Una carrera marcada por la versatilidad actoral le permitió interpretar a los más variados personajes y ser parte de decenas de proyectos en la pantalla grande. Pero este año, la fama de César Bordón (56) dio un salto rotundo con el éxito internacional de la serie biográfica de Luis Miguel , en la que personificó a Hugo López,el mánager y confidente argentino del artista.
«Ni Messi, ni el Papa, ni Máxima, ni el Diego. este es el argentino que nos hace quedar bien frente al mundo» . Así comparten la imagen de Bordón en las redes sociales, los miles de fanáticos que se enamoraron de la sensibilidad del personaje que impulsó la carrera del Sol de México y encaminó al cantante en su época de excesos y escándalos amorosos.
El desafío comenzó en septiembre de 2017. La productora Gato Grande convocó a participar de un self-casting a Bordón y a otros actores consagrados. Entre ellos los más nombres más resonantes fueron los de Jean Pierre Noher y Gerardo Romano.«Entusiasmado y honrado» por el llamado, César recreó diversas escenas de la serie en el living de su casa con la ayuda de dos amigos que lo acompañaron con el guión. Su interés por la fotografía complementó la actuación y desarrolló un set casero con un elevado nivel cinematográfico. El producto final convenció al director de que él era el intérprete ideal y en octubre viajó a México para comenzar las grabaciones.
«Yo recibí un personaje que no conocía y me dije a mí mismo: ‘¿De dónde lo saco?’ En Google no aparecía nada. Me mostraron una foto borrosa y pixelada, pero no se puede componer un personaje a partir de eso. Entonces empecé a construir a Hugo López en base a lo que necesitaba la ficción, lo que me decía la productora y lo que expresó Luis Miguel en la mesa de escritura. Me comentaron que era una figura paternal, honesto, que supo encauzar la carrera del artista durante su adolescencia. Me empecé a compenetrar en los rasgos más humanos y le aporté mis vivencias», sostiene Bordón en una entrevista a solas con LA NACION.
-¿Hasta qué punto intervino Luis Miguel en la interpretación de Hugo López?
-Sé que estaba conforme y contento con la serie, pero es un persona muy reservada con un entorno cerrado y no tuve una devolución puntual de mi personaje. Hay versiones de que está enojado y no quiere hacer la segunda temporada, pero no creo. El participó en el guion, dio sus datos y entregó su consentimiento. La serie es la versión de los hechos del propio cantante: es cómo vivió y sintió su vida.
Si bien no tuvo el aval directo del artista, personas del círculo íntimo de Hugo López coincidieron en que su interpretación era acertada. «Me escribió su viuda, Lucía Miranda, y disfrutamos de un encuentro amable y humano en Buenos Aires. Ella hasta ese entonces, estaba fascinada con el trabajo que yo había hecho en la serie y me compartió su admiración. Manifestó que yo tenía la misma forma de hablar y de expresarme que su marido. La conversación estuvo cargada de emoción porque ella vivió esa realidad y perdió a un ser amado. Yo tenía miedo de ser ofensivo o grosero, pero el personaje de ficción que compuse se pareció al real. Es totalmente exótico, un milagro se podría decir», comenta Bordón con un tinte de satisfacción en su voz.
-¿Cuál es el acontecimiento que más te marcó sobre la vida de Hugo López?
-Todos tuvimos alguna vivencia ingrata y muchos nos hacemos adictos a la actividad y al trabajo. El dejó lo personal en segundo plano y lo padeció. Yo intenté reflejar su vida de la manera más dramática posible. Muchas veces uno tiene dos o tres decisiones a la vez y prioriza el trabajo. Pero la vida pasa y hoy el consejo que le daría es: ‘Andá con tu mujer’. López era un empresario, un hombre de negocios y todos los que están en ese rubro pagan un precio.
