor con plazo fijo en UVA estaría cubierto frente a la inflación pero no frente a la devaluación generada por el alza en el tipo de cambio.

Cristian Brau, Head Portfolio Manager de SBS Fondos aporta sus recomendaciones: «Un inversor en busca de un plazo fijo en UVA está apostando a tasas reales positivas. A la hora de elegir un FCI, debería apuntar a carteras que busquen maximizar tasas reales; en este sentido, aun después de la recuperación de la deuda corporativa, este tipo de activo ofrece tasas reales positivas con la combinación de deuda corporativa, plazos fijos en UVA y liquidez», explica Brau.

Para el inversor que buscan diversificar, las cauciones bursátiles son una alternativa. «En el mercado de capitales, un instrumento muy similar al plazo fijo es la caución bursátil. La diferencia está en que es posible colocar dinero a plazos notablemente inferiores que los de un plazo fijo, como 1, 3, 7 o 10 días. A pesar de que las tasas rondan el 30% anual, las cauciones cuentan con la ventaja de ser mucho más líquidas, tema no menor en esta coyuntura», apunta José Ignacio Bano, jefe de Research de InvertirOnLine.

Para quienes acepten algo más de riesgo, Gonzalo Gibelli de Santander Asset apunta a los fondos de renta fija de corto plazo. «Para los moderados que acepten una mayor volatilidad, es una opción un fondo que invierte en cuentas remuneradas, plazos fijos (tradicionales y precancelables), fondos comunes e instrumentos como ON.

Por su parte, la demanda de dólares sigue activa, dentro del límite de los 200 que pueden comprarse por mes. En ningún banco dan cuenta de una caída de las compras.

¿Qué hacer con esos billetes? La respuesta no es fácil y los analistas concuerdan en su mayoría que son tiempos de extremar el cuidado. «El país está entrando en un proceso de reestructuración de su deuda del que, por ahora, hay pocos detalles. Antes de lanzarse a invertir en este tipo de fondos, sería deseable contar con más información respecto de cuál será la propuesta del gobierno para los bonistas», dice Hernán Torres, portfolio manager de HSBC.

«Para los inversores con dólares, los fondos comunes de Latinoamérica, que invierten principalmente en activos del exterior de bajo riesgo, son la alternativa más demandada», aporta Flavia Matsuda, coordinadora de Research de InvertirOnline.com. «La perspectiva es que la demanda por estos fondos, que tienen un rendimiento esperado anual del 2% en dólares, se mantenga hasta que se resuelva la negociación de la deuda», resume la analista.