El Mar Muerto, situado entre Israel, Jordania y Palestina, está disminuyendo de tamaño a un ritmo demasiado rápido: más de 1 metro por año, según el grupo ambientalista EcoPeace Middle East. Y la mayor parte de la culpa la tienen los humanos, por supuesto.
El lago Baikal, amenazado por una catástrofe ecológica El Mar Muerto, conocido como Mar Salado en hebreo, es uno de los cuerpos de agua más salados del mundo, con alrededor de un 34% de salinidad.
El lago necesita agua de otras fuentes naturales que lo rodean, como la cuenca del río Jordán. Pero alrededor de los años 60, algunas de estas fueron desviadas. Israel, por ejemplo, construyó una tubería durante ese período de tiempo para poder suministrar agua a todo el país.
Las industrias de extracción de minerales son otra razón principal por la que los niveles de agua están disminuyendo, dicen los expertos. Los minerales del Mar Muerto son muy populares por sus propiedades terapéuticas y se pueden encontrar a menudo en cosméticos y otros productos de consumo.
Y luego, por supuesto, el clima caliente y seco del Medio Oriente tampoco ofrece posibilidades para que el lago se rellene de agua. Lea más: ¿Es posible salvar de la muerte al mar Muerto? Anteriormente, Israel y Jordania presentaron un plan sobre un canal Mar Rojo—Mar Muerto.
El proyecto prevé la construcción de una planta de desalinización de agua y un acueducto para llevar agua del mar. Queda la esperanza de que se salve una de las atracciones turísticas y de valores ecológicos más grandes del mundo.