El piloto del Su-25 ruso derribado se inmoló cuando fue cercado por los terroristas, precisó el Ministerio de Defensa ruso.
Un avión de ataque ruso Su-25 fue abatido el 3 de enero con un lanzamisiles portátil en la provincia noroccidental siria de Idlib. El piloto logró eyectarse, pero murió al enfrentarse a los yihadistas.
Más tarde, el Ministerio de Defensa de Rusia informó de la muerte de más de 30 terroristas a causa de una ofensiva lanzada con armas de alta precisión en una zona de Idlib bajo el control del Frente al Nusra —también conocido como Fatah al Sham, proscrito en Rusia—, desde donde había sido lanzado el proyectil.