Vecino de Boedo e hincha de River, Bordón admite que no fue fácil separarse de su esposa Gloria y de su hija Antonia (10) para durante los cuatro meses de rodaje en México: «Estás solo con tu alma en un estudio del tamaño de una ciudad. No conocés a nadie. Allá no filmás en una locación rentada, es como un estadio con cancha de básquet, vóley, un taller de costura y un estacionamiento para dos mil autos». Pese al vacío que sintió en sus primeros días, pronto ganó confianza con el elenco, se familiarizó en el entorno y formó vínculos que hoy trascienden la pantalla.
-¿Cómo es tu relación con Diego Boneta [el actor que interpreta a Luis Miguel]?
-De alguna forma lo paternal se reprodujo en la vida real. En Diego encontré un par, un actor de talla y un compañero. Es bárbaro, una gran figura. Tiene esa característica propia de los mexicanos: te escucha, propone y responde con franqueza. En un principio, me pidió consejos porque conocía mi trabajo, pero yo le dije: ‘Mirá, soy un actor de reparto, lo que quiero es trabajar con vos. Si vos brillás, a mí me va a ir bárbaro’.
Bordón viste una campera de cuero y calza botas de estilo militar color rojo que hacen juego con el casco de su moto. En sus respuestas nunca utiliza modismos como «pibe» o «boludo», palabras usadas en la serie como recurso para resaltar la «argentinidad» de López. Al preguntarle si hubo lugar para la improvisación, se desprende de la silla y sin perder la serenidad que lo caracteriza, actúa una escena de la serie de dos formas distintas y expresa: «Vez que una misma línea se puede actuar enojado como autoridad o confidente como padre. Así se vivió durante el rodaje. Nos prestamos a probar múltiples tonos, proponer y jugar. No nos fuimos del texto nunca, pero el director entendió que había algo por construir».
El temple, el ritmo pausado para hablar y la humildad de sus comentarios se asemejan al Hugo López de la serie. Bordón acepta la popularidad que ganó en este último tiempo, pero aún no se atreve a hablar de reconocimiento: «No pienso nunca en el resultado de los proyectos. Me concentro en lo que tengo que hacer y trabajo por el placer de construir una ficción. Aparte el resultado no depende de un actor, está centrado en el conjunto, en la distribución, en el momento de estreno, hay muchas variables a tener en cuenta. Aún no puedo saber cómo va a impactar en mi carrera porque el éxito es relativo».
La serie se emitió a través de Netflix , la plataforma de streaming que marca el pulso de la producción audiovisual a nivel mundial. Bordón no desconoce el «alcance demencial» y la fama que conlleva formar parte de un producto original de esa compañía. «Le cambia a la gente el hecho de ver un actor argentino ahí porque lo asemejan con Hollywood. La distribución es superadora y al unísono. El impacto es brutal y además le fue bien a la serie, y mi personaje es adorado. Hay un Huguito de la suerte circulando por Internet».
Aunque desde la producción aseguraron que no está confirmada una segunda temporada, las especulaciones no cesan. Al respecto, Bordón considera posible que se hagan nuevos capítulos pero tampoco tuvo noticias: «No está confirmado, sí está hablado. Me dijeron que seguramente la iban a hacer. Incluso yo llamé porque me surgieron otros proyectos y quería coordinar los tiempos. Pero de momento no tienen fecha, no está escrita y no hay guion».
Sin embargo, César Bordón no estará fuera de la pantalla por mucho tiempo. Hasta fines de agosto, estará grabando la segunda temporada de Un Gallo para Esculapio , la ficción que ganó el Martín Fierro de Oro este año. Además, hay tres películas que se están por estrenar: «Una la hice el año pasado, La Noche de Doce Años sobre la vida de José ‘Pepe’ Mujica que dirige Álvaro Brechner. La otra es El Tío que la grabé apenas llegué acá en marzo, de María Eugenia Sueiro, y por último el policial negro Lobos, de Rodolfo Durán».