El Presidente recibió a la cúpula radical para evaluar el armado de listas; tensión por Gómez Centurión
Con la polémica por Juan José Gómez Centurión como telón de fondo, los radicales optaron ayer, en su primera cumbre bilateral con Mauricio Macri , por dejar ese tema encapsulado y avanzar en la definición de la estrategia electoral que guiará los pasos de Cambiemos en los próximos comicios.
El ministro del Interior, Rogelio Frigerio , y el presidente de la UCR , José Corral, dieron detalles del encuentro cerca de las 23, en una conferencia conjunta, en la sala de periodistas de la residencia de Olivos.
Dijeron que no se habló del escándalo de Gómez Centurión. Y revelaron que se definió crear una mesa electoral de Cambiemos para definir las estrategias en cada distrito. La idea que se baraja, según pudo saber LA NACION, es que ese espacio se integre con cuatro representantes de Pro, cuatro de la UCR y uno de la Coalición Cívica.
Pese al rechazo del radicalismo a las declaraciones del jefe de la Aduana, quien negó que hubiera existido un plan sistemático de exterminio durante la dictadura, los dos sectores se preocuparon por transmitir un clima de armonía.
Los radicales habían mostrado su malestar a la mañana, con mucha atención en las formas. Repudiaron los dichos del jefe de la Aduana, pero se cuidaron de no arrinconar al Presidente: ninguno pidió la renuncia del funcionario.
«En la antesala de una reunión para hablar de la construcción política de Cambiemos, no podemos actuar como si fuéramos oposición», explicó a LA NACION uno de los radicales que estuvieron en Olivos. «Gómez Centurión ya pidió disculpas», destacó Corral, al salir del comité nacional, rumbo a la residencia presidencial.
La comida se hizo en el chalet presidencial: lomo con ensalada. En la mesa del Presidente había 18 lugares para los invitados, nueve por cada lado.
Por los radicales estuvieron Corral; su antecesor en el cargo Ernesto Sanz; los gobernadores Ricardo Colombi (Corrientes), Alfredo Cornejo (Mendoza) y Gerardo Morales (Jujuy); los jefes de las bancadas en el Congreso, Mario Negri (Diputados) y Ángel Rozas (Senado); el vicegobernador bonaerense, Daniel Salvador, y la presidenta de la convención nacional, Lilia Puig de Stubrin.
Pro alistó a la vicepresidenta Gabriela Michetti; al jefe de Gabinete, Marcos Peña; al secretario general de la Presidencia, Fernando de Andreis; al ministro Frigerio; a la gobernadora de Buenos Aires, María Eugenia Vidal; al jefe de gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta; al vicejefe, Diego Santilli; al presidente de la Cámara de Diputados, Emilio Monzó, y al presidente del partido, Humberto Schiavoni.
Fuerte expectativa
La lista de comensales da cuenta de la relevancia que los dos partidos le dieron al encuentro. Pese a las tensiones recurrentes, el vínculo entre Pro y la UCR no atraviesa hoy un mal momento. El último cortocircuito se produjo la semana pasada, por el decreto que dispuso la movilidad del feriado del 24 de marzo. Pero para los radicales la discusión se cerró de manera satisfactoria, tras la promesa de Macri de dar marcha atrás.
La polémica por Gómez Centurión amenazó con reavivar las tensiones. «Discrepo totalmente con Gómez Centurión. La sentencia del Juicio a las Juntas Militares que llevó adelante el gobierno de Raúl Alfonsín, la Conadep y el Nunca Más, las declaraciones de la Corte Interamericana de Derechos Humanos, son muestras contundentes sobre el terrorismo de Estado, la desaparición forzada de personas, el robo de bebes y la tortura», sostuvo Negri en un comunicado.
Con ese tema corrido a un lugar marginal de la agenda, los radicales hicieron hincapié en sus planteos de fondo. Pretenden tener un papel más protagónico en el oficialismo y «llenar de contenido político» a Cambiemos.
A tono con esos pedidos, fueron recibidos a las 19.30, en la sala de jefatura de Olivos, por los ministros asumidos en diciembre, Nicolás Dujovne (Hacienda) y Luis Caputo (Finanzas). Expusieron y respondieron preguntas durante una hora y media. «Lo tomamos como una muy buena señal», dijeron los radicales. La cena empezó a las 21.20.
De cara al año electoral, el objetivo es acordar un esquema que atenúe las diferencias que surgirán a la hora de confeccionar las listas en varios distritos. La UCR tiene una meta concreta: no quiere perder terreno frente a Pro en Diputados. No será fácil, dado que el partido pone en juego 24 de sus 39 bancas en la Cámara baja.
La consigna general con la que llegó la UCR es evitar que haya competencia interna en las PASO y garantizar en una nómina de unidad que cada fuerza conserve todos los lugares que arriesga. Pero la regla general no vale para todas las provincias. Pro negocia desde la fortaleza que le da ser la fuerza mayoritaria en la Capital y en la provincia de Buenos Aires, los dos distritos con más legisladores nacionales.