“Parte del maquillaje era horrible y realmente agotador de ver”, dice de entrada el director de la serie Chernobyl, el sueco Johan Renck, quien conversó con distintos medios en Londres en una ronda de preguntas a la que Culto tuvo acceso.
“Tuvimos que balancear eso, para que no se sintiera sensacional o morboso a pesar de lo auténtico”, añadió sobre el realismo del último fenómeno de masas con el sello de HBO.
El hombre a cargo de dirigir videoclips para nombres como Madonna y New Order y de temas como “Blackstar”, de David Bowie, estaba preocupado del tono híper realista de la serie.
“En el vestuario hubo una investigación que aportó verosimilitud. En último caso, quieres que alguien que estuvo allí mire y piense: ‘Sí, así fue como se vio’”, señaló.
En palabras de Johan Renck, “Chernobyl es una serie históricapero también sobre nuestros días. Es lo que me atrajo del guión”.
“Hay un zeitgeist en la idea de mostrar realidades alternativas y fake news bajo un régimen totalitario. Pero también hay algo poético en algo que creo que es importante para la humanidad, nuestra relación con el planeta y nuestra fe en la capacidad para aprovechar cosas que realmente no somos capaces de aprovechar”, dice el director de la serie.
“Para mí Chernobyl es sobre el sacrificio humano”, enfatiza Renck.
“Hubo alrededor de 700 mil personas en la Unión Soviética involucradas en la operación de limpieza y uno entiende que esto nunca hubiera ocurrido en ninguna otra parte del mundo. Por esos días, un accidente similar en occidente y hubieran sellado el área y simplemente nadie habría salido de allí”, agrega el director de algunos capítulos de series como Breaking Bad y The Walking Dead.
“Me reuní con exterminadores en Ucrania y había una sensación de que la gente hizo esto porque tenía que hacerlo. Hubo un propósito. Cuando las personas actúan sin considerar su propio bienestar, entiendes que hay algo profundamente humano en su propósito”, reflexiona.
Sobre las grabaciones de Chernobyl, Johan Renck aclara: “Tuvimos 104 partes orales y realmente no puedo asegurar que haya visto algo así en el cine o en televisión. Tuvimos más de cien días de rodaje, largos días y noches en lugares horrendos, incluida una planta nuclear real. Intentamos replicar cada evento. Fue desgarrador”.
“Ignalina es una planta hermana de Chernobyl, por lo que es un reactor RBMK que tiene el mismo defecto que Chernobyl. Realmente sientes las alas de la historia”, cuenta el cineasta.
Luego sigue: “He estado allí muchas veces y siempre sentí que era como la tumba de Cthulhú: estas estructuras macizas de hormigón sin ventanas que son tan frías pero se sienten extrañamente vulnerables por lo que albergan. Hay fuerzas que nadie puede aprovechar”.
Johan Renck concluye: “No creo que mucha gente sepa que Chernobyl escupió dos bombas de Hiroshima por hora durante bastante tiempo. Incluso en Reino Unido y Suecia intentaron limitar el alcance de la catástrofe para evitar el pánico”.