Las últimas ediciones de la Feria del Libro en Buenos Aires mostraron una tendencia novedosa: la de los jóvenes oradores que son aclamados por miles de seguidores. Estos nuevos referentes opinan sobre juegos electrónicos, moda, deportes o diversos temas de su interés. Se los conoce con el nombre de «youtubers» porque utilizan el sitio YouTube para comunicarse con la llamativa cantidad de receptores que se interesan por sus discursos.
Desfiló frente a los micrófonos de grandes emisoras, como Splendid, Stentor, Belgrano, Rivadavia, Del Pueblo y El Mundo. Remataba sus esperadas charlas con frases que se convirtieron en su sello: «Ya terminó mi cuarto de hora» o «¡Arriba los corazones!». Fue considerado «el más cotizado de los conferenciantes por radio», por la prensa especializada de 1935. El elogio se repitió por años. Según el escritor Antonio Requeni, conocedor en primera persona del mundo intelectual porteño de aquel tiempo, Soiza Reilly fue «el más popular periodista radiofónico».
Durante más de un cuarto de siglo, su voz estentórea, clara y convincente (el historiador Luis Salerno conserva grabaciones del gran comunicador) se hizo eco de los temas más diversos y populares. Muchas veces resignaba ajustarse a la gramática castellana en pos de llegar a su variado público. Al respecto, el escritor Juan Terranova opinó: «Es el precursor argentino de la web, de la red de redes. Su pluma es internética. Todo el tiempo encontramos descontrol narrativo, sensiblería cursi, crudeza, contemporaneidad, impacto, sangre. Releyéndolo pienso que la forma de escribir de Soiza, antes que a otra cosa, remite al chat y al blog».
Cuando la radio era la tribuna multitudinaria, el «youtuber» de la Argentina era el magnífico Juan José de Soiza Reilly.