El rol de Argentina en la Segunda Guerra Mundial

El 27 de Marzo de 1945, sólo un mes antes de la terminación del conflicto, Argentina le declaró la guerra al EJE, por lo que las potencias aliadas no quedaron conformes. En este marco en la mañana del 10 de Julio de 1945, la silueta de un submarino, cuyo perfil no se asemejaba a las unidades Argentinas, emerge a pocos cientos de metros de algunos pesqueros costeros, a una milla y media del Puerto de Mar del Plata, de inmediato desde puente de la nave comenzaron a emitirse destellos luminosos con la finalidad de contactarse con las autoridades navales.

El Capitán de Corbeta Ramón Soyuz, comandante del Submarino «Salta», al mando de la Base Naval de Mar del Plata en ese momento, autorizo a la nave alemana, que a marcha muy lenta ingresara a puerto, amarrando luego en la Dársena de Submarinos, cerca del Guardacostas «Belgrano». Algunas horas antes la tripulación del submarino tipo IX U-530 había arrojado al mar el armamento principal de cubierta, los torpedos, el equipamiento electrónico, las claves y el libro de bitácora.

El comandante del U-530, Teniente de Navío Otto Vermuth, de sólo 25 años, formó en cubierta a sus 54 subordinados, cuyas edades oscilaban entre los 19 y 24 años. Barbudos y con aspecto demacrado, daban un tono acorde con el lamentable estado exterior de la baqueteada nave, había sido designado comandante de la nave en el mes de Enero de 1945.
De inmediato se procedió a la identificación de los marinos alemanes y a un primer interrogatorio facilitado por un conscripto argentino de ascendencia alemana de apellido Ecker. El interrogatorio se basaba en saber si habían traído jerarcas nazis a bordo y si habían sido responsables del hundimiento del crucero «Bahía», ocurrido el día 4, a ambas cuestiones el capitán Otto Vermuth de la siguiente forma:
1- Que el U-530 había zarpado de la base de Kiel el 19 de Febrero y luego de un reaprovisionamiento en Kristiansand, fueron informados del fin de la guerra cuando estaban rumbo a las costas de Nueva York., de esta manera que no era probable que hubieran podido embarcar a algún alto funcionario alemán.
2- Si bien se habían desecho del libro de bitácora- que le hubiera servido de prueba- el submarino no tenía velocidad suficiente como para superar el trayecto de 3.500 millas náuticas (Rocas de San Pedro y San Pablo a Mar del Plata) en sólo cinco días.
Satisfechas las autoridades Argentinas, se emitió un comunicado que manifestaba la no responsabilidad del U-530 en el hundimiento del «Bahía» y que no habían transportado a nadie ajeno a la tripulación. Concluidos los interrogatorios, el día 16 a las 13, el Tte. de Navío Otto Vermuth firma oficialmente la rendición y el pabellón argentino es izado en el mástil del submarino. Vermuth esperaba para entonces que, de la misma manera que se había hecho con el «Graf Spee», la tripulación quedaría internada en Argentina, pero las circunstancias diferían de entonces. Los Aliados presionaron y el submarino y la tripulación fueron enviados a E.E.U.U., zarpó del puerto de Mar del Plata el 15 de Julio, remolcado por el ARA «Ona» y escoltado por los destructores ARA «Misiones» y ARA «San Juan», con destino a Río Santiago, donde posteriormente serían abordados por 33 tripulantes estadounidenses llegados por vía aérea. La tripulación alemana fue internada provisoriamente en la isla Martín García, para luego viajar a los EEUU a fin de ahondar los interrogatorios.

Elías Almada
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