Las últimas elecciones en México ocurrieron en un contexto de violencia pocas veces visto en la historia reciente de ese país.
En la previa de las últimas elecciones en México llevadas a cabo en julio pasado, el Instituto Nacional Electoral (INE), organismo encargado de organizar las elecciones en el país azteca, impulsó un novedoso programa para combatir la proliferación de desinformación en redes sociales durante la campaña electoral.
Durante una fugaz visita por la Argentina, Lorenzo Córdova Vianello, titular de la oficina electoral mexicana, contó cómo fue la experiencia que la Justicia Electoral de nuestro país sigue de cerca. El jurista disertó esta semana en la sede de la Cámara Nacional Electoral (CNE) ante un auditorio que reunió a políticos, especialistas en materia electoral y organizaciones de la sociedad civil.
Con el objetivo de «impulsar el ejercicio del voto libre e informado», el propio Córdova Vinello se puso al frente de una agenda de trabajo para repeler la difusión de fake newsbajo la idea que «las redes sociales presentan un escenario para la propagación de discursos falsos».
Dos meses atrás, México tuvo las elecciones más grandes de su historia. Tras una reforma política de 2014, se unificaron los calendarios electorales por lo que en julio pasado se eligieron nada menos que 18.000 cargos a nivel nacional y local, en unos comicios donde participaron casi 90.000 candidatos.
Como parte del trabajo, la INE se centró en tres ejes para combatir las noticias falsas en redes sociales: convenios con grandes jugadores como Google, Facebook y Twitter; unaalianza con medios nativos digitales y la conversión de la oficina electoral en una agencia de información.
Los acuerdos con los gigantes de Internet se centraron en capacitaciones para el personal de la agencia electoral, la divulgación de material generado por la oficina y acciones concretas como la promoción de hashtags para instalar el debate presidencial o la función de «megáfono electoral» para recordarle a los ciudadanos el día de la votación, quiénes eran los candidatos y dónde debían presentarse a votar.
«Logramos hacer algo que no se había conseguido antes: firmar documentos jurídicos de colaboración», resaltó Córdova Vianello. Sin embargo, el titular de la oficina electoral mexicana remarcó que el acuerdo le valió críticas por parte de la opinión pública que consideraba la idea como «naif e inocente» debido al escándalo de Cambridge Analytica.
Lorenzo Córdova Vianello (izquierda), Alberto Dalla Vía (centro) y Santiago Corcuera (derecha) durante la disertación del titular de la INE en la CNE.
En lo que respecta a la relación con los medios de comunicación, las autoridades mexicanas impulsaron la creación de Verificado 2018. Se trató de una alianza entre medios de comunicación nativos digitales y tradicionales, universidades y organizaciones de la sociedad civil que se valieron del fact checking para «despejar mitos y enfatizar certezas».
Gracias a este programa se logró que cuando se detectaba una información falsa, las redes sociales activaban un mensaje de advertencia a los usuarios. Así, si una persona quería compartir una fake news con sus seguidores, le aparecía un recuadro anunciando que la información ya había sido verificada como falsa por el equipo de profesionales de Verificado 2018.
«Generar en el usuario la oportunidad de compulsar la información es el camino hacia donde debemos ir. Cuando se habla de una ciudadanía empoderada e informada debemos apostar a un ciudadano que ante las informaciones falsas se preocupe por validar la noticia antes de darle like a un post», resumió Córdova Vinello durante su exposición a sala llena.
Por último, el mismo día de la elección la propia INE se convirtió en una agencia informativa para disuadir la difusión de informaciones falsas a través del programa Certeza 2018. Previendo rumores de suspensión de la elección en algunas mesas o sospechas de incidentes en los lugares de votación, la agencia electoral azteca montó un equipo de 200 personas que procesaron en tiempo real la información que llegaban por distintas fuentes para validar los datos y ratificar o rectificar aquellos que se difundía por redes sociales. «Fue un sistema complejo. El día de la jornada electoral logramos más de un millón de tuits que estaban alertando sobre alguna irregularidad», comentó el especialista.
Hace poco más de tres semanas, la Justicia Electoral de nuestro país instó a desarrollar una campaña de formación cívica y educación digital con el fin de concientizar a los votantes. En la Acordada Extraordinaria N° 66-18, la CNE ordenó también la creación de un registro de cuentas de redes sociales y sitios web oficiales de candidatos y agrupaciones con el objetivo de promover el voto informado del elector para los comicios de 2019.
Por lo pronto, el caso mexicano se posicionó entre las autoridades electorales argentinas como un ejemplo a seguir. En ese contexto, el propio titular de la CNE, Alberto Dalla Vía, destacó la iniciativa azteca y apuntó hacia los comicios del año próximo: «La Acordada 66 es un inicio que implica nuevos desafíos para la Justicia Electoral que requerirán de un consenso social, de los partidos políticos y de las autoridades electorales. En definitiva, de eso se trata: de participación ciudadana».