Argentina mantuvo su reclamo de soberanía sobre las Islas Malvinas ante Naciones Unidas, aunque su énfasis en otros foros y en su vínculo con el Reino Unido tuvo vaivenes con Mauricio Macri, explicó a Sputnik el analista Agustín Romero. El especialista advirtió que la reivindicación puede perder fuerza si Argentina «no presiona».
«En Argentina todos los temas de política exterior toman relevancia pero el de Malvinas sobresale», afirmó, en diálogo con Sputnik, el experto en relaciones internacionales argentino Agustín Romero. La centralidad del reclamo de soberanía sobre las Islas Malvinas en las últimas décadas es una de las conclusiones de su libro La Cuestión Malvinas: una hoja de ruta.
El libro fue lanzado este 10 de junio a propósito del Día de la Afirmación de los Derechos Argentinos sobre las Malvinas, una fecha que conmemora la designación de Luis Vernet como primer comandante político militar de las Malvinas en 1829.
Si bien se trata de una cuestión muy presente entre los argentinos, el trabajo de Romero tiene la particularidad de ser parte de una tesis doctoral cuya metodología, según destacó el autor, aporta «conclusiones científicas» en cuanto a qué sucedió con el reclamo de soberanía entre el Gobierno de Raúl Alfonsín (1983-1989) hasta la actual gestión de Alberto Fernández iniciada en 2019.
En efecto, una de las primeras conclusiones de la investigación de Romero es que a pesar de sus diferencias políticas, todos los gobiernos argentinos desde el retorno de la democracia mantuvieron la cuestión Malvinas como un eje central de su política exterior. Así, el reclamo fue reiterado también por los Gobiernos de Carlos Menem (1989-1999), Fernando de la Rúa (1999-2001), Néstor Kirchner (2003-2007), Cristina Fernández (2007-2015) y Mauricio Macri (2015-2019).
Romero explicó que cada Gobierno, a su vez, mantuvo el reclamo en «dos canales paralelos: el diplomático a nivel de los organismos multilaterales y el de la relación bilateral con el Reino Unido».
Con respecto al primero, el experto señaló que «a lo largo de los años se ve una postura única y firme, y con los mismos elementos, de Argentina en el Comité de Descolonización de Naciones Unidas, donde todos los años Argentina plantea exactamente lo mismo». La similitud de las posturas argentinas puede graficarse en que «si tapo el nombre del ministro de Relaciones Exteriores que habla sería muy difícil establecer quién lo dijo».
El segundo canal es el que sí ha mostrado cambios entre los diferentes gobiernos, que escogieron posturas diferentes en su vínculo con el Reino Unido. El Gobierno de Macri, por ejemplo, significó un cambio de postura con respecto a sus antecesores Kirchner y Cristina Fernández.
«Con los Gobiernos de Néstor y Cristina se vio claramente cómo en cualquier momento y en cualquier lugar Argentina planteaba la discusión de la soberanía. En cambio con el Gobierno de Macri cada vez que había una reunión bilateral entre Argentina y el Reino Unido el tema no era tocado en la agenda», apuntó.
¿Qué pasa cuando el reclamo argentino pierde fuerza?
Romero indicó que el Gobierno de Mauricio Macri no dejó de reivindicar la soberanía sobre las islas del Atlántico Sur en el Comité de Descolonización y en la Asamblea General de las Naciones Unidas. Sin embargo, sí tuvo una estrategia menos agresiva en otros ámbitos bilaterales, algo que había sido una marca característica de la política exterior del país sudamericano durante los gobiernos kirchneristas.
«Argentina iba a una reunión de energía renovable y encontraba el vericueto para plantear la disputa de la soberanía. Lo mismo en un encuentro entre presidentes de América del Sur y países africanos», ejemplificó el analista. Ese tipo de planteos en organismos fuera de las Naciones Unidas no fue continuado por la gestión macrista.
Para Romero, reducir el énfasis del reclamo tiene sus consecuencias, debido a que «si no lo plantea Argentina y si no presiona, nadie lo va a hacer por sí solo». En ese sentido, sostuvo que «al sacar el pie del acelerador, el Gobierno de Macri permitió principalmente al Reino Unido avanzar en algunas cuestiones».
El experto puso como ejemplo lo sucedido con la postura de Uruguay, país vecino de Argentina y cuyo principal puerto —la capital Montevideo— se encuentra a menos de 2.000 kilómetros de las islas. «Uruguay estaba bastante controlado, muy medido, muy cercano (al reclamo argentino) pero como el Gobierno de Macri bajó un poco la guardia, aprovechó e hizo más negocios, presentándose como el puerto más cercano para sacar mercadería».
Pensar en una futura resolución de la cuestión Malvinas no es fácil pero el respaldo científico de la investigación de Romero indica que el país mantendrá la centralidad del reclamo a pesar de eventuales cambios de signos políticos.
De todos modos, el analista aseguró que la actualidad muestra la apertura de cuatro nuevos escenarios internacionales donde «Argentina va a tener que estar muy atento» para poder plantear la cuestión Malvinas. Según detalló en una columna publicada en el diario Clarín, esos son las negociaciones por el acuerdo comercial entre el Mercosur y la Unión Europea, el proceso de salida del Reino Unido de la Unión Europea, un eventual Tratado de Libre Comercio entre el Reino Unido y EEUU y un área de libre comercio entre el Mercosur y el Reino Unido.
Según Romero, Argentina debe ser proactiva para asegurarse de que estos acuerdos no avancen a favor de la ocupación británica de las islas y que sirvan para reforzar la postura argentina, por ejemplo, en Europa. España, por su disputa con el Reino Unido sobre Gibraltar, e Irlanda, porque siempre respaldó a Argentina en su reclamo sobre Malvinas, podrían ser «socios naturales» en este proceso, consideró en su columna.