La abogada más temida por los hombres habló de la dualidad de algunas clientas y dijo que muchas veces parece ser ella quien se divorcia porque le delegan la fuerza
Ana Rosenfeld no tiene ningún problema en ser intimidante. Festeja el título de «la mujer más temida por los hombres» y dice que lo que busca es respeto para ella y sus clientas. También celebra que haya cada vez más directivas femeninas y emprendedoras aunque advierte que las mujeres pueden ser líderes en su trabajo, pero vulnerables entre cuatro paredes por lo que aconseja estar al tanto del patrimonio de la pareja, en caso de estar casada, y prepararse para ser una futura ex esposa.
«La verdad es que sí, soy la mujer más temida por los hombres. Pero yo digo que lo que tienen que tener es respeto. Una vez que me respetan a mí, respetan a la mujer. De ahí surgió lo del libro El terror de los maridos. Tengo la idea de hacer un segundo libro aunque todos los días hago un libro cuando hablo con las mujeres», afirmó Rosenfeld durante su exposición en el evento «Mujeres Líderes», organizado por LA NACION.
En cuanto al liderazgo femenino, la mediática abogada lo celebró, pero advirtió que la realidad doméstica puede ser distinta a la laboral. «En su trabajo son líderes, quienes marcan el designio, pero cuando me vienen a ver siento debilidad. Siento debilidad cuando las contacto y cuando me cuentan sus historias. Entre cuatro paredes son más vulnerables, necesitan más apoyo. No son lo que enfrentan en el exterior. Son líderes en el exterior y no en el interior», explicó.
De acuerdo con esto dijo que ella es quién se pone muchas veces la camiseta por lo que los hombres se terminan divorciando de ella: «La mujer desliga en mí la fuerza». Sin embargo, dijo que no tiene resentimientos y que tiene una excelente vida matrimonial, dos hijos y un nieto. «Soy femenina no feminista. No me gustan los extremos», agregó.
En tanto, para contrarrestar la debilidad en la casa, la letrada aconsejó a las mujeres que pregunten y se informen sobre la situación patrimonial de la pareja. «Qué lindo es ser mujeres emprendedoras y exitosas y sin embargo qué difícil puede ser que la realidad sea otra. No hay que descuidar el matrimonio, la pareja. Preguntar no implica desconfianza es saber dónde estamos parados, dónde está el dinero. Es muy lindo ser líder, triunfar, marcar tendencia, pero es muy feo pensar que mientras haces eso maravilloso por el otro lado pasan cosas», concluyó.