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El ferrocarril, factor de urbanización y motor de la economía productiva

La comprobable afirmación de que la extensión de la infraestructura ferroviaria fue vital para consolidar un nuevo modelo de urbanización, se enriquece con las múltiples historias que dan cuenta del afán de emprendedores y hasta de los nombres de localidades que hoy aparecen consolidadas.

 

La estación de Federal en un registro del Archivo General de la Nación.

Mariana Melhem / coordinacion@eldiario.com.ar

Tal como en tiempos de la colonia cuando las postas ubicadas en el cruce de caminos reales favorecieron el nacimiento de poblados, muchas de las actuales ciudades, deben su origen al tendido ferroviario y han adoptado la denominación de la estación a cuyo amparo nacieron.

A estos núcleos se los suele llamar “poblaciones de reciente fundación” en coincidencia con el tiempo que marca ya no el valor de posesión de la gran extensión de tierra como reserva y lugar de pastoreo, sino su capacidad de generación de riqueza asociada a la llegada de contingentes de inmigrantes dedicados a la producción agropecuaria, al modelo agroexportador y a lo que significó el ferrocarril como medio de transporte para las materias primas y las personas.

Espectral, una formación espera en la estación de Sosa.

Entre 1866 en que se inaugura el tramo Puerto Ruiz–Gualeguay y las primeras décadas del siglo XX se completó el entramado ferroviario que funcionó articulado con los puertos.

La necesidad de proveerse de leña y agua para poner en marcha las primeras máquinas a vapor, hizo que en tramos iguales de recorrido existiese una parada de aprovisionamiento; es por esa razón que en el recorrido de las vías aun dominan el espacio los imponentes tanques de agua que funcionan como cartel de bienvenida de sus pueblos.

El mapa muestra la participación de Entre Ríos en el desarrollo ferroviario del centro-norte argentino, a finales del siglo XIX.

Colonización del área central
En el ramal Paraná-Concepción del Uruguay nació Crespo, Colonia de Alemanes del Volga a la que se había impuesto el nombre de San José, distante unos mil metros de la estación denominada Gobernador Crespo y que rápidamente fue adoptada para identificar poblado y estación. Lo mismo sucedió unos kilómetros hacia el este con Gral. Ramírez dentro del mismo trayecto.

Estación de General Galarza.

La Villa Lucas González se constituyó hacia 1888 en el kilómetro 153, a instancias del estanciero Pedro Cinto, quien deseoso de que el ferrocarril pase por su campo, donó terrenos para la construcción de una estación a la que se le impuso el nombre de la empresa que ejecutó el tendido.

En pequeñas extensiones, mientras se iba completando la red, surgieron otros asentamientos, así en el trayecto Gualeguay–Rosario del Tala, km 52, se nominó a la estación como Gral. Galarza (1890) y hacia 1911 se ordenó la mensura y trazado del pueblo junto a la estación que, aprobado al año siguiente, llevó el nombre de la parada en lugar de San Guillermo.

La estación, punto de comercio
En el cruce de la traza Gualeguaychú–Villaguay con la central Paraná–Concepción, se estableció uno de los centros de distribución ferroviaria más importantes al que se le impuso el nombre Basavilbaso.

El andén en la estación de Basavilbaso.

Esta denominación respondía a que las tierras formaban parte de la posesión de Manuel Basavilbaso y el paraje era conocido con ese nombre.

La historia del pueblo reúne a los inmigrantes, a la existencia de una pulpería y a la estación que se instaló cerca del suministro de leña. El tren había llegado el 30 de junio de 1887 fecha que se toma como fundación. La estación motivó la instalación de un primer grupo de inmigrantes italianos que se dispuso en sus alrededores.

Hacia 1892 se sumaron los inmigrantes judíos de la Colonia Lucienville. Es que la estación como lugar de encuentro, de paseo y de partida ejerció una importante atracción en los colonos judíos para ejercer el comercio.

Basavilbaso fue un nodo ferrovial clave.

Al ser un punto de confluencia en líneas, la estación Basavilbaso, pasó a ser centro de servicios ferroviarios demandando, en corto tiempo, ampliación de las instalaciones, el traslado de la estación y la incorporación de talleres para mantenimiento. La primera traza del pueblo data de 1888 con la estación ubicada en el centro y hacia los lados la Colonia y la planta urbana. En 1921 se trasladó la estación hacia el sur y se construyó el resto de los servicios en el centro.

Hacia el norte
El tendido Paraná–Monte Caseros dio lugar a otro rosario de estaciones que se convirtieron en poblados.

Estación de Hasenkamp.

Así, por nombrar algunas, La Picada, Cerrito, Hasenkamp, Bovril (asociada a la producción de la carne), Sauce de Luna, Federal y San Jaime de la Frontera, último punto en territorio entrerriano cuya denominación es en parte del pueblo y en parte de la estación.

La estación de Puiggari.

Otra notable ruta es la que recorre el arco dibujado por la secuencia Diamante, Puiggari, Crespo, Seguí, Viale, Tabossi, Sosa, María Grande y El Pingo.

De Villa Libertad a Estación Chajarí
En mayo de 1872 una ley provincial manda a erigir dos Villas, una sobre la costa del río Uruguay, Villa Libertad, y otra sobre la del Paraná, Villa Hernandarias.

La estación de Chajarí.

Al no existir precisiones respecto a la ubicación y aprovechando que estaba en marcha el tendido ferroviario desde Concordia a Monte Caseros, se pensó que Villa Libertad podía instalarse junto a las vías.

Esto motivó que la estación denominada Chajarí le imprima la nomenclatura con la que se la conoce.

Arquitectura
Como parte de un mismo sistema, aunque de escala variada, el lenguaje se encuadra dentro de las mismas líneas del funcionalismo inglés. De carácter austero exhibe los materiales nobles de su construcción solo diferenciándose las estaciones -espacios habitables- de los galpones de almacenamiento y talleres (íntegramente desmontables).

Uno de los galpones en los talleres de Urdinarrain.

Así para las estaciones y garitas de control se utilizaron muros de ladrillo con listones ornamentales y aberturas de madera, cubiertas de tejas con vistosas cenefas de cierre y galerías de anden sin cielorrasos, pero apreciados como punto de contemplación del infinito paisaje.

La estación de Larroque.

La tríada Ferrocarril, Frigorífico y Puerto, generadora de buena parte del sistema urbano de Entre Ríos, es un acervo patrimonial fuertemente ligado al sistema de explotación del imperio británico en los albores del siglo XX.

Para referir a sus construcciones suele hablarse de “la arquitectura de la ingeniería”, en tanto las obras de montaje prefabricado y modular, se relacionan con la racionalidad ingenieril.

La estación de Federal. Foto: Gentileza Julio Blanco.
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