Con el anuncio de la creación de 13 nuevos cardenales electores (menores de 80 años de edad), que participarán de la elección de su sucesor, el Papa Francisco reforzó hoy su línea de grandes reformas en la Iglesia, que busca la inclusión en la guía de la institución, con 1200 millones de bautizados, de los pequeños países periféricos en detrimento del tradicional poder centralizador europeo y del primer mundo.
Entre los elegidos ninguno es argentino. Jorge Bergoglio hizo el anuncio tras concluir el Angelus del mediodía que puso fin a una multitudinaria ceremonia litúrgica por la clausura del Juibileo Mariano. El Papa dijo que los nuevos cardenales provienen de 11 naciones de los cinco continentes, lo que “expresa la universalidad de la Iglesia” que anuncia y testimonia “la misericordia de Dios en todo el planeta”.
A los 13 cardenales electores se agregan otros cuatro que ya pasaron los 80 años de edad y no podrán participar de la elección de un nuevo pontífice.
Los 17 nuevos príncipes de la Iglesia serán “creados” por el Papa el 19 de noviembre, en la vigilia de la misa de clausura del Año Santo de la Misericordia, el domingo 20, que concluirá con el cierre de la Puerta Santa de la basílica de San Pedro, abierta desde el 8 de diciembre de 2015.
La novedad de más impacto fue la decisión del pontífice argentino de crear cardenal al nuncio apostólico (embajador del Papa) en “la amada y martirizada Siria”, el italiano monseñor Mario Zenari, que continuará en ese cargo. De esta manera, Jorge Bergoglio señaló la crucial importancia que la Iglesia otorga a la tragedia siria, donde la masacre creciente de miles de habitantes en la guerra civil está causando un peligroso deterioro en las relaciones entre Estados Unidos y Rusia.
El elenco de los electores incluye tres latinoamericanos, tres europeos, tres norteamericanos, dos africanos, un asiático y uno de Oceanía. El colegio de cardenales que votan en un cónclave se eleva ahora a 121 purpurados, sumando a los cuales los más ancianos, excluídos de la eleccion del obispo de Roma, se llega a un total de 228 miembros.
En tres consistorios Jorge Bergoglio ha nombrado en estos tres años y medio de pontificado 55 cardenales, una cifra de peso entre los miembros de colegio. En sus ocho años de gobierno, Benedicto XVI creó 78 electores, que fueron 94 cardenales en los veintiseis años y medio de pontificado de Juan Pablo II.
Los tres latinoamericanos creados por el Papa argentino son el brasileño Sergio da Rocha, de Brasilia; el mexicano Carlos Aguiar Retes, de Tlalnepantia, y el venezolano de Mérida, Baltazar Porras Cardozo.
Jorge Bergoglio, que mantiene una sorda lucha contra el sector ultraconservador de la Iglesia, fuertemente desplegado en Estados Unidos, abrió una nueva brecha al elevar a la púrpura al arzobispo de Chicago, Blase Cupich. Otro “bergogliano” de EEUU que saltó al cardenalato fue Joseph William Tobin, que había sido “exiliado” del Vaticano a la diócesis de Indianápolis por el Papa Joseph Ratzinger porque desde su cargo en la Curia Romana defendía a las monjas progresistas norteamericanas.
El Papa argentino dio vuelta la situación absolviendo y elogiando a las monjas de EEUU; y ahora premió a Joseph Tobin con el purpurado.
El tercer norteamericano del frente favorable al actual pontífice es Kevin Joseph Farrell, a quien Francisco ha nombrado prefecto del flamante dicasterio vaticano para los laicos, la familia y la vida.
Otros nombramientos desequilibradores en favor de la línea reformista llevados a cabo por Bergoglio fue el cardenalato para el arzobispo de Madrid, Carlos Osorio Sierra, y para el arzobispo de Bruselas, Josef de Kessel.
El nuevo cardenal más joven del Colegio es ahora el africano Dieudonne Nzapalainga, arzobispo de Bangui,en la República Centroafricana, que impresionó muy bien al Papa en su último viaje africano. Fue en Bangui, acompañado del ahora nuevo purpurado, que Jorge Bergoglio atravesó la primera Puerta Santa del Año Santo de la Misericordia, primera vez que un Papa elige un escenario de la periferia pobre del mundo para esta liturgia.
Son cuatro los países que tienen por primera vez un cardenal: a la República Centroafricana hay que agregar Bangladesh, Mauricio,y Papúa Nueva Guinea.
Entre los cuatro purpurados mayores de 80 años hay dos personajes particularmente significativos. En primer lugar el sacerdote albanés Ernest Simoni, que estuvo 27 años en las prisiones espantosas del régimen comunista de Albania. El Papa argentino lloró abiertamente cuando lo abrazó en su visita a Tirana y escuchó su testimonio. Bergoglio lo calificó como “mártir” y a los 88 años de edad ha premiado su lealtad a la iglesia con el cardenalato. El otro personaje es el italiano Renato Corti, obispo emérito de Novara, predicador de los ejercicios espirituales de Juan Pablo II, Benedicto XVI y el mismo Francisco.