La cifra se desprende de un relevamiento de los ministerios de Salud estaduales. Desde que se registró el primer caso en el país sudamericano, el número de fallecidos ascendió a 191.735. El presidente brasileño, Jair Bolsonaro, defendió su gestión de la pandemia frente a las críticas: «Yo no erré ninguna medida (…) nada, cero error».
Entre el 1 de diciembre y el mediodía de este martes un total de 18.570 personas murieron en Brasil debido a la Covid-19, lo que representa un incremento del 40% frente a los fallecimientos ocurridos el mes anterior. La cifra se desprende de los datos divulgados por los ministerios de Salud de los gobiernos estaduales.
Hasta las 13 de hoy, el total de fallecimientos desde el inicio de la pandemia era de 191.735 contra los 173.165 contabilizados al 30 de noviembre, informó la agencia de noticias Ansa.
Los casos registrados en diciembre también superan a los observados en octubre, lo que confirma la tendencia al agravamiento de la pandemia que infectó a más de 7,5 millones de brasileños, entre ellos el vicepresidente, general Hamilton Mourao, quien dio positivo el pasado domingo y hoy permanecía aislado en el Palacio Jaburú, su residencial oficial en Brasilia.
En julio, el presidente Jair Bolsonaro, quien siempre subestimó la pandemia y presionó a los estados del país para que no impongan restricciones al cuidado de la salud de sus habitantes priorizando la economía, dio positivo de coronavirus y hasta el momento 13 ministros de su gabinete se infectaron.
Además se contagiaron los dos últimos presidentes del Poder Judicial, Luiz Fux y Antonio Dias Toffoli, y los titulares del Senado y Diputados, Davi Alcolumbre y Rodrigo Maia, respectivamente.
A pesar del declarado aumento de casos y decesos en Brasil, el presidente ultraderechista volvió a criticar ayer la cuarentena decretada por «gobernadores y alcaldes» a poco de arribar al estado de San Pablo, el más castigado por la pandemia.
Bolsonaro jugó un partido de fútbol amistoso y luego hizo declaraciones a la prensa sin barbijo, ya que según él es «inmune» tras haberse infectado, pese a que el Ministerio de Salud notificó que hay más de 500 brasileños que habrían contraído la enfermedad dos veces.
«¿¨Dónde se encuentra la vitamina D?. Tomando sol», dijo ayer Bolsonaro, que es un ferviente defensor de la hidroxicloroquina, un producto no aprobado por la comunidad científica, pero que según él se trata de una «solución» que «Dios nos dio».
Las declaraciones del mandatario fueron pronunciadas en la ciudad de Santos, en el litoral marítimo del estado San Pablo, cuyo gobernador, Jao Doria, del Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB), representa una amenaza para el mandatario de cara a las próximas elecciones presidenciales de 2022.
«¿Quién tomó la decisión (de prohibir a la gente congregarse en la playa)?, un gobernador, un alcalde….no puede ser», atacó Bolsonaro mientras disfrutaba de sus vacaciones.
«Ese virus del Covid va a permanecer entre nosotros toda la vida, no sirve de nada esconderse, «¿para qué tanto pavor?. La vida tiene que continuar», volvió a relativizar el mandatario la gravedad de la pandemia.
Bolsonaro fue duramente criticado por su gestión frente al coronavirus. Sin embargo, aseguró: «Yo no erré ninguna medida (…) nada, cero error».
Horas antes de sus declaraciones, el presidente, quien determinó a principios de mes postergar la vacunación para marzo de 2021, había dicho que el atraso del inicio de la inoculación del fármaco contra el coronavirus no es responsabilidad del Gobierno y enrostró la demora a los laboratorios.
Si embargo, en respuesta al mandatario brasileño, el laboratorio estadounidense Pfizer divulgó una nota en la que señaló que en Brasil le fueron solicitados más requisitos que en otros países para la aprobación de la vacuna, que ya comenzó a ser aplicada en Estados Unidos, Gran Bretaña y México.
En medio de un clima tenso entre el Gobierno brasileño y Pfizer, hoy el sitio de la Presidencia afirmó que «está trabajando permanentemente para que la vacuna sea distribuida lo más rápido posible».
Está previsto que mañana se realice una reunión entre representantes del Gobierno y del laboratorio estadounidense en la que posiblemente se analizarán las exigencias impuestas para la aprobación de la vacuna producida por esa empresa farmacéutica.