La misión china Chang’e-5 regresó a la Tierra con muestras de rocas y «suelo» de la Luna.
La cápsula que contenía estos materiales aterrizó en Mongolia poco después de la 01:30 hora local del jueves (17:30 GMT del miércoles).
Han pasado más de 40 años desde que misiones de Estados Unidos y la entonces Unión Soviética recolectaran rocas y suelo lunar para ser analizados en nuestro planeta.
Las muestras permitirán investigar la geología y la historia temprana del satélite natural terrestre.
Para China, el éxito de la misión Chang’e-5 es otra demostración de cómo están aumentando sus capacidades en el espacio.
Requirió de un operativo extremadamente complejo, que involucró un orbitador, un módulo de aterrizaje y ascenso, y un componente de retorno.
China había ejecutado sin problemas misiones lunares previas.
La misión Chang’e-4, con un módulo de aterrizaje y un vehículo, realizó en enero de 2019 el primer alunizaje de la historia en el lado oculto del satélite.
Claves sobre la historia del Sistema Solar
Chang’e-5 alunizó en Mons Rümker, una llanura volcánica ubicada en una región de la cara cercana de la Luna conocida como Oceanus Procellarum (Océano de las Tormentas).
Se cree que las rocas en este lugar -con una edad de 1.300 millones de años- son mucho más recientes que las muestras recolectadas por los astronautas de la misiones estadounidenses y soviéticas, que tenían entre 3.000 millones y 4.000 millones de años de antigüedad.
Las nuevas muestras permitirán a los científicos afinar los métodos para determinar cuándo ocurrieron diferentes eventos en la historia del Sistema Solar.
En términos simples, los investigadores cuentan cráteres. Cuanto más antigua es una superficie más cráteres tiene, y cuanto más reciente es la superficie menor es el número de cráteres.
«La Luna es el cronómetro del Sistema Solar«, explicó hace unas semanas Neil Bowles, investigador en ciencias planetarias de la Universidad de Oxford en Inglaterra.
«Las muestras de las misiones Apollo de la NASA y Luna de la ex Unión Soviética vienen de sitios conocidos y su edad se determinó con precisión por radiometría».
«Hemos podido conectar esa información a la tasa de formación de cráteres y extrapolarla para determinar la edad de otras superficies en el Sistema Solar», agregó Bowles.
Las muestras de Chang’e-5 también podrían ayudar a comprender la historia volcánica de la Luna, señaló Katie Joy, investigadora de la Universidad de Manchester.