El conflicto por las tarifas y los salarios adelanta la pelea electoral

El aumento de la luz, la paritaria docente y de otros gremios, el diagnóstico sobre la crisis y las medidas de fuerza de la CGT marcaron el arranque de la competencia legislativa varios meses antes del cierre de listas.

La CGT acaba de anunciar lo que no hizo en los primeros 12 meses de la gestión de Mauricio Macri: la convocatoria a un paro general ya para el mes próximo. Justo marzo, que es cuando va a sonar la campana oficial de largada para la campaña electoral.

La central sindical peronista amenaza con una huelga con diferentes argumentos, pero lo cierto es que los despidos y las suspensiones, la pelea por el salario y subas de tarifas terminaron adelantando el inicio de la disputa electoral, como si fuera la previa de la pelea de fondo.

En la Casa Rosada califican a la convocatoria a una medida de fuerza como «un paro político». Un dirigente peronista que fue funcionario de Néstor Kirchner admite: «La situación social es un flanco débil que se va a aprovechar políticamente».
Fecha formal para el inicio de la campaña no hay. «En rigor, el año político arrancará el 1° de marzo, con el inicio de las sesiones ordinarias del Congreso», dice Jorge Landau, apoderado del PJ.

Para el primero de marzo faltan 24 días. Y 115 días después, el 24 de junio, es la fecha límite para la presentación de candidatos.

En el Frente Renovador aseguran que a fines de marzo anunciarán si Sergio Massa es, o no, candidato. «Si va ella, va a ir Sergio. Acá la cuestión de fondo es la pelea por un liderazgo en el peronismo, que está vacante. Si no lo discutimos ahora, lo tendremos que hacer en dos años», sostienen en la fuerza del tigrense.

A diferencia de lo que creen en el PJ, en el FR suponen que Cristina va a tener que definirse en marzo: «Como no es la candidata natural si no la discutida, va a necesitar dar tiempo para los realineamientos que provocaría su eventual candidatura».

Un realineamiento posible es el de los diputados Diego Bossio y Oscar Romero, que hace un año rompieron con la bancada del FpV. Ese sector no parece dispuesto a bailar al ritmo de Cristina. Si ella fuese como candidata, ese espacio podría alejarse del PJ y jugar con Massa.

Pero hay otros sectores del PJ que sí podrían estar dispuestos a ir a una PASO contra el kirchnerismo en la provincia de Buenos Aires, como parte de los intendentes de los grupos Esmeralda y El Establo y el Movimiento Evita. Estos sectores aún se entusiasman con que Florencio Randazzo salga de su letargo y los represente. Asoma improbable, por lo que barajan otros nombres: Gabriel Katopodis, Martín Insaurralde y Eduardo Bucca.
En este sector algunos creen que Cristina no será candidata: «Si juega, pone en riesgo su 54% de 2011 y corre el serio riesgo de perder. Si no juega, va a estar viva para pelear en 2019 la presidencia», dice un dirigente del PJ. Si la ex presidenta no fuese candidata, el kirchnerismo podría llevar a Daniel Scioli: nadie le cree que no quiera ser candidato este año.

El que asegura tener menos apuro en definir sus candidatos es el oficialismo. «Estamos concentrados en la gestión, hacer obra, generar empleo. Hay un calendario electoral que rige y vamos a designar las candidaturas a último momento”, apunta Federico Salvai, jefe de Gabinete bonaerense.

En el oficialismo siguen sin dar pista de quién sería su principal candidato, pero saldría del puñado de nombres que ya se manejan: Jorge Macri, Gladys González, Elisa Carrió y Facundo Manes.

En el macrismo prenden velas para que la ex presidenta vaya como candidata porque eso haría que el peronismo vaya dividido y, supuestamente, les permitiría ganar. Con un beneficio extra: Massa podría quedar tercero.

Pero un peronista anti K alerta: «La Casa Rosada juega con fuego. Si la economía no mejora, Cristina puede ganar».