La distribuidora le envió una nota al ente regulador en la que critica la acción de la petrolera, que comenzó a instalar surtidores en estaciones de servicio; ambas creen que es el negocio del futuro
Aunque el negocio aún no arrancó en el país, ya comenzaron las disputas entre las grandes compañías interesadas en quedarse con él. Edesur, distribuidora de electricidad en una mitad de la ciudad de Buenos Aires y en 12 partidos del conurbano, le envió una dura carta al ENRE (el ente que regula la prestación de ese servicio) en la que critica la intención de la petrolera YPF, anunciada en abril pasado, de vender electricidad para autos en sus estaciones de servicio emplazadas en la región a cargo de la concesionaria eléctrica.
Se trata de un movimiento defensivo por parte de Edesur: no quiere ceder la participación en uno de los negocios del futuro sin establecer las pautas en las que se desarrollará. Con un dato adicional: pese a su incipiente desarrollo local, la controlante de la empresa eléctrica es una de las grandes jugadores de ese negocio en Europa.
La nota, que fue fechada el 8 de agosto pasado y está dirigida al directorio del ENRE, le recuerda al organismo que, tal como estipula su contrato, Edesur tiene la «concesión del servicio de distribución y comercialización de energía eléctrica con exclusividad en el área de concesión delimitada por ese contrato».
Y para despejar por completo alguna duda residual, la empresa aclara más adelante en el documento enviado al ente regulador que «nadie puede vender ni subdistribuir en cualquier forma la energía eléctrica que la distribuidora suministre». Es decir que eventualmente YPF no puede tomar energía de la red para luego revenderla a sus clientes.
Para YPF, en tanto, el intento de la empresa eléctrica se basa en una mirada monopólica del negocio, que deberá resolver en el futuro la regulación, a cargo del Estado. Pese a la disputa, sin embargo, allegados a la petrolera estatal deslizaron que no ven en peligro su plan para abastecer de electricidad a los autos.
La nota de Edesur, que vio LA NACION, lleva la firma de Mariano Guaita, gerente de Asuntos Legales de la empresa; fue dirigida al directorio del ENRE y al presidente de YPF, Miguel Gutiérrez, y busca contener la avanzada de la empresa bajo control estatal en uno de los negocios del futuro, según interpretan los referentes del sector. Hay motivos para pensar que eso ocurrirá.
La pelea tiene otros enredos y contrapuntos no tan frecuentes en el mundo de los negocios. Por caso, Edesur está bajo el control de la italiana Enel, pero participa de su capital social Nicolás Caputo, el mejor amigo del presidente Mauricio Macri. E YPF está bajo control del Estado, que tiene el 51% de participación.
Marcha lenta
Hasta ahora, en la Argentina se vendieron aproximadamente 300 Toyota Prius, el único vehículo híbrido (usa electricidad y combustibles fósiles) que se comercializó en el país. Pero al igual que en otras partes del mundo la administración de Mauricio Macri quiere que el mercado de vehículos a electricidad tome nuevas dimensiones.
Con el objetivo de fomentar nuevas tecnologías más amigables con el medio ambiente y ampliar la oferta de autos, el Gobierno anunció en mayo pasado la reducción de aranceles a los autos eléctricos e híbridos importados, con un determinado cupo para las terminales con producción local. Esa política generó incluso una respuesta comercial directa y casi inmediata: en el último Salón del Automóvil, la japonesa Toyota anunció una baja de 23.000 dólares en el precio de su modelo Prius.
De a poco, se sumarán otros exponentes. A fin de año llegará la Kangoo, un utilitario de Renault que vendría con un cargador propio, y ya hay autorización para el Nissan Leaf. Pueden encontrarse también en el parque automotor local alguna Porsche Cayenne Hybrid o una Touareg con esa tecnología.
YPF tiene un plan para instalar 220 postes de recarga en 110 estaciones de servicio. Los dispositivos serán de carga rápida, por lo que llenar el 90% de la batería de un auto llevará entre 15 y 30 minutos. Hasta ahora, la empresa completó la instalación de dos surtidores en la estación de servicio del ACA en las calles Godoy Cruz y Demaría. El plan de expansión contempla otros 20 en ocho bocas de expendio antes de fin de año.
La petrolera le dio el trabajo a la empresa QEV Argentina en asociación con el grupo ABB. Ésa es una de las molestias que tiene Edesur. Sucede que la compañía pertenece a la empresa italiana Enel y se especializa en vender electricidad para autos a nivel mundial. De hecho, presentó en enero la primera estación de carga eléctrica en el país, instalada en Puerto Madero, en el marco del lanzamiento de la Fórmula E, el campeonato que utiliza coches eléctricos en trazados urbanos.
La empresa es la principal auspiciante de esa carrera, una decisión que revela su interés por participar del suministro de electricidad a los vehículos domésticos en el futuro.
Es probable que en el futuro Edesur tenga sus propios puestos de venta, pero también cierre acuerdos con otras compañías para vender la energía que pasa por su red.
La nota de Edesur, finalmente, le reclama al ENRE el «adecuado encuadramiento regulatorio desde la hora inicial». Varios referentes del sector público y del privado consultados por LA NACION estuvieron de acuerdo en ese punto. Es una tarea que deberán resolver el ENRE y el Ministerio de Energía, a cargo de Juan José Aranguren, por razones relativamente evidentes. No sólo el marco legal es casi inexistente, sino que incluso faltan las definiciones más básicas del negocio, como cuál será el precio de la energía a despachar.
Es, en parte, la posición de Edenor, la otra gran distribuidora de electricidad de la otra mitad de la ciudad y el conurbano bonaerense, que espera mayores definiciones del negocio, según dejaron notar allegados a la compañía.