El gobierno chino acusa a Washington de querer cambiar el foco de sus propios desaciertos al enfrentar la pandemia.
China presiona contra el presidente de Estados Unidos Donald Trump y algunos de sus funcionarios, quienes en días recientes han considerado una teoría atípica de que el coronavirus salió de un laboratorio chino.
Sin embargo, el mismo vocero Zhao Lijian, ha demostrado que tampoco China ha dejado de sembrar confusión ante la pandemia. En marzo tuiteó la falacia de que el virus pudo haber salido del Ejército de Estados Unidos.
Todavía no hay un consenso científico, pero la hipótesis principal es que la infección entre los humanos comenzó en un mercado de animales en Wuhan, probablemente de un animal que se contagió del virus de un murciélago.
Sin el peso de la evidencia, Trump y algunos funcionarios intentan culpar a China de las infecciones y muertes por COVID-19 en Estados Unidos.
Una mujer ofrece camarones para vender en el un mercado. /AFP
«Cada vez más escuchamos esta historia», dijo Trump. El jefe de la diplomacia de Estados Unidos, Mike Pompeo, agregó: «El simple hecho de que desconozcamos las respuestas, que China no haya compartido las respuestas, creo que es muy revelador».
Días atrás, Pompeo ya había expresado sus sospechas sobre el laboratorio de Wuhan gestionado por la Academia de Ciencias de China y que ha realizado investigaciones de vanguardia para rastrear los posibles orígenes del virus del SARS, descubriendo nuevos virus en murciélagos y la manera en que podrían llegar a las personas.
Un habitante de Wuhan, con barbijo, este viernes. /AP
«Sabemos que el Instituto de Virología de Wuhan está a unas cuantas millas de donde estaba el mercado de artículos frescos», dijo Pompeo el miércoles a Fox News. El instituto se ubica a unos 13 kilómetros del mercado donde se cree que se originó el brote.
Funcionarios estadounidenses afirman que la embajada de Estados Unidos en Beijing expresó sus preocupaciones sobre posibles problemas de seguridad en el laboratorio de Wuhan en 2018, pero subrayaron que no existe evidencia de que el virus se haya originado en ese lugar casi dos años después.
El viernes, el vicepresidente Mike Pence dijo que Estados Unidos presiona a China para permitir que expertos externos ingresen al laboratorio «para que podamos determinar con precisión en dónde comenzó el virus».
Cuando se le preguntó en el canal televisivo Fox Business Network sobre si China pudo haber manipulado el virus con objetivos siniestros, Pence respondió: «Es completamente apropiado que el mundo haga las preguntas correctas» y luego se desvió a otro tema.
La mayoría de los funcionarios de Trump se han alejado de las teorías de conspiración sin fundamentos que afirman que el virus fue liberado intencionalmente por China, pero algunos le están dando cierto peso a la idea no corroborada de que el virus se propagó por error de un laboratorio negligente en Wuhan.
También los científicos son renuentes a creer en esta teoría. «El genoma y las propiedades del virus no revelan evidencia alguna de ingeniería genética», señaló Richard Ebright, profesor de química biológica de la Universidad Rutgers, a The Washintgon Post.
Robert Garry, virólogo de la Universidad de Tulane, Nueva Orleans, también aseguró en Science News que el virus era esencialmente diferente a cualquier producto de diseño humano. «Tiene demasiadas características distintivas, algunas de ellas totalmente contraintuitivas», aseguró, según citó el Post.
Fuente: AP y AFP