Lo importante, según expertos, son las consultas periódicas con el pediatra, ya que muchos progenitores tienden a minimizar el problema. Cambiar los hábitos es clave.
La obesidad infantil es un tema que preocupa, y son muchos los padres que se preguntan si su hijo tiene sobrepeso o si ya excedió ese límite. En el otro extremo, aún existen progenitores que no le dan la importancia necesaria a este problema y consultan más a los pediatras cuando consideran que sus chicos comen poco que cuando están por arriba de su peso.
Al respecto, el doctor Francisco Tinahones, presidente de la Sociedad Española de Obesidad (SEEDO-SEO) dijo al sitio Cuidate Plus que “el 80% de los niños obesos en la infancia lo serán en la edad adulta” y que es una falsa creencia que un niño obeso en la infancia dejará de serlo cuando “pegue el estirón
A su turno María García Nieva, miembro del Comité Ejecutivo de la Asociación Española de Pediatría (AEP), señala varias razones detrás de este problema, entre ellas el cambio de hábitos alimentarios y el descenso de la actividad física. “No juegan, no están en la calle y no hacen ejercicio. Además comen alimentos procesados, ricos en calorías, azúcares y/o grasas. Si sumamos seguir una dieta tan inadecuada junto con la escasa actividad física tenemos la principal causa de la obesidad”, especifó.
Uno de los problemas que existen a la hora de detectar si un niño es obeso o tiene sobrepeso es que en la actualidad hay más permisividad con la obesidad y la percepción sobre la misma que, en ocasiones, no es real. Al respecto Tinahones señaló: “Cuando a adultos obesos se les pregunta si se consideran obesos, solo un 20% se reconoce como tal. Si eso ocurre en la edad adulta, los padres que deben valorar el peso de sus hijos pueden tener esta misma falta de valoración del problema”-.
De ahí la importancia de llevar al niño al pediatra de forma periódica. “En estas revisiones evaluamos y medimos su peso, talla, índice de masa corporal (IMC) y perímetro abdominal. La mayoría de las veces viendo esos datos, podemos dar el diagnóstico de sobrepeso u obesidad. En los niños, a diferencia de en los adultos, no hay una cifra exacta que determine estos valores, depende de la edad y el sexo, miramos el percentil y unas tablas nos dan la información sobre si un niño es o no es obeso”, explicó Garcia Nieva.
La obesidad infantil está a la cabeza de los problemas crónicos que tienen niños y adolescente y se asocia al aumento de la diabetes tipo 2 en edades tempranas. También puede favorecer las alteraciones del aparato locomotor (problemas de tipo ortopédico y dolores de rodilla, por ejemplo) y los problemas de la imagen corporal.
¿Pero cómo se puede frenar? Tanto Tinahones como García Nieva insisten en que cambiar los hábitos alimentarios y de ejercicio físico es fundamental. Para conseguirlo proponen estas claves para combatir la obesidad infantil:
Cuidar la compra y predicar con el ejemplo,
Educar tanto a padres como a hijos.
Realizar más actividad física.
Regular la publicidad de alimentos poco saludables destinados a los niños.