MARIANA LEIVA
Actualmente, la jubilación mínima se ubica en los $ 8.000 y la máxima, en los $ 63.000. «A esta última se obtiene teniendo el promedio en el tope del máximo salarial (estimado en $ 97.000) y habiendo aportado 41 años en relación de dependencia».
Ana María Weisz, Directora de Wealth de Mercer, destacó que «no es casual que la Argentina se reitere en el último lugar porque, aspectos positivos como brindar una prestación universal al adulto, quedan desmerecidos por no haberlo implementado sólo para personas en edad avanzada y en la pobreza».
El Índice elaborado por la consultora Mercer, que mide 34 sistemas de pensiones, muestra que Holanda y Dinamarca (con puntajes de 80.3 y 80.2 respectivamente) ofrecen sistemas de ingresos de jubilación de clase mundial de grado A con buenos beneficios, lo que demuestra claramente su preparación para el envejecimiento del mundo. Argentina tiene 39,2 puntos de este ranking, elaborado en base a tres subíndices: adecuación, sostenibilidad e integridad.
Pese a esta situación, especialistas consultados por ámbito.com coincidieron en que son pocos los argentinos que son previsores y contratan seguros de retiro o invierten en instrumentos financieros pensando en el momento de la jubilación.
Entre los errores más frecuentes, el asesor financiero Marcelo Elbaum -autor del libro Hombre Rico, Hombre Pobre- consideró en diálogo con ámbito.com que las personas «subestiman la distancia al objetivo, sin tener en cuenta lo importante que es comenzar a ahorrar e invertir a una edad temprana, para tener mejores resultados para la etapa pasiva».
Ejemplificó: si una persona ahorra dos dólares diarios entre los 25 y los 65 años, invirtiendo y logrando una rentabilidad del 10%, podría atesorar unos u$s 365.000 con un aporte de u$s 29.000. Si comienza a los 40 años, tendría que destinar u$s 300 diarios para llegar a ese objetivo».
El segundo error habitual es que las personas «no son metódicas y ante cualquier evento dejan de ahorrar», sin embargo, la recomendación es «siempre reservar un porcentaje de los ingresos». Los ricos, agregó, «destinan a ahorros entre un 10 y 20%».
Una vez convencido de la necesidad de ahorrar pensando en la jubilación, la persona debe determinar cuáles serán sus gastos mensuales una vez jubilada. «La estimación es que se gasta entre un 10 y 20% menos que al final de la etapa activa, porque entre otras disminuyen los gastos por indumentaria y de traslado», dijo Elbaum.
Por su parte, Weisz -directora de Wealth de Mercer para Argentina, Chile, Bolivia, Uruguay y Paraguay- remarcó en diálogo con ámbito.com la importancia de contar con toda la documentación necesaria (legajo por parte de las empresas y certificados de servicios y remuneraciones en el caso de los trabajadores) para acceder a la prestación universal otorgada por el Estado.
Otra cuestión a tener en cuenta es que el beneficio se otorga en base a un promedio de los sueldos de los últimos años. «Por lo que, si sobre el final de la vida laboral, se accede a un trabajo de salario más bajo, eso hará que descienda el promedio y la jubilación será menor», indicó Weisz.
«También ocurre con algunas personas que trabajaron como autónomos durante un cierto período y nunca se dieron de baja. Entonces, cuando inician los trámites de la jubilación, descubren que tienen una deuda considerable», comentó.
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• Seguros de retiro
Los seguros de retiro tiene el objetivo de permitir que el asegurado disfrute de sus beneficios una vez que deje de trabajar. Usualmente, el asegurado realiza aportes durante su etapa laboral, y cuando llega el momento de jubilarse, puede decidir la modalidad de cobro.
Éstas pueden ser: Renta vitalicia (en este caso, se transfiere el riesgo de la supervivencia del beneficiario y de otros beneficiarios, como conyugue); Renta Temporaria (se recibe un aporte mensual determinado por el cálculo del monto ahorrado y la cantidad de meses que se asume vivirá la persona. También se pueden establecer períodos, para por ejemplo disponer de más dinero en los primeros años); y Renta flexible (cada mes, el beneficiario define qué monto necesita retirar)
Para Weisz, los seguros de retiro son «un vehículo sumamente eficiente pero que tiene como principal desventaja que la Superintendencia de Seguros de Nación define el porcentaje de cada instrumento financiero dentro de la cartera. Lo ideal sería que se pudiera armar la cartera de acuerdo al género, edad u otros criterios».
La tasa de rentabilidad se ubican en torno al 2% en dólares y del 4% en pesos.
• Fondos Comunes de Inversión
A la hora de planificar un plan de retiro, existe una regla bastante extendida: a 100 se le debe restar la edad, el resultado deberá destinarse a instrumentos de renta fija. Una persona de 40 años debería dirigir el 60% de sus ahorros a bonos o subsoberanos, por ejemplo; mientras que el 40% tendría que invertirlo en renta variable.
«Cuando mayor sea la distancia al objetivo, se debería priorizar más la apreciación que la renta, soportando vaivenes en el valor de la cartera. Es que el horizonte temporal también elimina riesgo», indicó Elbaum.
Para las personas ya jubiladas, el asesor propone una cartera con un 70% de activos que generen renta y un 30%, en instrumentos que apunten a la apreciación.
Sobre este punto, los especialistas resaltaron que «está pendiente la posibilidad de que el aporte sea deducible de impuestos».
• Planes de pensiones corporativos
El plan de pensiones es un producto de ahorro provisional a largo plazo cuyo principal fin es el de generar un ahorro del que disponer en la jubilación en forma de capital o de rentas. Son otorgados por las empresas a sus trabajadores como beneficio adicional.
Su funcionamiento se basa en aportaciones puntuales realizadas por el partícipe que son invertidas por los gestores del plan, siguiendo unos criterios de rentabilidad y riesgo previamente establecidos en la política de inversión del plan.
De esta forma, a la hora de rescatar el plan de pensiones, el titular obtiene tanto el dinero depositado a lo largo de los años como la rentabilidad que éste haya podido generar.
En términos generales, los planes se presentan con dos alternativas: uno tiene mayor porcentaje de bonos y otro, de acciones. «Sólo un pequeño porcentaje de los trabajadores beneficiados analiza la posibilidad de posicionarse en renta variable», indicó la directiva de Mercer. «Una vez recibido, tampoco se registran suficientes cambios de cartera pese a los cambios políticos y económicos habituales en este país», agregó.
• Fideicomisos para las contribuciones del empleado
El fideicomiso de fondos de pensión es un contrato por medio del cual la empresa trasmite la propiedad de ciertos bienes (generalmente moneda dura) en beneficio de sus empleados. Para que ellos accedan a estos beneficios deben cumplir con ciertos requisitos preestablecidos.
Las ventajas de este sistema son el bajo costo impositivo, la reducción del endeudamiento, y la libertad absoluta de inversión, lo que implica que el fondo puede adquirir la totalidad de sus activos en el exterior.
Los actores de este contrato son el beneficiario, aquel a favor de quien se administran los bienes fideicomitidos; el fideicomisario o fiduciario, que administra los bienes; y el fideicomitente, la empresa que implementa el fideicomiso.