Vladimir Putin ha condenado las sanciones occidentales impuestas por la invasión rusa de Ucrania, asegurando que representan una amenaza para el mundo entero.
En un discurso ante un foro económico en Vladivostok, dijo que Rusia estaba lidiando con la «agresión» económica de Occidente, y advirtió que la calidad de vida de los europeos se estaba sacrificando por las sanciones, mientras que los países más pobres estaban perdiendo el acceso a los alimentos.
También dijo que Europa estaba estafando a los países pobres que no tienen acceso a los granos producidos por Ucrania.
Aunque las fuerzas rusas bloquearon los puertos marítimos de Ucrania durante meses, a principios de agosto se reanudaron las exportaciones y, según el líder ruso, solo dos barcos con granos habían llegado a África desde entonces, lo que no es cierto.
El mandatario también dijo que quería discutir la revisión del acuerdo por el que se permite la exportación de esos granos.
Rusia lanzó su invasión el 24 de febrero y ahora ocupa alrededor de una quinta parte del territorio ucraniano. Las tropas rusas han sido expulsadas de áreas alrededor de Kyiv y del norte del país y ahora enfrentan una contraofensiva ucraniana en el sur y el este.
Las naciones occidentales respondieron a la invasión imponiendo sanciones a un gran número de individuos, negocios y empresas estatales rusas. La Unión Europea ha tratado de reducir su dependencia del gas y el petróleo rusos, y Moscú ha cerrado su gasoducto clave, el Nord Stream 1, a Alemania, argumentando problemas técnicos.
Los precios de la energía se han disparado y los ministros de la UE se reunirán el próximo viernes para responder a la crisis. El líder ruso calificó una propuesta para establecer un tope en los precios del gas ruso como «estúpida».
Putin dijo este miércoles que Occidente estaba tratando de imponer su comportamiento a otros países. Muchas empresas se habían apresurado a salir de Rusia, dijo, pero «ahora estamos viendo cómo la producción y los puestos de trabajo en Europa se van cerrando uno tras otro».
Sin embargo, Rusia también está sintiendo el efecto de las sanciones, con el aumento de la inflación y las empresas que luchan por importar las piezas que tanto necesitan.
Tensión internacional
La UE ya prohibió los vuelos directos desde Rusia y la semana pasada sus 27 Estados miembro enfurecieron aún más a Moscú al aceptar hacer que el proceso de obtener una visa sea más complicado para los rusos.
Es probable que la visa Schengen, que es muy apreciada y que cubre 22 países de la UE, también se vuelva más costosa. Los tres Estados bálticos ahora han ido más allá con un acuerdo para prohibir que los rusos crucen desde Rusia y Bielorrusia, a menos que sean camioneros o tengan razones familiares y humanitarias.
En un discurso que parecía apuntar tanto a los observadores occidentales como a la audiencia nacional, el presidente Putin dijo que la confianza en el dólar, el euro y la libra se estaba perdiendo ante los ojos de la gente. Rusia, por su parte, salía de la guerra con su soberanía fortalecida: «Estoy seguro de que no hemos perdido nada y no perderemos nada».
El ministro de Relaciones Exteriores de Ucrania, Dmytro Kuleba, dijo que Rusia buscaba chantajear a Europa con sus recursos energéticos: «Putin quiere arruinar la estabilidad y el bienestar de todos los hogares de Europa».
El legislador chino, Li Zhanshu, asistía al foro en el que habló Putin cuando el presidente ruso dijo: «No importa cuánto le gustaría a alguien aislar a Rusia, es imposible lograrlo».
Las agencias de noticias rusas dijeron que el presidente Putin se reunirá con su homólogo chino, Xi Jinping, en Uzbekistán la próxima semana.
Hasta que hace unos meses se alcanzó un acuerdo patrocinado por la ONU destinado a levantar el bloqueo de Rusia de tres puertos ucranianos del Mar Negro, las exportaciones de granos se habían reducido al mínimo.
Los envíos se han reanudado gradualmente y la semana pasada llegó a Djibouti un barco fletado por la ONU que transportaba 23.000 toneladas. El grano ya ha llegado a Etiopía en 60 camiones, con el objetivo de alimentar a más de un millón y medio de personas en un país asolado por la sequía y la guerra civil.
Otros barcos partieron hacia Yemen y Sudán, mientras otros se dirigieron a puertos en Egipto.
Según el acuerdo, todos los cargamentos son aprobados por un centro conjunto en Turquía. El centro dice que hasta ahora se han autorizado dos millones de toneladas de granos, incluso destinadas a Turquía y Medio Oriente, así como a puertos en la UE.
Pero el presidente Putin acusó a los países europeos de seguir actuando como colonialistas y dijo que propondría al presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, restringir los destinos de las exportaciones ucranianas.
«Sin contar a Turquía como país mediador, prácticamente todo el grano que se saca de Ucrania se destina no a los países más pobres y en vías de desarrollo, sino a países de la Unión Europea», argumentó el líder ruso.
Un asesor presidencial ucraniano lo acusó de hacer declaraciones sin fundamento y le dijo a la agencia de noticias Reuters que el líder ruso buscaba influir en la opinión pública de todo el mundo y presionar a la ONU.