Sitio Cero

Este Lionel Messi más terrenal tiene en Brasil al mejor adversario para volver a ser celestial

Lautaro Martínez se mata de la risa con Nicolás Otamendi sentados a un costado de la cancha principal del predio del Fluminense bajo el rayo del implacable sol carioca. Juan Foyth, Germán Pezzella, Leandro Paredes, Rodrigo De Paul, Marcos Acuña, Angel Di María miran desde atrás de un arco al resto de los compañeros completar el entrenamiento. Falta Lionel Messi. Tampoco está Sergio Agüero. Pero la ausencia que más se siente es la del 10, a quien las cámaras de TV y las lentes de los fotógrafos buscan, pero no encuentran en la mañana de este sábado, luego de la clasificación a la semifinal con la victoria por 2 a 0 sobre Venezuela.

No se muestra Leo. Se queda en el gimnasio. De allí al micro y de allí al hotel. Tampoco aún apareció en esta Copa América en su esplendor el mejor jugador del mundo. Es, claro, de quien más se aguarda. La ausencia de Neymar por lesión, corrió todo el foco hacia el crack del Barcelona. Pero si la Argentina al fin ya empezó a jugar la Copa, el que falta es Lionel con su magia característica.

Todavía no deslumbró el capitán argentino. Convirtió de penal el empate 1-1 contra Paraguay en Belo Horizonte. Y, en su cuenta individual, ahí se quedó. No tuvo esos arranques típicos con los que deja por el camino rivales en La Liga de España. Hasta ahora, Messi viene mostrando su versión más terrenal de los últimos tiempos. Porque hasta en los momentos más complicados, el 10 dijo presente con su fútbol. Basta recordar el triplete en Quito para meter a la Selección en el Mundial de Rusia. O mismo el golazo ante Nigeria en San Petersburgo cuando era ganar o volverse en fase de grupos.

Si se va más atrás en el tiempo, en las Copas América pasadas también tuvo un papel preponderante. Hasta en la de 2011 se lució, mismo en la eliminación a manos de Uruguay jugó un buen partido. Y se cuenta su aporte fundamental en la fase de grupos de la Copa del Mundo de 2014. Sin él, quizá la historia hubiera finalizado muchísimo antes que en la final contra Alemania.

Sin embargo, en Brasil, aquí y ahora, lejos de ser Messi más diez, es diez más Messi. Había avisado La Pulga que venía a ser uno más en esta Selección del recambio. Y por el momento lo está cumpliendo de modo literal dentro de la cancha. Un ejemplo basta: en Barcelona nadie le quita un tiro libre de su zurda; aquí, luego de algunos intentos fallidos, lo dejó a Paredes probar ante Venezuela.

Salir de la versión móvil