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CHINA CONTRA LOS VIDEOJUEGOS: ¿REALMENTE SON UN ‘OPIO ESPIRITUAL’?

La reciente imposición legislativa del Gobierno chino que limita el tiempo de videojuegos a tres horas semanales con el objetivo de evitar la adicción reabre el debate sobre este entretenimiento en plena era de la digitalización. Algunos estudios, sin embargo, han demostrado que contribuyen a mejorar la capacidad de concentración.

La reciente imposición del Gobierno chino para regular el uso diario que los menores de edad dedican a los videojuegos se sustenta en el argumento de dar respuesta al «opio espiritual» que pueden representar para las generaciones más jóvenes. El objetivo no es otro que combatir la adicción a los videojuegos: según las cifras oficiales del propio Gobierno, más de la mitad de los jóvenes chinos juegan con demasiada frecuencia. Lo que hará esta nueva ley será limitar su acceso, permitiendo una hora de juego los viernes, sábados y domingos, de ocho a nueve de la noche. Es decir, el tiempo máximo que pueden dedicarles a la semana queda reducido a tres horas (salvo si es fiesta nacional, cuando entonces el tiempo de juego se amplía 60 minutos más). Además, las empresas que ofrecen los videojuegos online serán las responsables de controlar el acceso a través de un sistema de verificación y no podrán ofrecer servicios fuera de las franjas horarias impuestas.

 

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