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César Aira: el autor argentino que entró en las apuestas por el Premio Nobel

Fue finalista del Man Booker y Patti Smith reseñó uno de sus libros. Ayer tenía el 8° puesto en algunos rankings.

Un francotirador. Así se define a sí mismo César Aira, una de las figuras de la literatura contemporánea argentina. /Martín Bonetto

Quizás uno de los éxitos mayores del Premio Nobel de Literatura esté en la enorme capacidad que tiene para generar especulación. Casas de apuestas, twitts, notas en los diarios: todo el mundo tiene su candidato y juega a adivinar. Contra las ideas más comunes, los apostadores no están tan lejos: el año pasado unos días antes de la elección, en la casa inglesa Ladbrokes ganaba la bielorrusa Svetlana Alexievich. Que se quedó con el premio.

Hay escritores que todos los años suenan: Haruki Murakami, por ejemplo, o Philip Roth. ¿Y de los argentinos? Los últimos años antes de su muerte, el nombre de Juan Gelman llegó a los rankings. En 2007 le habían dado el Cervantes y esa distinción lo puso en el mapa grande de los “candidatos”; se dice que el Cervantes es algo así como la antesala al Nobel para los autores de nuestra lengua.

Pero Gelman no es el único de los argentinos que sonaba para romper esa anomalía de país literario sin Nobel de Literatura. Del último tiempo a esta parte, los apostadores le ponen fichas a un argentino: César Aira.  Ayer tenía el puesto número 8 en Nicer Odds, un sitio que reúne información de casas de apuestas y el 14 en Ladbrokes, la casa de apuestas que suele seguir el tema. Encabezaba el keniata Ngugi Wa Thiong’o, seguido por –cómo no– Murakami, el sirio Adunis y el estadounidense Philip Roth.

El de Aira por supuesto no es un rostro identificable por las multitudes pero su obra es enorme y ha hecho un tajo en la literatura argentina del presente.

Nacido en Coronel Pringles en 1949, vive en Buenos Aires desde los 18 años y se ha dedicado durante toda su vida a trabajos editoriales, en general ocultos o silenciosos, como la traducción y la recomendación de libros. En la década del 70 publicó su primer libro, Moreira, hoy inconseguible, y ya en los años 80 empezaría a publicar con frecuencia. De los 80 son algunas de sus novelas voluminosas, como Ema, la cautiva, Canto Castrato o Una novela china.

Pero en los años 90 Aira da un vuelco y descubre una fórmula, lo que se suele llamar un “procedimiento”. A partir de ahí empieza a publicar novelas cada vez mas breves, que él llama “novelitas”, con una frecuencia de infarto: ha llegado a publicar seis novelitas en un año. Suele decir, con gusto por la paradoja y los juegos mentales, que es uno de los escritores argentinos que menos escribe: una paginita diaria, y con eso hace cuatro novelas por año de ochenta páginas.

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Sus libros manejan al mismo tiempo un nivel alto de reflexión sobre la práctica de la escritura y un grado a veces más concentrado y a veces más diluido de delirio. Su prosa es transparente: explica que el único modo de contar historias con tantas peripecias es con un lenguaje llano y accesible.

En el nuevo siglo Aira, que ya venía siendo valorado por la academia argentina, explotó a nivel internacional. Sus libros no paran de traducirse a casi todas las lenguas y rompió uno de los cercos más rígidos con su entrada triunfal al mercado norteamericano. La gran editorial New Directons publicó catorce novelas suyas y su último trabajo, El cerebro musical, fue reseñado por Patti Smith a doble página en el New York Times: más no se puede pedir.

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En Francia tiene más de quince libros publicados, lo mismo en Alemania e Italia. Su política editorial es otra rareza: durante los últimos veinte años, publicó mucho en editoriales pequeñas de la Argentina, regalando los derechos. Algunas incluso debutaron con un libro de él: todos saben que si le piden un libro, algo les va a dar. Ahora, además, le llegan los premios: fue finalista del Man Booker Internacional y ganó el Manuel Rojas de Chile y el Roger Caillois en Francia.

¿Es César Aira un escritor del perfil del Nobel? Todo indica que no. No tiene participación política ni se lo puede considerar un intelectual humanista según lo piensa la Academia Sueca (alguien como Mario Vargas Llosa). Sin embargo, escribió por lo menos 40 libros importantes y es un temblor que cambió nuestra literatura. Esa debería ser razón suficiente.

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