La Santa Sede dice que las declaraciones se sacaron de contexto y que en ningún caso cambian la doctrina sobre la materia.
La política comunicativa de la Santa Sede es desde hace ya algún tiempo difícil de descifrar. Francisco, un comunicador nato, un hombre espontáneo y excelente constructor de mensajes, ha copado todo el discurso del Vaticano y deja poco lugar a la estrategia de quien se encuentra en la sala de máquinas. Más allá del desfile de portavoces (algunos dimitidos, otros menos interesados en el cargo), directores de comunicación cesados e inexplicables silencios en torno a crisis gravísimas, sorprenden todavía más casos como el de las últimas declaraciones del Pontífice, en las que aseguraba en el documental Francesco que estaba a favor de las uniones civiles entre homosexuales. El Papa, además, hablaba del derecho que tenían “a una familia” en una cinta, que se estrenó en Roma y se visionó en los jardines del Vaticano y a cuyo director (Evgeny Afineevsky) el Papa había regalado una tarta de cumpleaños el día anterior. Ahora, sin embargo, el Vaticano dice que están sacadas de contexto.
La realidad es que el fragmento donde el Papa hace esas declaraciones está tomado del material censurado o no autorizado por el Vaticano un año antes de la entrevista realizada al Pontífice por Televisa en 2014. O bien alguien se equivocó entregando el bruto ahora, o bien hubo interés en que saliera en este momento. Pero más allá de que puedan ser varios cortes enlazados que dan una impresión equivocada del sentido de la frase, se supone que la Santa Sede vio el documental —revisa siempre meticulosamente todo el material de entrevistas con el Papa— y debió de dar su autorización.
La doctrina no cambia
La aclaración fue enviada por la Secretaría de Estado a los nuncios de todos los países. Una nota donde se asegura que las palabras no cambian la doctrina de la Iglesia. Además, se aclara que “hace más de un año, durante una entrevista, el papa Francisco respondió dos preguntas diferentes en sendos momentos distintos que, en el documental mencionado, fueron editadas y publicadas como una sola respuesta sin la debida contextualización, lo que generó confusión”. Algo que en ningún momento ha aclarado la oficina de prensa del Vaticano dos semanas después de que la noticia fuese publicada por todos los periódicos internacionales.
El Vaticano concluye en el documento remitido a las nunciaturas que “es evidente que el papa Francisco se ha referido a ciertas disposiciones estatales, ciertamente no a la doctrina de la Iglesia, numerosas veces reafirmada en el curso de los años”. Nadie en ese momento imaginó que la Iglesia fuera a ver con buenos ojos el matrimonio entre homosexuales, tampoco que pensase en cambiar su posición sobre los actos sexuales entre gais (los considera pecado). Pero, de hecho, si la doctrina no cambia y se mantiene lo que fijó Joseph Ratzinger cuando era el prefecto para la Doctrina de la Fe, ni siquiera las uniones civiles tendrían el respaldo que les ha brindado el Papa.