El 9 de junio pasado la policía secuestró unas 75 piezas con simbología nazidurante una serie de allanamientos en Vicente López y San Isidro. Fue el mayor «tesoro» de objetos nazis jamás secuestrado en el país. La noticia llegó a importantes medios internacionales como The New York Times, el Washington Post y El País.
¿Es ilegal la posesión de objetos con simbología nazi? ¿Es ilegal su venta? El titular de la DAIA, Ariel Cohen Sabban, piensa que sí. Y que Olivares debería ser también imputado por violar otra ley, la N°23.592 de actos discriminatorios.
«Cualquier objeto que tengas en la intimidad es una cuestión tuya, personal. Pero si vos invitás a alguien a tu casa y otra persona ve simbología discriminatoria, eso entra dentro de la penalidad de la ley N°23.592», dijo Cohen Sabban a LA NACION.
¿Qué dice la ley?
En su artículo tres, la ley decreta una pena de un mes a tres años de prisión para quien participe de una organización o realice propaganda de ideas de superioridad racial.
«Serán reprimidos con prisión de un mes a tres años los que participaren en una organización o realizaren propaganda basados en ideas o teorías de superioridad de una raza o de un grupo de personas de determinada religión, origen étnico o color, que tengan por objeto la justificación o promoción de la discriminación racial o religiosa en cualquier forma», dice el artículo.
«La ley dice bien claro que está prohibida la propaganda y la difusión de ideas u objetos discriminatorios. Cuando vos vendés un objeto nazi, estás propagando la idea y estás infringiendo la ley», argumentó Cohen Sabban.
Así, más allá de que los objetos recientemente secuestrados en zona norte sean originales o réplicas, su comercialización o divulgación podría ser interpretada como propaganda nazi.
«Un antes y un después»
Por eso la DAIA pidió ser querellante en la causa contra Olivares. Y espera que la jueza interviniente en el caso, Sandra Arroyo Salgado , tome declaración al anticuario sobre el tema. «Esta semana debería haber novedades del caso», dijo Cohen Sabban.
«Queremos que este caso sea un antes y un después en la comercialización de objetos del nazismo. Queremos que se genere un gran cambio, un cambio importante, en todos los comercios que vienen trabajando libremente con la venta de objetos de o sobre el nacionalsocialismo», agregó.
Un elemento más
Con respecto al caso de Olivares en particular, Lucas Gómez, abogado especialista en Derechos Humanos y miembro fundador del Centro Latinoamericano de Derechos Humanos, señala que hay un elemento más a tener en cuenta:
«No surge de la información de dominio público que el dueño de estos objetos publicara, exhibiera o incitara en modo alguno acciones genocidas valiéndose de estos objetos. La mera tenencia de los mismos no constituye per se un discurso o expresión que tenga por finalidad incitar al odio o la violencia contra un grupo determinado», dijo Gómez a LA NACION.
«Por ejemplo, si la mera tenencia o hasta exhibición de objetos vinculados al genocidio estuviera prohibida, el museo del holocausto en Washington DC (que a diferencia de este sujeto expone públicamente objetos nazis) debería estar condenado por hacer apología del genocidio», indicó. Así es que, para Gómez, habría que averiguar si en efecto Carlos Olivares tuvo como finalidad la difusión específica de esos objetos para hacer una reivindicación del nazismo.